César Cabo tiene su OVNI, y yo tengo el mío

Por Arturo Quirantes, el 31 octubre, 2011. Categoría(s): Charlatanes ✎ 4

2011_10_21 Ovni

Ayer, cuando cerré mi Twitter, prometí que contaría mi propia experiencia OVNI.  El motivo era que, esa noche, el programa Cuarto Milenio de Iker Jiménez entraría de nuevo en el tema de la ufología, con comentarios de controladores aéreos en relación a un suceso reciente.

El núcleo del programa de anoche estaba centrado en un tweet enviado por César Cabo.  Les sonará, si no su nombre, sí su cara, porque lo vieron ustedes mucho en televisión a finales de 2010.  ¿Recuerdan aquella masiva huelga-que-no-era-huelga de controladores aéreos, que obligó al Gobierno a declarar el estado de alarma durante el Puente de la Constitución?  César Cobo era entonces portavoz de uno de sus sindicatos, el que daba la cara en nombre de los controladores; lo que, a despecho de lo que usted piense sobre aquella crisis, no deja de tener mérito.

César Cabo dejó de ser portavoz, pero sigue siendo controlador.  En la tarde del martes 11 de octubre de 2011, su cuenta de Twitter pasa de una serie de mensajes laborales a esta sorprendente comunicación:

«Empezamos bien la tarde de supervisión en el Centro de Control, tres aviones han notificado un ovni en sus radares!!!!»

Parece que el turno que le tocó no era muy movido, porque le dio tiempo a escribir, y colgar en su blog a la una y media de la tarde, un post titulado ovnis descontrolados.  En él, explica que el fenómeno consistió en que tres aviones españoles, en aproximación a Barajas, habían informado de un blanco sin identificar en sus radares de proximidad.  Sin embargo, en la pantalla de los controladores no aparecía blanco alguno.  El propio Cabo comenta: Misterios sin resolver que dejamos en manos de los Iker Jiménez del mundo.

Pues, qué curioso, resulta que Iker Jiménez acepta el reto y se lanza al tema.  En su anterior programa, aquel en que habló del experimento de los neutrinos, Iker comentaba que el fenómeno OVNI estaba dejando de estar de moda.  Y, de repente, le viene la oportunidad para retomar el tema: un incidente reciente, un testigo conocido, un repaso a casos pasados, unos cuantos recortes de periódicos con casos conocidos (Manises, Bardenas Reales) y listo para volver a lanzar el tema OVNI.

Por supuesto, nada de tomar hipótesis verosímiles para intentar explicar el fenómeno.  La táctica es: tomemos a unos testigos, que nos hablen sobre su experiencia, ponemos cara de «vaya usted a saber qué ha pasado» y a otra cosa.  Pero seguro que hay explicaciones más o menos lógicas.  Para ustedes, se me ocurren estas tres:

1) Tráfico militar.  En un tweet el día posterior al incidente, el propio César Cabo comenta: Alta actividad en el Centro de Control A punto de empezar las maniobras de las patrullas militares, a mirar el cielo de Madrid, sin ovnis! 😉. Se refería a la patrulla acrobática Águila, que voló sobre Madrid con motivo de la festividad del 12 de octubre.  Con todo ese trasiego de aviones y helicópteros sobrevolando el centro de España, resultaría verosímil suponer que una aeronave, ensayando el día anterior, se perdiese y se metiese donde no le correspondía.  Ni AENA ni Defensa han reconocido el hecho, pero si hubiesen metido la pata dejando que un avión militar se metiese en un pasillo de aviación civil, pasando a pocos kilómetros de aviones comerciales, ¿no preferirían callar?

2) Vehículos espías. En relación con lo anterior, supongamos que, bien España, bien Estados Unidos, estuviesen haciendo pruebas con aeronaves espía (bueno, ahora las llaman «de observación»).  Podría tratarse de un dron norteamericano no tripulado (ahora que estamos a partir un piñón con Obama y vamos a formar parte de su escudo antimisiles, vaya usted a saber qué más les estamos permitiendo) o bien un aparato de fabricación española.  Esta hipótesis tiene la ventaja de que explicaría la ausencia de detección en tierra: un vehículo lo bastante pequeño, especialmente si tiene tecnología furtiva, apenas daría senal en el radar.

3) Fallos técnicos.  Entra dentro de lo posible que los aviones captasen un eco falso.  Desde ataques electrónicos deliberados hasta meros fallos técnicos de los radares de proximidad, hay diversas explicaciones.  Puede que la zona por donde pasaron tuviese condiciones meteorológicas anómalas.  Que fallen tres radares de proximidad, correspondientes a aviones de distintas compañías, es algo raro, pero no inusitado.  El problema es que habitualmente pensamos en un radar como en algo infalible, que solamente capta ecos cuando los hay.  Y no siempre es el caso.  Hay que tener cuidado con los ecos fantasma. Ni los radares en tierra ni los de proximidad montados en aeronaves civiles son infalibles.

Lo cierto es que, si tomamos una situación anómala pero natural, y lo salpicamos con testimonios de testigos, sospechas, teorías no probadas y un poquito de misterio, el caldo se convierte en un jugoso plato que aparentemente no tiene explicación normal.  Aquí es donde entran los extraterrestres, las conspiraciones militares, los hombre de negro y el póster «yo quiero creer» que el agente Mulder tenía en su despacho.

Y aquí entra mi caso personal.  Más que mío, de un pariente cercano.  Ocurrió en los años setenta, y si no afino más es porque la información que tengo del caso es poco exacta.  Hubo una época en la que el diario IDEAL de Granada estuvo sacando historias sobre avistamientos OVNI casi a diario.  Los testigos hablaban de cómo, mientras conducían o paseaban de noche, eran perseguidos por objetos voladores no identificado.  Algunas veces lanzaban destellos regulares, otras veces se hacían ver mediante señales sin patrón conocido.  Hubo quien afirmó haberse introducido en el bosque, intentando esquivar a los misteriosos entes volantes.  Al cabo de un mes, una pequeña nota de prensa indicaba que los OVNIs eran realmente globos meteorológicos lanzados desde una estación del CSIC.

La verdad, amigos míos, es mucho más divertida.  Volvamos a los años setenta.  En aquella época, de convulsión económica y crisis sin fin, mi padre y sus compañeros tuvieron que encerrarse en su lugar de trabajo para reclamar mejoras salariales y estabilidad laboral.  Durante unos días, no supe nada de él.  Muchos años después, me contó la participación que tuvieron en la invasión OVNI de Granada.

Resulta que mi padre era geólogo del CSIC, y trabajaba en la Estación Experimental del Zaidín.  Según me comentó, el principal problema que tenían los encerrados era el aburrimiento.  Alguien decidió entretenerse mediante el sencillo procedimiento de tomar unas bolsas de basura de plástico, llenarlas de helio, atarles una pequeña luz, y lanzarlo a ver dónde iba.  Durante varios días estuvieron jugando con sus improvisados globos, y cavilando modificaciones.  Una de las más diabólicas era incluir un microprocesador para que los destellos de luz fuesen aleatorios (recuerden que estamos hablando de los años 70).

Imagino que mi padre se partiría de risa cuando, algunos días después, descubrieron la que habían montado.  Sin apenas darse cuenta, prácticamente tenían la ciudad histérica, con los granadinos comprando el diario IDEAL cada mañana y preguntándose dónde aparecería el próximo OVNI.  Para tranquilizar a la gente, enviaron una nota de prensa en la que mintieron como bellacos con la historia del globo meteorológico.  Lógico: si llegan a decir la verdad y reconocer que todo eso lo habían montado un puñado de científicos aburridos, gamberreando con globos de basura llenos de helio, la gente hubiera asaltado la Estación.

Durante mucho tiempo he querido investigar la historia a fondo, obtener fechas, testimonios, recortes de prensa.  Por desgracia, dejé pasar el asunto.  Mi padre murió hace años, y ya no puede contarme más detalles.  Pero creo que recordaré siempre el período en el que un padre salió por la puerta de mi casa, y cuando volvió se había convertido en un creador de OVNIs.

Así que ahora me pregunto: ¿quién estará partiéndose de risa ahora, viendo lo que Cuarto Milenio ha montado a partir de su pequeña travesura?



4 Comentarios

  1. Lo alucinante con el asunto OVNI, es que pese a las nuevas camaras de alta definicion, objetivos nocturnos y demas avances, se nos siguen presentando como «pruebas» fotos con la claridad de una camara con flash de magnesio.

  2. Aplauso para tu padre (y compañía) que en horas de aburrimiento tuvo una idea espectacular… siempre habrá un tonto dispuesto a explicar la presencia de un OVNI como un platillo volador… (¿arrojado por una furiosa ama de casa? ¿quizás la mujer de este señor Jiménez que tengo el gusto de no conocer ni haberlo escuchado jamás…)

  3. Acabo de localizar este artículo. Un detalle es que los radares que emplean los aviones civiles son del tipo secundario (SSR) y no primario (PSR) por lo que necesitan de colaboración del blanco para detectarlo. En otras palabras, el OVNI de César tendría que llevar un transpondedor activo porque si no los aviones no lo habrían detectado y de ahí lo extraordinario del suceso. Un avión militar o un dron con el transpondedor apagado no sería detectado por un avión civil ni aunque tuviera el tamaño de un A380.

  4. ¿Un aplauso? Un grupo de científicos que se aburren se dedican a lanzar cacharros por ahí. Qué madurez. Yo sí que les iba a dar estabilidad laboral, en el paro. ¿Y si hubieran provocado algún accidente? Creo que la anécdota es bastante esclarecedora, contra el periodismo sensacionalista (todo) y contra el funcionariado (en general).

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Por Arturo Quirantes, publicado el 31 octubre, 2011
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