¡Vengadores numéricamente efectivos, reuníos!

Por Arturo Quirantes, el 19 julio, 2019. Categoría(s): Física de Película ✎ 2
Vengadores Shawarma
¿Seguro que aquí estamos a salvo de los cameos de Stan Lee? Porque no le aguanto ni uno más

El otro día @emulenews me pasó un artículo científico bastante friki, titulado (traduzco del inglés) “Cómo los Vengadores se reúnen: modelado ecológico de tamaños de reparto efectivo para películas”, cuyos autores son Matthew Roughan, Lewis Mitchell y Tobin South, matemáticos de la Universidad de Adelaida (Australia). Básicamente, el artículo (aquí) toma las pelis del MCU, el Universo Cinemático Marvel, e intenta correlacionar el número de personajes del reparto con su éxito y rentabilidad.

[Advertencia previa: como ya me he quejado antes por Twitter, “Cinemático” no es el mejor término ya que la Cinemática es una rama de la Física y no viene de la palabra cine. La expresión adecuada sería “Universo Cinematográfico Marvel”; pero en fin, estoy en minoría y además esas pelis tienen una gran cantidad de cinemática en la forma de persecuciones, porrazos y destrucción diversa. Acepto la derrota y me limitaré a hablar del MCU, pero no pienso ir más lejos]

Vale, continuamos. A primera vista parece que el problema es fácil: contamos el número de personajes de cada peli, sus beneficios y listo, a hacer gráficas bonitas. ¿Verdad?

Ya. Igual que era fácil reunir a los Vengadores.

 

Contando personajes

 

Medir el reparto de una película no es tan sencillo, o al menos no es tan significativo, como limitarse a contar personajes. Para empezar, no todos son iguales de relevantes. Como ejemplo, los autores se preguntan si acaso cada uno de los 10.000 extras de Ben Hur tienen la misma relevancia en la peli que Charlton Heston. Es evidente que no, y el hecho de que sean diez mil, veinte mil o tres mil no parece que vaya a cambiar mucho las cosas.

Echar un vistazo a la lista de créditos finales tampoco es dicho y hecho. Los criterios de inclusión son muy diferentes. En las películas de Pixar, por ejemplo, el reparto incluye los “bebés de producción”, nacidos de miembros del reparto durante la realización del film. Hay cameos o extras que no se incluyen en los créditos, los dobles de acción no aparecen siquiera como reparto, algunas veces los actores no desean aparecer por motivos de privacidad o vergüenza. En esto último, mi ejemplo favorito es el del actor Walter Matthau. Era tan bueno que hizo creer a mucha gente que su verdadero nombre era Walter Matuschanskayasky, y por pura broma apareció con ese nombre en la película Terremoto de 1974.

En otras ocasiones el mismo personaje aparece en varias películas con nombres cambiantes (Viuda Negra, Agente Romanoff, Natalie Rushman), se usan alias, o bien diversos personajes tienen el mismo nombre ambiguo (Agente de SHIELD, Secretaria de Tony Stark, Conductor de Nick Furia, Joven Gamora). En cuanto a los inevitables cameos de Stan Lee, vale, tienen su gracia (que no originalidad), pero no contribuye en mucho a las tramas.

Para liar más las cosas ¿qué es “salir en una película”? Podríamos pensar que basta con verles los caretos a los que salen en cualquier fotograma, pero ¿y los personajes interpretados mediante captura de imágenes, como las pelis modernas del Planeta de los Simios? ¿Y los que solamente prestan su voz?

Peor aún, ¿qué es “una película”? Actualmente tenemos versiones distintas según la región del mundo en que se proyecten, y luego está la edición oficial en DVD/BluRay, la versión del director, la del X aniversario, la que tiene más cortes, la censurada para el mercado chino… un lío vamos.

Los autores del artículo decidieron utilizar diversas bases de datos de acceso público, como la famosa Internet Movie Database (IMDB), famdon.com y Script Slug (estas dos últimas para los guiones). Tuvieron que limpiar mucho los datos para evitar los problemas que mencioné antes, y obtuvieron datos más o menos fiables sobre el número de personajes en cada película. Para evitar problemas sobre qué versión de la película utilizar, los autores del artículo echaron mano de la versión australiana (que para eso son australianos).

Ahora queda lo gordo: decidir cuál es la participación de cada personaje. Evidentemente, Marlon Brando y el pastelero no tienen la misma relevancia en El Padrino, ni en tiempo de pantalla ni en participación en general. Aquí es donde está el problema principal. Necesitamos no una lista del reparto total sino del reparto “efectivo”, lo que implica ponderar la actuación de cada personaje. ¿Cómo se hace eso?

Los autores se decidieron por tratar a todos los personajes por igual (es decir, Brando y el pastelero están a la par) y considerar la interacción entre ellos. Dicha interacción se puede describir de alguna de estas dos formas: por conflicto y por diálogo.

La descripción por conflicto pasa por tener en cuenta la aparición de un personaje en un conflicto, que puede ser una pelea con el supervillano o una discusión entre personajes amigos. En su forma más básica es una interacción entre dos personajes cuyo resultado es victoria, derrota, o en ocasiones empate. Como las pelis del MCU son, esencialmente, un conflicto tras otro, puede ser una buena forma para cuantificar la participación de cada personaje. En cuanto al diálogo, pues eso, se trata de ver cuánto tiempo está alguien hablando. Eso puede molar en películas con mucha interacción dialéctica entre personajes, pero los autores decidieron no usarlo. No me extraña. Las pelis de acción son eso, acción, y los diálogos más elaborados que el espectador medio desea oír son del tipo “es la hora de las tortas” o “Hulk aplasta”. Que sea, pues, métrica por conflicto.

 

Métricas de película

 

Pero atención, porque medir tiene también su truco. No basta con contar los segundos que un personaje está en modo conflicto, porque nada nos dice que sea una métrica adecuada. Es como decir que un personaje que “conflictea” durante cinco minutos es equivalente a otros diez que participan 30 segundos cada uno.

Aquí es donde entra la parte más interesante del artículo. Los autores hacen un paralelismo con la diversidad ecológica de un hábitat, donde lo importante no es sólo la cantidad de bichos de cada especie sino su relevancia en términos de diversidad. Así pues, exigieron a su métrica (su vara de medir, vamos) algunas propiedades similares a las que se usan en ecología: no negatividad, continuidad, simetría, normalización y otras más.

Digamos que la contribución del personaje i es pi. Bien, pues el número efectivo de personajes N “efectivos” viene dada como N=2H, donde H = -∑pi*log(pi). Si sabéis algo de teoría de la información habréis reconocido esa H como la entropía de información de Shannon. Mira tú que cosas. Por supuesto, no es la única métrica disponible, pero a los autores les ha parecido bien y la han usado para calcular el número de personajes efectivos, algo así como decir los que cortan el bacalao.

No hay tablas con el número de personajes efectivos N en el artículo, pero para que os hagáis una idea, Iron Man tiene un N=6,59, Los Vengadores sube a 14,08 y Vengadores: Infinity War ronda los 26. Sí, con cifras decimales, ya sabéis que son cantidades efectivas.

 

Datos Assemble!

 

Y ahora, algunos resultados.

Primero: ¿cómo han evolucionado las pelis de Marvel con el tiempo? Pues aquí va la gráfica (año de estreno en horizontal, número de personajes efectivo N en vertical):

 

Fuente: https://arxiv.org/pdf/1906.08403.pdf
Fuente: https://arxiv.org/pdf/1906.08403.pdf

Los autores han dividido las pelis en series, y también nos dicen si son de origen, de equipo o secuelas. Como véis, salvo las series Thor y Guardianes, lo habitual es comenzar con pocos personajes y luego irlos aumentando. Las pelis “team-up”, es decir, con equipos enteros de héroes, tienen lógicamente más personajes efectivos, hasta llegar a Infinity War (no, no tienen datos de Endgame). Sumando todos, tenemos un total de 119,6 personajes efectivos (no repetidos, claro) en todo el MCU desde 2008. ¿Los más relevantes en cuanto a contribución? Tony Stark, el Capitán América, Thor, Hulk y la Viuda Negra.

Todo muy bonito, pero ¿sirve de algo, o sólo es un bonito entretenimiento? Lo suyo sería intentar predecir el éxito de una peli, o cuando menos relacionarlo con su número de personajes efectivos. Los autores lo han hecho mediante dos procedimientos: clasificación y rentabilidad relativa.

Para clasificarlas según gustos del público se ha echado mano del “rating” de la web IMDB.com. Estos son los resultados:

Fuente: https://arxiv.org/pdf/1906.08403.pdf
Fuente: https://arxiv.org/pdf/1906.08403.pdf

Como podemos ver, hay una tendencia a mayor índice conforme aumenta el número de personajes. Como toda tendencia, vale lo que vale. Si nos vamos al detalle, la cosa cambia. Por ejemplo, que Doctor Strange y Spider Man: Homecoming sean igual de molonas no lo aceptaré ni ante un pelotón de ejecución; y tampoco un mayor número de personales equivale a mayor índice, como evidencian La Era de Ultrón y Iron Man. Aun así, la tendencia viene a decirnos que a los Marvel fanboys les gustan las pelis con muchos personajes.

Vale, pero vamos a lo importante: ¿qué hay de la pasta? Aquí el artículo cojea, ya que los autores no usan los ingresos totales sino sólo los de taquilla. Su excusa es que es más fácil de medir. Vale, pero nos dará datos muy distorsionados. Imaginaos aplicar estos métodos en la franquicia de Star Wars, que prácticamente inventó el merchandising (no digo nada de Spaceballs para no liarla), y no contar siquiera las ventas en DVD nos deja los datos bastante cojos.

Para complicarlo todo una miaja más, los autores no usan las ventas en dólares sino el “índice de rentabilidad” (profitability ratio), que es el cociente entre beneficios y coste. Esto es un engorro, ya que las películas más caras de hacer se verán perjudicadas frente a otras con menor taquilla pero costes más bajos.

Bueno, por lo que pueda valer allá vamos:

Fuente: https://arxiv.org/pdf/1906.08403.pdf

Al igual que antes, el éxito va desde El Increíble Hulk (que ni llegó a cubrir pérdidas) hasta Infinity War, que lo petó. Entre medias, la tendencia es nuevamente a ir creciendo. Y como antes, advierto contra llevar la tendencia demasiado lejos. Infinity War ingresó un 63% más en taquilla que Iron Man 3, aunque ambas tienen un beneficio relativo igual.

Según los autores, una explicación a este aumento con el número de personajes es que las pelis con más gente tienden a ser agrupaciones de equipo: “cuando [una secuencia de películas] culmina en [una peli de] equipo, eso atrae audiencia de las diversas películas”. Como curiosidad, indican que Guardianes de la Galaxia no fue una máquina de pasta equiparable a Vengadores porque no tenía precuelas de origen. Es decir, carecer de un conjunto de pelis que “calienten el escenario” hasta llegar a la climática película de equipo le perjudicó. En este sentido, la táctica MCU de “pelis de origen, y luego los ponemos a todos juntos en equipo, que ya verás lo que mola” parece funcionar. ¿Pero hasta qué punto esta explicación es meramente una descripción de lo ya visto?

Entre nosotros, todo esto no lo vey muy claro. Se supone que el ajuste teórico (“fitted line”) tiene un índice p de 0.00000001 (“fuerte significación a la relación”, dicen los autores) y un índice Pearson de 0,184 (“correlación no despreciable”), pero a mí no me parece una relación tan clara. Quitad los dos extremos (Increíble Hulk e Infinity War), y esto parece poco más que un montón de puntos de colores y para de contar.

Aun así, me parece un artículo interesante; no tanto por las conclusiones como por el desarrollo de métricas para medir la participación de personajes más allá de los segundos en pantalla. Los autores incluso sugieren que este esquema podría extenderse a situaciones como los sentimientos de los personajes, las transiciones de bueno a malo de los supervillanos (o de héroes oscuros), cosas así. Por mi parte, me encantaría ver esta métrica aplicada a las relaciones entre personajes masculinos y femeninos. Podríamos cuantificar el test de Bechdel de forma más precisa, en lugar de un simple sí o no.

Y no, no me preguntéis por la métrica del universo DC, que no la conozco. Y mejor no verla, porque si luego resulta que Batman v Superman no es la peor película de superhéroes ever, soy capaz de pegarle con un calcetín sudado a Martha. A ambas dos.



2 Comentarios

  1. Los que observamos con desasosiego el uso perverso del big data nos preguntamos si la avalancha de datos, índices y variables sobre el universo cinematográfico oculta objetivos opacos. ¿Cómo se estudian los sentimientos del espectador? Me llama la atención la métrica que estudia la sucesión de conflictos que caracterizan a determinadas películas y que afecta a la psicología y la biología humanas. Me pregunto si los enunciados “es la hora de las tortas” y “Hulk aplasta” suponen un modo pavloviano de obtener la atención y respuesta del espectador, una descarga hormonal que también mejora la cuenta de resultados de la productora.

    ¿Nos dirigimos a un panorama Skinner, determinista y algoritmizado, que permita estandarizar la respuesta psicológica del espectador en base a mecanismos de frustración y placer? Esto puede desembocar en la creación de espectadores uniformizados, acríticos y vaciados de sus particulares sensibilidades estéticas. Un ataque frontal al libre albedrío.

  2. Cinemático o Dinámico? con o sin tener en cuenta las fuerzas?…..otra cosa no harán pero palos se dan a diestro y siniestro, y para eso hace falta fuerza; aunque mientras escribo esto me doy cuenta de que en todas estas «pinículas» (flims dirian en mi pueblo) la conservación de la cantidad de movimiento es algo que brilla por su ausencia, así que dejémosló en Cinemático.

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Por Arturo Quirantes, publicado el 19 julio, 2019
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