El decálogo de Pamies: Introducción granadina

Por Arturo Quirantes, el 18 enero, 2016. Categoría(s): Charlatanes ✎ 15
Pamies en Granada
Pamies en Granada. Bueno, vayamos por partes…

[Serie Decálogo de Pamies]

Hace unos días asistí a una charla de Josep Pamies en Granada. Lo que aprendí me ha dado pie a escribir lo que viene a continuación.

Antes de nada, resumen de antecedentes. Josep Pamies es un agricultor catalán que vende productos milagro. Su repertorio incluye hierbas para todo tipo de enfermedades, un producto basado en una disolución de cloro llamado MMS («solución mineral milagrosa») y libros sobre cómo sanar a base de plantas. Cada cierto tiempo se dedica a viajar por España para promocionar sus productos, y durante algún tiempo las instituciones públicas le abrieron sus puertas.

El 9 de enero de 2016 Josep Pamies tenía progamado dar una charla en el Teatro Público José Tamayo de Granada. El título «Autosuficiencia en salud, alimentación, vivienda y energía» parecía lo bastante inocuo y de interés social para justificar el uso de un espacio público. Algunas personas sabemos lo que se esconde tras las bambalinas y nos movilizamos para impedirlo (ejemplo 1, ejemplo 2) en una iniciativa que tuvo eco en los medios de comunicación (Ej: IDEAL de Granada, El Correo de Extremadura). El propósito era impedir al menos que la charla tuviese aval público, tanto económico como moral.

Finalmente tuvimos éxito: el Ayuntamiento de Granada retiró al señor Pamies el permiso para usar espacios de titularidad pública en lo que era una actividad privada, lucrativa y poco clara. Eso no le frenó: buscó otra ubicación y la encontró. La charla se dio finalmente en el Colegio Sagrada Familia de Granada.

Allí me encontraba yo. Tenía interés por saber cómo se desenvuelve ese señor y qué hace que tantas personas le sigan. No me resultó fácil. El teatro Tamayo se encuentra en el otro lado de la ciudad al que vivo, y tuve que ir allí para saber cuál era el nuevo lugar de celebración. Se suponía que estaría cerca y que habría miembros de la organización para llevarnos, pero al final me tuve que contentar con un folio en la puerta y me llevó media hora llegar al lugar definitivo. Cosas del directo.

No me esperaba una asistencia tan multitudinaria, lo confieso. La sala del Sagrado Corazón, con un aforo de unas 400 personas, se llenó y al final hubo gente de pie en los pasillos. La charla comenzó hacia las 18:45 horas. Yo soy de la creencia que una charla de más de una hora, por amena que sea, resulta molesta para los espectadores y acaba provocando reacciones del tipo «qué bien hablaba, ¡pero qué largo se me hizo!» Muy al contrario, la charla se extendió hasta las 22:20 horas. Tres horas y media. La mayoría de los asistentes aguantaron atentos hasta el final. Y porque las monjas dijeron que tenían que cerrar, que si no aún seguiríamos allí.

¿Cómo es posible que un humilde agricultor con aspecto de abuelo bonachón consiga, no sólo enganchar a medio millar de personas durante horas y horas, sino además vender las virtudes de productos que nadie en su sano juicio daría como remedio curativo a su gato? Eso era lo que me intrigaba, y por eso aguanté hasta el final. Mi objetivo no era desmontar sus chalatanerías (ya lo han hecho otros mejor que yo, y tampoco era el lugar adecuado) sino de aprender sus tácticas.

Cuando por fin tuve tiempo para sentarme y escribir, me salió un post tan grande que ni yo mismo lo leería de una tacada. Por eso lo he troceado y re-ordenado. He agrupado las tácticas de Josep Pamies en diez artículos, y los he denominado «decálogo de Pamies.» Ilustran la forma en que un charlatán puede vender remedios contra el cáncer impunemente, creando una clientela leal y entregada. Seguro que, cuando termine de leerla, podrá usted reconocerla en multitud de discursos de todo tipo.

El decálogo de Pamies saldrá publicado en este mismo blog, artículo tras artículo, cada dos días a las nueve de la mañana. Disfrútelo. Coméntelo. Compártalo.

Ah, y respecto al término «charlatán» que nadie se ofenda ni se apresure en acudir a los tribunales. La RAE admite este término con significados tales como «que habla mucho y sin sustancia,» «persona que se dedica a la venta ambulante y anuncia a voces su mercancía,» y también como «embaucador; persona que engaña, alucina, valiéndose de la inexperiencia o candor del engañado.» En mi opinión, y tras haber visto lo que he visto, todas esas acepciones son aplicables al señor Pamies, salvo lo de «anunciar a voces.» Porque no se necesita gritar para embaucar. Ni para contar la verdad.

 

DECÁLOGO DE PAMIÉS



15 Comentarios

  1. Pues ya sabe usted, profesor, saltaran cuatro bobos diciendo que es un genio y que usted es un ignorante tonto y apegado a la ortodoxia cientifica que no sabe curar lo que el cura.

    De verdad, entonedo su esfuerzo, a mi tambien me crispa la necedad, pero sinceramente, deberiamos dejar que actue el dargüinismo y «se curen» con esas cosas, a fin de cuentas, mas sitio para los demas.
    Lo que deberiamos denunciar no es que existan sinverguenzas que vendan balsamos de fierabras a los tontos, saliendo d ela crisis a su manera, sino que a las personas con medio dedo de frente, como yo — que usted tiene mas de medio dedo, por supuesto — nos pretendan obligar a pasar por el aro de estas chorradas y las financiemos con nuestros impuestos.

    Que se suiciden pero no salpiquen ¿No le parece a usted?

      1. A los Aspeger nos pasa que nos sorprendemos cuando la gente «se toma a pecho» cosas que decimo sin que nos parezcan relevantes.

        Es es una vieja frase de barrio que en los bares de «quinto» compartido y tarde de futbolin, soliamos decirle a ciertas personas cuando nos tocaban mucho las narices. Hubiera pensado que era conocida por todo el mundo.

        Le agradezco su valoracion.

    1. Madre mía…cuanta prepotencia y sabelotodismo! pero que se creen «Ustedes», tener la verdad absoluta? , ser superiores por tener una carrera y rechazar todo lo que no está científicamente probado?, pues yo también tengo una carrera, y de ciencias precisamente, pero no me creo en el derecho de hacer o decir lo que algunos sueltan por aquí, como si fueran mejores, mirando por encima del hombro a quien piensa diferente y no se ciñen a la medicina moderna. Medicina moderna…. porque antes existía una medicina tradicional, verdad?
      y no creo que nadie me pueda negar que las plantas tienen compuestos químicos que interaccionan en nuestro organismo y, por lo tanto, pueden tener efectos positivos, negativos o ser inocuas.
      Sin necesidad de llegar a descatalogar a la medicina actual, ni a abandonarla… creo que tampoco deberíamos hacerlo con los conocimientos ancestrales, que son la base de lo que sabemos hoy en día.

      Basta de creernos en la superioridad moral e intelectual para menospreciar la forma de vida de los que no hacen lo mismo que nosotros.

      Panda de listillos

  2. El problema es lo que promulga, no que venda sus productos engañosos y, además, tóxicos. Dice q el virus del sida no existe, anima a no vacunar a los niños y eso ya no es suicidio, ya no es personal, reaparecen enfermedades erradicadas,o casi. Debería ser delito y poder condenarse, no una elección. Iremos leyendo el «decálogo» para saber más.

  3. Muy bueno el primer comentario de JDiaz, sin embargo yo sería aun más práctico. Antes pensaba que había que prohibir directamente todas estas charlatanerías como homeopatía, etc así como la astrología y demas sinsentidos que aun mantenemos. Ahora, supongo que eso de ¡Todos a la carcel! no tiene tanto sentido, al menos para mi, me he vuelto más práctico.
    Yo apuesto por la no prohibición, y por el aprovechamiento de tales circunstancias. ¿Cómo? Muy facil.
    – ¿Quiere ser usted homeopata? Muy bien, su tipo de IRPF minimo sera del 70%, y cuanto más gane más le cojo.
    – ¿Quiere usted un producto homeopático? Aquí tiene, son 160 €, es que han cambiado los tipos del IVA para este tipo de productos y le han puesto un IVA del 75%.
    – ¿Quiere darse usted de alta como autónomo para ser astrólogo? ¡Estupendo! Su tasa mensual será de 20000 €.
    Al final el darwinismo (y los bolsillos) actuará inexorable sobre todos y cada uno de ellos. ¿Es ese un sistema perfecto?. Por supuesto que no, pero se pillará un buen pellizco y limitarás ciertas actuaciones. A veces a la «naturaleza» hay que darle un empujoncito.

    1. Y el utopico soy yo.

      En un pais donde «Hacienda somos todos solamente es una frase publicitaria» esperar que se aplique un politica «disuasoria» a la estupidez, sobre todo cuando es la base en la que se sustenta el poder en el sistema, pues se me antonja un tanto inviable.

  4. Creías que eran pocos, eh?. En Barcelona, este tío llena ese recinto 5 o 6 veces. Y de entre todos esos, hay creyentes que como los apóstoles, van difundiendo la palabra. Me he encontrado con 2 amigos que no sabía que eran creyentes suyos, hasta que no ha surgido el tema, claro. Pero en Badalona centro he oído de refilón referencias a Pamies y sus conferencias de creyentes que quedaban para ir a verlo. Para los suyos es un galileo moderno, y encima, su imagen de payes ( natural ) ayuda a que la gente le crea.

  5. Las sectas y la incapacidad de alcanzar o simplemente conocer el pensamiento racional, como muy bien ha demotrado el profesor Quirantes en su curso de verano — «guiño, guiño, codazo» — tienen siempre el trabajo muy facil.
    Creer que si rezas el rosario el avion se mantienen en vuelo es mucho mas sencillo que conocer los principios físicos que hacen posible el vuelo. Requiere menos esfuerzo.
    Y creer que si no se pisan las rayas de la baldosa o se hace caso a un charlatan, uno se va a curar de sus horribles enfermedades — «¡Fijate, sida, se lo tiene vbien merecido por ser un depravado!» et. etc. etc — es mucho mas sencillo que , tan siquiera, leerse el prospecto del medicamento que te han mandado.

    En fin, me alegro que por lo menos no hallan aparecido los fanaticos defensores de este tipo de patoligia mental, a ponernos a parir. — Como ha ocurrido con este mismo tema en este mismo sitio, y supongo que por culpa mia tambien —.

    Un saludo.

  6. Pienso que la mejor forma de zanjar esta polémica, es un debate público, moderado por expertos en la argumentación lógica y las falacias, que señalen cuando éstas tiene lugar en el debate.

    Con la única condición de no tomar represalias contra nadie, pues la ignorancia, y las creencias no son actos malintencionados, aunque tenga sus consecuencias.

    Lo importante es encontrar las razonamientos y explicaciones que mejor se atenga a la realidad.

  7. Pues yo pienso que cada cual es mayorcito. Por supuesto firmaré para que no se haga en recintos públicos ni se pague con dinero público o se empeore la sanidad pública.
    Si hay indicios de delito hay que actuar, del tipo muerte por mms, si hay menoresse debeb también actuar contra los padres (en el periódico de extremadura sale uno en los comentarios que le da mms a sus hijos). Por lo demás, cada cual es mayorcito, sin paternalismos . Se quiere curar con plantas? firme aquí conforme abandona el tratamiento y no hace responsable a la sanidad pública, y pídale al curandero garantías como las nuestras, allá usted,

  8. Hay que entender que mucha de la gente que acude a estos sitios, realmente tiene una sensación de mejoría cuando hace caso a este tipo de personajes, normalmente en malestares menores, o ya no decir de orden mental, la cosa puede ser verdaderamente notable.
    Ahora le llamamos efecto placebo, poderoso y bien estudiado, pero es algo que esta funcionando en el planeta desde que existimos como especie pensante.
    Esa gente necesita fe inquebrantable, sino no funcionaría, así que, hablando de darwinismo que decían por ahí arriba, a esas reuniones va una muestra selecta de los que han sobrevivido y les funciona, los nuevos que buscan una dessesperada oportunidad de mejorar y unos cuantos escépticos, por el propio darwinismo, nunca tendrán fe y por tanto nunca sentiran el placebo.
    Los mesias y los curanderos necesitan una puesta en escena, y tener esa particular inteligencia (y en casos falta de escrúpulos) para decir lo que hay que decir para que el rebaño haga lo que debe.
    Lideres, chamanes, curanderos, santos, mesias… El problema es cuando llega ese cancer… entonces, mueres. Al menos el placebo religioso consuela hasta estirar la pata.

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