El decálogo de Pamies (5): Siembra miedo e ira

Por Arturo Quirantes, el 30 enero, 2016. Categoría(s): Charlatanes ✎ 14
HQ Pamies 5 Siembra miedo e ira
¡Están usando la lógica! ¡Matadlos a todos!

[Serie Decálogo de Pamies]

El discurso del miedo vende, y Josep Pamies sabe usarlo a la perfección.

En diversas ocasiones hizo hincapié en que los ciudadanos han de verse sumidos en el miedo, y buena parte de sus comentarios demagogos tienen la intención de recordarnos que los poderosos nos gobiernan mediante el miedo y que las empresas nos venden cosas por miedo (no porque queramos comprarlas nosotros). Según él, las multinacionales farmacéuticas buscan que las enfermedades sean incurables, convirtiendo lo curable en crónico; todo con el objetivo de que vivamos con miedo. Lo crean o no, llega a decir (en al menos dos ocasiones lo oí yo) que el cáncer no mata… ¡lo que mata es el miedo que el cáncer provoca!

Sólo el mensaje del miedo explica el motivo de que, en una charla sobre MMS y remedios naturales, el conferenciante nos recuerde que nuestra comida está cargada de tóxicos (menos mal que no dijo químicos) e irradiada mediante radiaciones nucleares para que dure más. Yo diría que es bueno que un alimento dure más, así no se desperdicia. ¿No? Pues no. El señor Pamies lo plantea de otra forma. Viene a decir que si las hamburguesas de cierta cadena de comida rápida no se pudren es porque ni siquiera las bacterias la quieren. Es como decir que el agua oxigenada es mala porque los bichitos de la herida se mueren a su contacto, una elegante forma de dar la vuelta a la tortilla aprovechando la fobia a todo lo nuclear (y ahora además lo químico) que impregna algunos sectores de la sociedad.

Otro ejemplo. En el turno de preguntas, una chica afirmó estar afectada por los campos electromagnéticos y dijo que hay científicos amenazados de muerte por las telecos. «¡El wifi mata!» dijo ella mientras el público aplaudía. Fue una afirmación espontánea por su parte pero le vino muy bien al conferenciante.

En un momento dado, el miedo dio paso a la indignación y luego a la ira (algo así como lo que pasa con el lado oscuro de la Fuerza en Star Wars, creo). El personaje extraño de la velada tomó el micro. Dijo ser un agricultor que vivía en el campo y que cada vez que venía a la ciudad veía cómo los granadinos cada vez vivíamos peor. Su tono de voz fue subiendo de tono, hasta que en voz en grito clamó contra la prohibición de usar el Teatro Tamayo con frases como «¡hoy ha prohibido un acto un puto ayuntamiento fascista!,» a la que el público reaccionó con aplausos ¡con aplausos!

Me alegré, y mucho, de que ese individuo no supiese quién era yo, porque con el cruce de cables que llevaba lo mismo me tira por la ventana. Fue una de las dos veces en las que yo pasé miedo aquella velada. Ya no había argumentos, ni siquiera mentiras, sino odio visceral. Un odio que ni Pamies ni ninguno de los miembros de la organización intentó detener. Al final ese individuo se excedió tanto que el mismo público comenzó a pedirle, y a gritarle luego, que parase de una vez. Solamente entonces devolvió el micro.

No es este el único caso de ira que presencié durante aquella charla. Hubo otro, más impactante. El acto al que acudí debía contar con la presencia de Odile Fernández, una médico que vive y trabaja en Granada. Fernández sobrevivió a un cáncer (de ovario tipo IV) en 2010. Dependiendo de dónde lea usted, ella afirma que su curación fue obra de la quimio y la alimentación, un milagro muy currado o influyó todo. El caso es que, tras beneficiarse de los procedimientos de la ciencia médica convencional, atribuye su salvación… a la alimentación. Al menos, esa es la idea que lleva años vendiendo. Literalmente vendiendo.

No sólo aboga por una alimentación sana para reducir el riesgo de cáncer (lo que es lógico y razonable) sino que afirma que sus recetas anticáncer son útiles incluso cuando ya se ha contraído la dolencia: «Mi deseo es que [mis recetas] te ayuden si tienes cáncer o alguna otra enfermedad relacionada con la alimentación,» afirma ella misma en la web que publicita sus libros anticáncer.

Resulta que por algún motivo la señora Odile Fernández, que iba a acompañar a Josep Pamies en la charla de Granada, finalmente no apareció. Josep Pamies no dio una explicación satisfactoria sobre su ausencia más allá de alusiones a que va a dar a luz a su tercer hijo (si es así, le deseo buena maternidad, Odile) y a que al final había decidido no aparecer porque estaba atemorizada frente a «lo que pueda pasar

Odile Fernández puede no acudir por motivos legítimos, sea por su embarazo, porque esté incómoda en una sala tan llena, porque prefiera pasear o por cualquier motivo de su incumbencia, y no tiene por qué dar explicaciones. Que Pamies atribuya su ausencia al miedo me resulta algo sin pies ni cabeza. ¿Tenía miedo de los centenares de personas que se habían congregado para escucharle y aplaudirle? Si es así ¿por qué ese miedo apareció tras la negativa del ayuntamiento de Granada a ceder un espacio público? ¿Realmente creía que habría piquetes de científicos listos para apedrearla a la entrada? Para mí la táctica era clara: Pamies estaba improvisando y convirtiendo un inconveniente en un argumento a favor, aprovechando nuevamente el mensaje del miedo.

Eso fue anecdótico, pero lo que vino a continuación fue mucho peor. Porque Josep Pamies, después de recordarnos la historia de Odile y tras desearle lo mejor, dijo que ella estaba siendo investigada por el colegio de médicos, y que estaba en peligro de ser inhabilitada para ejercer su profesión. El público, volcado con la pobre médico superviviente del cáncer, madre de dos hijos, embarazada del tercero, perseguida por sus ideas alternativas, se indignó frente a esta persecución a manos de los malvados médicos controlados por las multinacionales farmacéuticas, etcétera.

Fue entonces cuando Pamies, con voz sosegada pero firme, soltó su bomba: deseó que todo le saliese bien, porque (y cito) «si le hacen algo a Odile voy a venir a Granada y la vamos a armar muy gorda.» Casi quinientas personas aplaudieron a rabiar, muy dispuestas a unirse a Pamies si llega el caso.

Esa fue la segunda ocasión en que pasé miedo durante la charla. Ahora, sentado tranquilamente en mi casa frente al teclado del ordenador, estoy más tranquilo y mis recuerdos me vienen con serenidad; pero en ese momento, cuando pensé en ese medio millar de personas fanatizadas y me los imaginé «armándola muy gorda» a las puertas del colegio de médicos, de la facultad de medicina, o de mi propia casa, la verdad es que me asusté. Porque yo puedo entender que alguien no quiera atender a razones, que no deseen saber la verdad, pero ¿cómo luchas contra la sinrazón de una muchedumbre enfurecida?

Con información, por ejemplo. Hace unos días hice una solicitud  al colegio de médicos de Granada, y ya tengo la respuesta: no tienen información alguna sobre ninguna medida contra Odile Fernández. Por supuesto, mis detractores pueden afirmar que el colegio de médicos de Granada también está untado y forma parte de la maquinaria represora habitual. Sin embargo, resulta que también me han confirmado algo que ya sospechaba: la doctora Odile Fernández no está colegiada en Granada. Tampoco hay datos sobre ella en la Organización Médica Colegial. De hecho, ni siquiera es doctora. [CORRECCIÓN: No en el sentido de «persona que ha recibido el más alto grado académico universitario» aunque imagino que sí es licenciada en medicina]

Tampoco aparece en una búsqueda en Google, a pesar de que en caso de ser cierta la noticia Internet herviría de indignación. Y, por supuesto, imagino que de haber una persecución tanto la web de Odile Fernández como la de Josep Pamies recogerían la noticia; pues la primera no dice ni pío, y el segundo se limita a solidarizarse con Odile Fernández (cito), «atacada vilmente por la moderna inquisición

Así que solamente puedo extraer una conclusión: la historia que contó Josep Pamies sobre la inminente inhabilitación de Odile Fernández es falsa de toda falsedad. Tan sólo es un ejemplo más de su táctica de mentiras. Irónicamente, el propio Pamiés nos invitaba a sus conferencias a nosotros, «queridos y sesudos críticos,» y con algo de sorna añade que «si tan seguros estáis de vuestras razones, no tengáis miedo de dar la cara, mucha gente os lo agradecerá

Esas son las razones del hombre que afirma buscar un debate tranquilo y sincero.



14 Comentarios

  1. Es evidente que el crear miedo a un «enemigo» que es «culpable» — al que se puede culpar — de todos nuestros problemas y males es una arma politica y economica que se lleva usando desde… ¿Alguan vez no se ha usado para manipular la voluntad popular?

    A los rojos que no llevan sombrero, a los terroristas, a los independentistas, a los extrangeros — aunque sean del pueblo de al lado —.
    Como cualquier ilusionista, un demagogo te enseña su mano derecha con grandes aspavientos mientras te engaña con la izquierda.
    Y siempre, detras de un «miedo justificado» viene la trampa y la mentira que se traga porque se comparte ese miedo en alguna medida, con o sin razon.

    Bueno, mas bien es una cuestion de sinrazon. Si.

    Porque en cualquier caso, esto solamente es posible si no se tiene un minimo uso de sentido comun.

    ¿Como es posible que un «tonto» juegue en la calle con «estapintas» de 500 euros?

    Pero este tipo es un artista.
    No se puede negar que no sabemos si los multiples y cada vez mas intensos campos electromagneticos a los que somos sometidos pueden tener algun tipo de consecuencia a muy largo plazo.
    Una vez el tabaco era salduabel para los niños.
    La ciencia investiga y descubre cosas, lo bueno hoy puede no serlo y viceversa, solamente hay que estudiar la posibilidad de forma aseptica.
    Pero de ahi a decir que un gúifi mata…, puñeta, tambien el berro comun si eres alergico a el.
    Lo malo es que la avaricia de esas compañias les lleva a hacer cosas que de forma indirecta sustentan tales argumentos, poner una sola antena cien veces mas potente para cubrir una zona, en vez de multiples antenas de menor potencia pero con mayor coste, puede tener una justificacion tecnica y economica, pero aviva la desconfianza.

    Pero evidentemente y dejando a un lado mis intentos de racionalizar todo este asunto, lo que esta claro para mi son dos cosas:

    Una, este tipo es como otros tantos ………… — rellenen la linea de puntos — que aprovechan el descontento, la frustracion y la ignorancia para montarse una secta y vivir como un pacha a su costa — de los fanaticos que piquen, claro —, y si mañana dice que necesita un rolls para cada dia del año, habra una legion de casos patologicos que se romperan el espinazo para regalarle 365 coches.

    Y dos, que es evidente que no todos somos iguales ante la ley, un comportamiento de este tipo en otros lado y en otras circunstancias, hubiera supuesto accion inmediata de la fiscalia por un delito de exaltacion de la violencia y amenazas.

    Lo que si me resulta muy dificil de racionalizar es porque se permite a individuos asi, hacer y decir lo que hacen y dicen y a una mujer que pasaba por alli, la meten en la carcel dos años por «participar» en un piquete — fua la unica persona que reconocieron pero no se demostro su participacion. Dio igual —.

    De todos modos, ¿alguien se arriesgaria a ir a una de sus sesiones de secta para revatirle algo?
    Dado lo que cuenta el profesor, y yo me lo tomaba hasta ahora un poco a broma y desde el punto de vista antropologico y social, esto ya no es una cuestion de engañabobos, ni siquiera de salud publica, sino de una descarada accion de llamada a la violencia social, con evidente intencion de ser el «adaliz y lider» de la revuelta. Y ademas en beneficio propio.
    Y eso por un lado es un delito con la ley actual en la mano, y por otro, da miedo, mucho miedo, porque es el mismo esquema que han empleado otros con desagradables consecuencias.

    Leamos unpoco de historia y sera evidente.

    Sinceramente, si son asi los hechos, no es ya cuestion de concienciar o educar.

    El decir que se va a ir a liarla muy gorda contra el colegio de medicos en una asamblea publica y siendo el «orador» que convoca la reunion es un delito de amenazas que habria que denuciar y que la fiscalia deberia investigar.

    En fin, la ley esta para lo que esta, segun parece.

    Seguramente este individuo usara este argumento en su proxima «charla».

    Empiezo a comprender al profesor y el porque se ha tomado tan a pecho desenmascararle. Es evientemente un tipo muy peligroso.
    Pero como no se mete en politica, ¿a quien molesta?

    Sinceramente me cuenta mucho que no se me dispare mi paranoya.

    ¿Donde hay que firmar la denuncia contra este individuo?

    1. Parece que lo está buscando adrede. Denuncia = publicidad gratuita y oportunidad de presentarse como una víctima del stablishment. Velikovsky y otros charlatanes similares lo intentaron y les fue bien.

      1. Por supuesto que lo busca.

        Provocar represalias para servirse del vicitimismo despues es casi uno de lso absiomas del buen lider de secta.
        Lo que no quita para que se le denuncia, se le procese — ojala — y se pase unos añitos en la carcel, bien calladito.

  2. Pues es una verdadera lástima si Odile Fernández no está siendo investigada para retirarle la licencia, porque méritos contra la deontología médica ha hecho tantos como Pàmies para ser investigado por intrusismo y delitos contra la Salud Pública.

  3. Después de leer esta 5ª entrega he ido a visitar el blog de la doctora Odile. En dicho blog ella se presenta como doctora, concretamente médico de familia. ¿Está usted seguro de que no posee tal título?, si es cierto, ¿no sería denunciable?
    Por último, permítame que le felicite por su labor divulgativa, felicitación que hago extensiva al resto de colaboradores de blogs como naukas y scientia, que hacen que cada vez que enciendo el ordenador sean las primeras visitas que hago.

      1. Perdone profesor, estoy algo despistado.
        ¿Se peude ser medico sin ser doctor? ¿Los medicos hacen tesis?
        Pregunto porque, y puedo estar equivocado, tenia entendido que no, que el equivalente era el internismo y todo eso.

        Lo que yo habia entendido de su articulo es que no esta colegiada, que es otra cuestion, creo.

  4. No cabe duda por lo que cuentas de que el Sr. Pamiés es un manipulador malintencionado.
    No obstante, te pregunto si esta entrada de tu blog quiere establecer de forma implícita la honradez de las empresas farmacéuticas. Es decir, si has querido expresar el siguiente silogismo:
    – Pamiés acusa de falta de honradez a las empresas farmacéuticas.
    – Pamiés es un manipulador y un charlatán. Es decir, un mentirosos.
    -Por lo tanto las empresas farmacéuticas son honradas.

  5. Lamentable que se le de cancha a estos charlatanes y no a verdaderos especialistas médicos. En fin, en mi familia ha habido un alto número de defunciones a causa del cáncer y, si bien es cierto que a partir de cierta edad nuestro cuerpo empieza a fallar y si no eres víctima de ningún traumatismo, infección, enfermedad crónica, etc es probable que el cáncer aparezca en escena, creo que queda mucho por hacer en cuanto a la detección temprana y al diagnóstico precoz de esta terrible enfermedad sistémica. Lo digo por experiencia ya que a mis padres, en ambos casos, no se les diagnosticó esta enfermedad hasta que se había metastizado y no se podía hacer otra cosa que aguardar el fatal desenlace y mitigar sus consecuencias con tratamientos paliativos.

  6. El señor Pamies solo dice la verdad…una verdad que POR LO VISTO escuece y quema a más de uno… pero que despierta a muchos otros de esta farsa mediatica. Yo respeto y admiro a este ser humano que es capaz de dar la cara por los suyos¡ NO COMO OTROS QUE PREFIEREN VENDERNOS AL MEJOR POSTOR!…CADA DÍA SOMOS MÁS LOS QUE ESTAMOS DESPIERTOS Y VEMOS LO QUE PASA DETRÁS DEL TELÓN POLÍTICO…AQUÍ LOS UNICOS QUE MANIPULAN Y MIENTEN SON USTEDES..

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Por Arturo Quirantes, publicado el 30 enero, 2016
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