Las universidades españolas y el criterio de Shanghai

Por Arturo Quirantes, el 15 agosto, 2014. Categoría(s): Historias del Profe ✎ 37
Futurama Universidad de Marte
Mars University, sin duda la mejor… y la única

Un año más, la Universidad de Shanghai hace su clasificación de las mejores instituciones académicas del mundo. Se trata de un ránking que busca ordenar las universidades del mundo según criterios académicos objetivos. En los últimos años, la Clasificación de Shanghai se ha convertido en uno de los criterios más usados en su campo.

Como profe universitario, por supuesto, me interesa lo que digan de mi universidad (la de Granada), pero también de las demás universidades españolas. También sé que, en esta época de habas contadas, a veces interesa más el dato superficial que los criterios subyacentes, así que también los mencionaré un poco.

Vamos a ver cómo ha quedado la cosa. Para ello usaré el ránking global (hay otros más específicos para ciencias, humanidades, medicina, etc, pero no las consideraré aquí).

No les sorprenderé si les digo que, un año más, Estados Unidos parte la pana, con 16 universidades en el Top 20. El medallero lo copan las conocidas por todos: Harvard, Stanford, el MIT, Berkeley. El Reino Unido cuela las suyas en las posiciones 5º (Cambridge), 10ª (Oxford) y 20ª (University College de London), y Suiza logra colocar su Instituto Federal de Tecnología (ETH) en el puesto 19.

En el apartado nacional, que es lo que nos interesa, no hemos quedado muy bien. La clasificación, más allá de los cien primeros, se hace por bloques. En el bloque de los doscientos primeros, solamente tenemos un representante, la Universidad de Barcelona. En el bloque de los 201-300 clasificados están las universidades autónomas de Madrid y Barcelona, junto a la de Valencia. En los puestos 301-400 aparecen la Complutense de Madrid, la Politécnica de Valencia, la de Granada (¡olé mi tierra!) y la Pompeu Fabra. Finalmente, entre los puestos 401 y 500 se encuentran la universidad Politécnica de Cataluña, la de Santiago, la del País Vasco y la de Zaragoza.

¿Tan rematadamente malos somos? Juzgue el lector. Para ello, vamos a ver qué criterios se utilizan en la clasificación de Shanghai. Lo primero que hay que tener en cuenta es que los criterios son, casi todos, estrictamente académicos, lo que quiere decir que prima la investigación y no la docencia. La innovación docente, el número de alumnos, la diversidad de estudios, nada de eso cuenta. Sólo hay una excepción. Se contabiliza con hasta un 10% el hecho de tener antiguos alumnos que hayan ganado un premio Nobel o una Medalla Fields.

Este criterio es de lo más extraño. La «validez» de un premio Nobel parece disminuir con el tiempo, de forma que un ganador Nobel con anterioridad al 2012 «vale» un 100%, en tanto que un ganador en 1989 vale un 70%. De algún modo, se considera que un premio Nobel se devalúa con el tiempo, lo que yo, sinceramente, no entiendo. Al contrario, creo que un Nobel, al pasar el tiempo, atraerá un número creciente de doctorandos o investigadores, publicaciones, subvenciones, patentes, etc. ¿Por qué un Nobel que lleva 30 años haciendo crecer su campo de trabajo vale menos que uno que acaba de ser galardonado?

La predilección por los premios Nobel no se centra sólo en sus antiguos alumnos, sino también en sus trabajadores actuales. Los investigadores Nobel que trabajen en una universidad puntúan hasta un 20% para Shanghai. Pueden repartírselo, de forma que un Nobel que esté afiliado a dos universidades contribuye mitad y mitad a ambas; y si ha sido un galardón compartido, también se reparte: un premio Nobel entre tres «toca» a 1/3 de Nobel por institución. Y también aquí rige la regla de la caducidad: cuanto más nueva sea tu medalla, tanto más vale.

En el listado oficial para España indica un total de siete galardonados españoles, dos de medicina y cinco de literatura. De estar vivos los siete, la cosa sería de traca, ya que, para empezar, hay una fuerte diferencia entre ambos campos. De entrada, los Nobel de literatura suelen ser únicos y los de medicina compartidos, así que los Nobel de Cajal y de Ochoa, compartidos, «valen» la mitad que el de Cela o Benavente según el estándar de Shanghai.

Luego queda el detalle de que un Nobel de Medicina conlleva becarios, líneas de investigación, laboratorios, trabajos en grupo, lo que evidentemente enriquece una Universidad. Pero desde el punto de vista académico, ¿qué supone un Nobel de Literatura? Libros, entrevistas, fama, de acuerdo; pero dudo que influya en la «calidad» de una universidad de igual forma, a menos que el laureado consiga crear escuela en su propio departamento.

Y por favor, que nadie piense que, por ser físico, estoy sesgando contra «los de letras.» No es mi intención. Lo único que quiero decir es que la repercusión de un premio Nobel en una Universidad depende mucho del tipo de galardón que es, y no tanto de cuándo se lo han dado o con cuántos lo ha compartido. En la escala de Shanghai, parece ser justamente al revés.

Antes de que mis amigos matemáticos me chillen, tranquilos, que no me olvido de vosotros. Peor lo tienen, ya que la medalla Fields (una especie de Nobel para los matemáticos) solamente se concede una cada cuatro años. Si ya es difícil conseguir un Nobel en alguna categoría, siendo un galardón anual, no digo nada de uno que se da cada Mundial de Fútbol.

Sea Nobel o Fields, la institución que lo alberga o lo vio crecer tiene cierto mérito, y por tanto debería contabilizarse en criterios como Shanghai, pero un 30% me parece demasiado, sobre todo por la vertiente mercantilista. En fútbol, es conocido que puedes hacer un equipazo comprando figuras o mimando la cantera. En el segundo caso, el equipo puede considerarse orgulloso copartícipe del éxito de sus jugadores, ya que en cierto caso los ha creado y ayudado a convertirse en lo que son; pero seamos sinceros, amigos, si Cristiano está en el Real Madrid es porque el equipo blanco tiene un gran talonario de cheques, y eso no tiene por qué estar en relación directa con el número de trofeos ganados.

De modo similar, Harvard o Stanford puede que tengan el atractivo de sus instalaciones, laboratorios e investigadores para atraer a un Nobel, pero también influye el tamaño de sus presupuestos. Así las cosas, parte de su posición en el ránking se debe no a su calidad sino al fichaje de figuras de fuera. Si nos ponemos así, Google o Apple pueden echar mano de sus casi infinitas reservas de efectivo, pero eso no los convertiría en universidades de alta calidad o en equipos de fútbol punteros.

Una clasificación académica debería fijarse en la producción científica, y eso es lo que también hace Shanghai, asignando hasta un 60% de la nota a partes iguales según las siguiente categorías:

Artículos publicados en revistas indexadas (incluidas en el Science Citation Index o en el Social Sciences Citation Index) en el año anterior al estudio; por alguna razón, los artículos del Social Sciences CI valen el doble.

– Investigadores con artículos que tengan gran número de citas

– Número de artículos publicados en Science o Nature

El primer criterio es un intento de medir la cantidad y calidad de la producción científica. El sistema actual puede tener sus problemas de habas contadas, pero al menos hay criterios objetivos. En el apartado negativo, solamente valen las publicaciones del año anterior al estudio. Si tú, investigador que publicas como churos, te tomas un año sabático, al año siguiente la calidad de tu universidad va a verse resentida y el rector te chillará.

Tampoco entiendo por qué los artículos de «los de letras» valen doble. Sí, soy de Ciencias, pero también me quejaría si fuesen al revés. ¿Qué criterio objetivo establece que la producción de un tipo de investigadores vale más que la de otra? No tengo problema en hacerle la ola a quien haya, digamos, descubierto una tumba de un faraón, pero leches, digan por qué o será un elemento calificador muy caprichoso, que sesga a favor de unos y en contra de otros.

El segundo criterio es sencillo de entender: intenta contabilizar los artículos de mayor relevancia dentro de la comunidad científica, que supuestamente son los más citados. Eso es discutible, pero me vale, aunque imagino que «gran número de citas» tendrá un significado distinto según el campo del saber que consideremos.

El tercer criterio se justifica teniendo en cuenta que Science y Nature son dos de las publicaciones científicas más prestigiosas y conocidas del mundo de la ciencia. Se considera que, cuantos menos firmantes tenga el artículo, menor valor tiene. Eso ya es injusto, ya que en algunos campos (física de partículas) la lista de autores puede ser mayor que el propio artículo. Se da mayor valor, por tanto, a los investigadores aislados, los lobos solitarios, para calibrar la calidad de toda una institución académica, algo paradójico en mi opinión.

Eso, repito, para las revistas Science o Nature. Las demás publicaciones científicas, sencillamente, no valen una higa en ese apartado, que recordemos valen un 20% de la nota global para tu Universidad. Por supuesto, a los que no entren en el ámbito de esas revistas, ajo y agua.

Hay una excepción, para evitar que a los de humanidades, economía, filosofía, ciencias del deporte y similares les den la del pulpo. Si la institución está especializada en humanidades y ciencias sociales, ese apartado no se considera, y el peso de los demás elementos de calificación aumenta para compensar. Es decir, si usted trabaja en la London School of Economics, este apartado no le influye, y le calificarán en función del 80% restante. Eso sí, si usted tiene la mala suerte de trabajar en humanidades y su universidad no está «especializada,» es decir, si su Facultad es una de tantas, ajo y agua.

Finalmente, el criterio de Shanghai otorga hasta un 10% en función de lo que llaman Per Capita Performance, para darle mayor valor a las instituciones pequeñas con poco personal. Si usted trabaja en una de esas universidades con cuatro gatos, esto le beneficia; si por el contrario, usted investiga en una gran universidad, le perjudica, con independencia de la cantidad de premios Nobel o papers de alta cita que tenga usted.

Recapitulando todo lo anterior, resulta que los criterios de Shanghai son especialmente favorables para las universidades que tengan muchos premios Nobel/Fields en su elenco de alumnos, o en su personal actual, muchos investigadores populares en su campo, sean pequeñas y/o no tengan estudios sociales o humanidades.

El hecho de que se utilicen criterios tan peculiares hace el listado de Shanghai propenso a malas interpretaciones, ya que buenas universidades que no tengan premios Nobel o no publiquen en Science/Nature podrán no aparecer en el ránking a pesar de tener buenas cualidades.

También puede darse el caso opuesto: universidades que «compran» puntos en Shangai. Es fácil si se tiene dinero. Puedes fichar a un Nobel que no tenga ya éxito en su trabajo, o que se haya jubilado, o bien buscar afiliaciones entre profesores eméritos que ya no investigan. En 2011, la revista Science publicó un artículo que acusaba de fraude a dos universidades saudíes (Rey Abdulaziz y Rey Saud). El truco consistía en ofrecer a un investigador consagrado un «contrato de profesor adjunto» que solamente requería una presencia de dos semanas al año. El fichaje seguía trabajando como antes, y tan sólo debía declarar su segunda afiliación a la universidad saudí. En 2011 la Rey Abdulaziz ni siquiera aparecía en el ránking de Shanghai; en la actualidad, ambas universidades están ahora en el rango de las mejores 150-200.

Estrictamente hablando, tal vez ni siquiera pueda considerárselo fraude, pero ilustra muy bien los peligros de los criterios de Shanghai: una universidad con resolución y bolsillos profundos puede trepar gracias a una combinación de fichajes extranjeros, cheques, y en su caso pocos escrúpulos. Lo que se puede justificar como una política de excelencia puede esconder una sencilla búsqueda de visibilidad. ¿Google SEO académico?

Sea o no, sugiero prudencia y tranquilidad cuando salgan los ránkings de Shanghai. Que tenemos margen y necesidad de mejoras, eso nadie lo duda; pero no perdamos los nervios.



37 Comentarios

  1. Buenas. Desde que el tema es el funcionamiento de la universidad en sí me he convertido en asiduo 😀

    Como dices el ranking de Shangai es imperfecto, como son todos, precisamente porque quiere medir algo, «la calidad universitaria», que no está bien definido. El que la docencia tenga menos peso que la investigación es normal, porque es algo muy difícil de cuantificar. Al final la única manera más o menos objetiva de hacerlo es midiendo el éxito de la gente que sale de la universidad, que es lo que intentan con lo de los premios Nobel y Medalla Fields. Por supuesto, hay mucha gente que se queda fuera. Si la Harvard Business School prepara a mucha gente que luego termina dirigiendo o creando empresas exitosas no obtiene beneficio en Shangai por eso. Lo de valorar más a los recientes que a los antiguos es porque se trata de medir la calidad de la universidad ahora, y evitar que una universidad que fuera puntera hace 50 años y ahora no salga beneficiada.

    Lo de valorar doble los artículos de ciencias sociales es, simplemente, porque han visto que en esos campos se publica menos. Lo de Nature y Science es porque, como has dicho, son las revistas más punteras en ciencia. Dices que hay campos que no publican ahí, pero yo creo que son solo los de ciencias sociales, todas las ciencias empíricas tienen cabida siempre que hagas algo suficientemente novedoso (que me corrija alguien si me equivoco).

    También dices que una universidad con buenos laboratorios y similar puede fichar a mucha gente buena de fuera sin ser buena en sí. La cuestión es que tener buenos laboratorios es ya un indicador de que la universidad es buena. De hecho, la calidad de las instalaciones me parece una de las cuestiones más importantes para definir una buena universidad.

    En resumen, Shangai es un indicador imperfecto, como el índice de impacto, el expediente académico, el índice h, el IPC o cualquier otro que trate de medir algo que no sea totalmente objetivo. Sin embargo, que sea imperfecto no quiere decir que no signifique nada. Podemos discutir si merecemos estar el 200 o el 175, pero que las universidades del top-20 son las que parten la pana, y que las que están pasadas el 200 la parten menos me parece de cajón.

    1. Totalmente de acuerdo con Daniel Manzano.

      Añadir que la situación actual de las primeras universidades del ranking Shangai es fruto de un pasado exitoso que, creo, nadie pondrá en tela de jucio.

      Vivir de hipotecas del pasado es un clásico en cualquier ámbito, como bien comenta (indirectamente) en el artículo Arturo Quirantes, a la vez que hace paralelismos (creo que muy acertados) con el mundo del fútbol.

      La panacea no existe. Poner el acento (ponderar) en una u otra característica siempre perjudicará y favorecerá a alguien; simpre será justamente injusto.

      Arturo Quirantes, gracias por este buen artículo

  2. Magnífico artículo, y verdaderamente imprescindible para entender muchos de los «por qués» del ránking que aparentemente parecen inexplicables.

    Por otra parte, respecto a lo de que el Nobel se devalúe con el tiempo, en mi opinión, lo utilizarán como criterio para asegurarse de que la universidad es buena en el presente; poco o nada representativo puede ser el hecho de que un científico que salió de mi universidad hace 70 años ganara entonces un premio Nobel, puesto que mucho ha llovido desde entonces y mucho puede haber cambiado la institución y su forma de hacer y ser. Y la verdad es que, viéndolo así, parece medianamente razonable.

  3. Buen post. Viene bien contextualizar y analizar el dato para no dejarnos llevar por la facilidad que aparentan las puntuaciones y los rankings para todo.

    En cuanto al mayor peso del Social Science CI, yo lo interpreto simplemente como una forma de reconocer que, por tradición, en esas áreas habitualmente no se publica en revistas indexadas, sino en libros y monografías. No digo que me parezca justa la manera de ponderarlo en el cálculo para el ranking, simplemente aporto una posible explicación al dato que das, y puedo estar completamente equivocado.

    Aun así sería una forma muy burda de corregir el desequilibrio: en psicología hay mucha más tradición de publicar en revistas indexadas que en historia o literatura por ejemplo, siendo todas de CC Sociales (¿me equivoco?). Por otro lado, en informática hasta hace poco apenas se publicaba en revistas, comparando con física o química (se publicaban más proceedings, yo creo que por la inmediatez de publicación que requiere este campo), y las tres irían al apartado de Science CI. En resumen, que si mi hipótesis del por qué del mayor peso al Social Science CI es acertada, se trata de un parche un poco chapucero.
    Conste que hasta que lo has mencionado ni siquiera había reparado en esa corrección a favor del Social Science CI.

  4. Me ha gustado su artículo, en parte porque es muy claro y concreto y, en parte, por su crítica a un sistema de ranking universitario tan extrañamente aceptado.

    Un par de pensamientos:
    1. La revista Nature (he visto por encima) tiene artículos de filologia, criminología y economía.

    2. Según acabo de ver en la guía para autores de Nature, la revista exige a los autores especificar la contribución realizada por los co-autores en las notas finales. Entiendo que por muy larga que la lista de co-autores sea, se ha de reflejar en el artículo. Doy por hecho que co-autor equivale a firmante y que si se sigue esta operación no debería haber situaciones injustas como la que ha comentado.

  5. Buenas!

    Sólo un par de notas:

    Por un lado, la medalla fields se entrega cada cuatro años, pero no se entrega una sola, sino que se entregan de dos a cuatro medallas. Este año han sido cuatro.

    Por otro, la reducción del ‘valor’ de los premios Nobel con el tiempo, puede ser debido a que, si vas a ‘puntuar’ periódicamente la calidad de una universidad, sean más interesantes los resultados más recientes, ya que indican el estado actual de formación, y aunque premios antiguos pueden resultar atractivos e indicar que la universidad tiene un gran historial, pueden no reflejar la realidad actual de la misma. Creo.

    Un saludo

  6. Hay un problema cultural y es que las universidades españolas están muy ideologizadas. Por ejemplo presenciamos continuamente esas campañas en internet contra las medicinas alternativas, mientras que en todas las universidades de medicina de las primeras posiciones tienen secciones de medicinas alternativas. Harvard y la UCSF (Osher) http://www.osher.ucsf.edu/about-us/. Washington http://www.gwcim.com/about/why-gw-cim/ Johns Hopkins http://www.hopkinsmedicine.org/cam/ . (Sólo por citar a las primeras posiciones, ya que todas la tienen)

    Por ello algunos de ustedes que se dicen aficionados a la ciencia, deberían reflexiona sobre esas campañas de internet denunciando a las universidades españolas que imparten masters sobre medicinas alternativas. Por un lado habrán observado que sirven de muy poco respecto a lo que finalmente ocurre en la sociedad. Y por otro, deben tener en cuenta que están repitiendo un antiguo patrón sociocultural que perjudica a la ciencia española.

    En España el pensamiento científico ha sido siempre arrinconado y demasiado minoritario. La antigua presión religiosa no debería ser sustituida por una nueva dogmática de control, esa nueva «ortodoxia» científica que en realidad no tiene correspondencia con lo que ocurre en los países con mas ciencia del mundo. De hecho si ustedes estudian el pasado, encontrarán que esa exigencia de ortodoxia radical era un constante en España para reprimir el desarrollo científico.

    Están los aspectos económicos y de gestión, pero el problema de la ciencia en España tiene un fondo muy cultural. Siempre ha existido una dogmática ideológica excesiva que ha vigilado al saber y a la ciencia, y esto es algo que siempre la ha alejado de la sociedad y que ha pretendido limitar la libertad de pensamiento en sus universidades. Debido a esa obsesión histórica por construir un aparato dogmático de control, la ciencia en España siempre ha sido poco valiente y se ha presentado como muy ortodoxa, pero al mismo tiempo siempre ha sido muy escasa y de poca relevancia en el mundo. Psicológicamente, alimentar un radicalismo vigilante de la ortodoxia sólo sirve para restringir la libertad del conocimiento, y esto también coarta su popularidad y su crecimiento en la sociedad.

  7. Hola: felicidades por el artículo. He disfrutado mucho con esa maravillosa historia de las universidades saudíes, que desconocía

    Sobre el SSCI: no engloba a todas las «letras». Las revistas de Humanidades están en un índice equivalente, Arts & Humanities Citation Index. En cuanto a la mayor baremación de las revistas del SSCI, tal vez se deba a que hay menos que en las ciencias y es menos habitual / más difícil publicar

  8. Me gusto mucho el artículo. Y los comentarios; sobre todo porque fueron muy democráticos, sin pelos en la legua. Aunque estos ranking, no son muy trascendentales, porque están por fuera del contexto general y de los verdaderos retos de la ciencias actuales.
    Pero si creo que España, y el gobierno espanol; debían crear una universidad (solo una), especialmente enfocada, en aparecer del 1 al 15. Al menos para superar el trauma y hacer el marketing que le corresponde a su verdadero nivel educacional.
    Yo creo que la ciencia es amor y científico es el que investiga, independientemente del valor que le asignan estos esquemas clasificatorios. Además de que estos ranking, no cambian mucho, la trascendencia a futuro de cada investigación específica. La mayoría de las publicaciones en ciencias básica de frontera, son inciertas; así que nunca que sabe que sera lo trascendente para los humanos.
    Veo positivo que estimulen la investigación en humanidades, ya que son esferas más complejas, e importantes, que las físicas, las matemáticas, las biologías,…. (ya se, todo es importante y aporta su poquito) Y que esa investigaciones humanísticas lleguen a los partidos políticos, a la cabeza de los líderes que preferimos; como debe llegar a las compañías españolas, las de ciencias básicas.
    Las ciencias básicas deben pasar de lo real maravilloso, en el caso de la físicas, pasar de las metafísicas-matemáticas esotéricas, al pragmatismo científico; para lograr la próxima actualización tecnológica que se necesitará, dada la creciente población mundial. Sino, las mentes enfermas y oportunistas, manipularan a la sociedad, para formar guerras anexionistas, neocomunismo transitorios y caos incontrolables por todos lados.
    Y las humanistas deben definir con investigaciones seria, no de pantalla de computadoras; si queremos personas trabajando como robot, haciendo el mismo movimiento estúpido por 10 o 12 horas en una línea de producción de una factoría, científicamente bien controladas por fiables microcomponentes fisicos y optimizaciones matematicas, para lograr mantener una familia; o queremos personas creativas, seres humanos alegres y enfocados, socialmente hablando.

  9. «¿Tan rematadamente malos somos? Juzgue el lector. Para ello, vamos a ver qué criterios se utilizan en la clasificación de Shanghai. Lo primero que hay que tener en cuenta es que los criterios son, casi todos, estrictamente académicos, lo que quiere decir que prima la investigación y no la docencia. La innovación docente, el número de alumnos, la diversidad de estudios, nada de eso cuenta. »

    JAJAJA…¿Me está usted diciendo que si hicieran un ránking evaluando la docencia las universidades españolas saldrían mejor paradas? Usted sabe la respuesta tan bien como yo, a menos que sea de los que se encierra en su despacho y no tenga ningún contacto ni con alumnos, exalumnos ni con el mundo real en general. NO. Las universidades españolas son MUY malas. Mucho. Aún estoy esperando que algún profesor de universidad como es usted en lugar de salir a quejarse cada vez que sale un ránking de estos, salieran ustedes de una vez por todas a explicar lo podrida que está la universidad española, los lamentables criterios de selección, el apoltronamiento de miles de profesores/investigadores que no son buenos ni en una cosa ni en la otra, las miles y miles de personas que deberían ocupar sus puestos pero son expulsadas del país o bien acaban tan asqueadas de la universidad que acaban buscándose la vida en otro sitio (mi caso). ¿Necesitamos un caso Pujol a nivel universitario para que salga la mierda de debajo de las alfombras?

    1. Pienso igual que usted. Además puse un mensaje que ha sido eliminado diciendo lo mismo pero de una forma menos educada.
      Las universidades españolas no destacan, no crean nada de valor, no crean buenos profesionales, enseñan lo que no es útil, no forman para el mundo laboral, no tienen (en su mayoría) buenos docentes, y cuando desde fuera se lo recuerdan… la culpa es de los de fuera!!! Es el increíble efecto «soy ejpañó», el patético y dañino españolismo, esa mentalidad que dice no tener premios Nobel porque los suecos son racistas.

      Me alegro de que este ranking ponga a estos «profesores» en su lugar, que por lo visto es pésimo.
      Saludos de otro que, se puede decir, fue expulsado de este sistema endogámico, además en mi caso conozco a los endogámicos y a sus madres/padre que los enchufaron: yo no pago este cortijo.

    2. Bueno, yo he estudiado en una universidad española y en una universidad extranjera, y, por ejemplo, los españoles tenemos muchos más conocimientos teóricos en promedio (pero menos experiencia).
      A mi me da mucha rabia ver que gente que no sabe ni la mitad que yo accede más fácilmente a puestos que me interesan… obviamente no soy objetivo, pero creo que este tipo de valoraciones nos salen a la baja

      1. Yo también tengo experiencia tanto en una universidad española (la Politécnica de Madrid) como en una alemana (la RWTH Aachen, considerada la mejor del país para enseñanzas técnicas) y os aseguro que los españoles adelantan por la derecha a los alemanes en cuanto a conocimientos teóricos se refiere peeeeeero son muchísimo mejores en temas prácticos. ¿Cuál es la diferencia? Que para aumentar los conocimientos prácticos del alumnado se necesitan sobre todo medios materiales, cosa que en España no tenemos, no sé si porque el Estado no pone suficiente dinero o porque el dinero se va por otro lado (ya sabéis a lo que me refiero). En cualquier caso, es un tema de pasta. En España se intenta suplir la falta de medios con dificultad añadida en los exámenes teóricos, cosa que en otros países no pasa. Luego está el tema de los «profesaurios» que llevan en su poltrona 40 años enseñando lo mismo y que no se molestan lo más mínimo por el alumno. Por fortuna también hay excepciones.
        Aún así, los conocimientos prácticos son muchísimo más ´faciles de adquirir una vez fuera de la Universidad que los teóricos, por eso tampoco lo considero muy grave. Peor es la dificultad excesiva de los exámenes en las enseñanzas técnicas, que no reflejan las exigencias que después se va a encontrar un ingeniero fuera y que encima el alumno sale de la carrera con una nota media de mierda, con perdón, que le ha costado 3 veces más esfuerzo conseguir que los notables de muchas Universidades europeas. Pero claro, ¿cómo le explicas esto al entrevistador una vez que sales y ven que tú tienes un 6 de media y que otros estudiantes de otros países tienen un 9? En eso sí que estamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado.

        1. Que manía con que somos mejores en conocimientos teóricos. A ver, tenemos medallas Fields? Tenemos buenos matemáticos internacionales trabajando en España? (Digo en comparación con un país como Francia). Como la respuesta es no a ambas preguntas, en España no valemos ni para la teoría.

          1. Por lo demás. En mi universidad (que es de lo peor de España, para más inri) se repite lo del enchufismo y -apoltronamiento- de profesaurios sin el más mínimo respeto por la docencia. Hay muchas «anécdotas», solo contaré algunas para no aburrir:

            Entre mis favoritas, la asignatura con más créditos de la carrera, y no me lo invento, se aprobaba a base de mamapollismo o en el mejor de los casos en un sorteo visual: como si deshojara una margarita ese mamón aprobaba o suspendía según le venía en gana. Sin examen (de hecho, ni los llevaba impresos a las convocatorias). El único criterio docente era la asistencia (por cierto, en aulas de menor capacidad que el número de alumnos). El día que «aprobé» le restó un punto a otro compañero por «llevar pantalón de deporte a la Universidad».

            Otro, el de matemáticas. Un tontaina que siempre llegaba tarde y se iba antes: impartía 30′ de clases, con suerte. Como solo «sabía» CÁLCULO II nos daba eso… en la asignatura de CÁLCULO I. Bien, además era un bocachancla, una vez le dijo a una chica «si no estuvieras buena te hubiera suspendido» porque a esta le sonó el movil en clases, entre otras lindeces. Y por cierto, le molestaban las preguntas en clases. Los de ingeniería química reunieron el 100% de firmas para que el rector lo cesara, pero eso no pasó, por supuesto.

            Otros daban clases leyendo de un libro, día tras día. Algunos con clarísimas carencias de conocimiento sobre la asignatura que imparten (suelen ser los más susceptibles a preguntas). Algún vanidoso que va de incomprendido xD. En fin, una odisea, nauseabunda a veces. Imagino lo duro que habrá sido superar la carrera en condiciones a un buen estudiante y se me cae el alma al piso.

            Pero de las peores situaciones es cuando el profe que va de crack es un auténtico gil y se niega a ejercer su trabajo en tutorías. En fin, no quiero seguir soltando bilis, me pone de mala hostia. Solo una cosa más, gracias a este tipo de enseñanzas la gente de mi tierra solo ve la facultad como un «trámite para la obtención del título». Menuda mierda de formación.

            Y para colmo de males: la adaptación al grado. La pesadilla se alarga.

    3. Terminé Ingeniería Informática hace algunos años, y si bien recuerdo muy buenos profesores, la nota dominante era la mediocridad y el «por mis huevos». Algunos ejemplos vividos en primera persona:

      – Un profesor (que por cierto ha salido en los programas Milenio y semejantes) pone una práctica a realizar en el lenguaje de programación X. Para ello otro profesor del departamento, que no imparte la asignatura hace un corrector automático con anti-copia. Algunas de las prácticas se resuelven con muy pocas lineas de código. Resultado: Decenas de suspensos por «copia». A la hora de las revisiones el argumento esgrimido por dicho profesor es que él no sabe programar en ese lenguaje y no va a mirar nada. Si el comparador ha dicho que es copia, es copia y punto.

      – Ingeniería del software. Ejercicio de 5 puntos del examen final que consiste en realizar el típico diseño de un sistema que haga nosecuantas cosas. Como suele ser norma en estos casos, además de los diagramas hay que incluir «literatura» explicando el porqué de las decisiones, posibles ventajas e inconvenientes, etc. ¿Que tu diseño coincide exactamente con el del profesor? 5 puntos. ¿Difieres en algún detalle? 0 puntos. Sin más.

      – Profesor activista a muerte del software libre. Algún pobre incauto comete el tamaño error de entregar la memoria de prácticas en formato word. Un cero porque «me niego a abrir un documento de una multinacional como Microsoft».

      – Programación declarativa. Tras un mes de clase explicando un farragoso teorema, el profesor termina de explicarlo y dice: «Este teorema es incorrecto, está mal planteado y no tiene ninguna utilidad». ¿Examen final? Pregunta de 6 puntos cuyo único enunciado insta al alumno a demostrar el teorema de marras. Hay que decir que para llegar a que se dignase siquiera en leer el examen había que superar un test de 10 preguntas que sumaba 0 puntos. Los fallos por supuesto restan. Si no recuerdo mal se permitían 2 fallos, en cuyo caso partías con una nota de -0,4. El tablón de notas era para llorar, decenas de suspensos con -1, -2… y el examen en sí mismo sin evaluar porque «no hay que perder el tiempo en evaluar a personas que no superan un sencillo test».

      En mi promoción había gente muy brillante con notas lamentables por cosas como estas, que a mi juicio ni evalúan correctamente, ni enseñan , ni nada de nada.

      1. Muy bueno lo del profesor fanático del soft libre. Antes la ideología que el conocimiento.
        ¿Con que narices pensaba abrir el documento de la multinacional MS? ¿Con los artilugios proporcionado por las multinacionales Intel o AMD? ¿ Lo vería en monitores Dell, HP, Hitachi, Sony, LG, Samsung… que como todo el mundo sabe son de producción casera en el pueblo de al lado?

        Lamentablemente creo que hay muchos así. La única neurona que les funciona es la de la ideologia.

        1. Es bastante comprensible que no quiera documentos en formato de Word, más en una universidad pública aunque veo excesivo poner un 0 por eso. Pero vamos, el estándar para el formato de un procesador de textos se llama .odt que lo debería abrir tanto el Word si lo usas como cualquier procesador de textos libre. Y si no siempre queda el pdf que entregar algo en un formato editable lo veo bastante cutre la verdad.

          1. Yo vi suspensos por poner color en una gráfica. Así que con mis impuestos no se paga esa universidad. Trabajas tu en una?

        2. Además que vamos, ni el profesor ni nadie tiene que tener la obligación de comprar software privativo para poder leer el trqbajo de un alumno cuando existen alternativas libres perfectamente solventes. Dicho sea todo esto creo que con un aviso o que te pida q lo cambiea de formato es más que suficiente, no hay porqué suspender por eso.

          1. Este tipo de suspensos son típicos de ciertas facultades del sur de España. En dónde se concentra la mala calidad, dicho por el informe PISA.
            Tu dónde estudiaste?

          2. De hecho, aún sigo estudiando, Biotecnología en la Universidad de Valencia. Hay bastantes cosas irritantes, que deberían cambiar y falta de recursos en algunos ámbitos aunque el personal docente me parece bastante competente en general.

      2. Lo mismo vi en mi facultad de ciencias. Y esta es la gente que pide aumento de sueldos, de material, ser fijo, viajes, pero si me acuerdo como instaban a los alumnos a luchar contra Bolonia, la razón no es que fuera malo para los alumnos (que tb) es que era malo para ellos: menos créditos, despidos, más horas de trabajo por crédito, menores sueldos, justificar la nota de los exámenes, etc… Que bueno ir destapando la m****a de la universidad pública.

  10. Un buen artículo, si no fuese por el comentario del Premio Nobel de literatura. En fin…. Imagínese alguien de letras escribiendo este artículo y diciendo: ¿y qué aporta un Premio Nobel en física si sólo se dedican a mirar por el telescopio? Pues así suena su comentario a la inversa. Lo lamento.
    Por lo demás, muy didáctico.
    Una ayuda. Las publicaciones en ciencias sociales nunca se han guiado por impacto. Ha sido una imposición desde el sistema clásico de las ciencias puras y la ingeniería. Para el desarrollo del conocimiento en la ciencia social no es práctico y en mi opinión va a suponer un retraso de décadas hasta que se nos permita volver a publicar de forma útil para nuestro trabajo. En ciencias sociales se suelen publicar monografías, libros, etc. Y, sobre todo, se trabaja mucho para intervenir directamente aobre un grupo social y solucionar un problema, por ejemplo, no para publicarlo y que te den palmaditas en la espalda. Por ese motivo se publica menos y es bastante más difícil.
    Por cierto, los científicos sociales no nos dedicamos a buscar tumbas de faraones. Aportamos bastante conocimiento que ayudaría a vivir en un mundo mejor. Investigamos cosas como las causas de la pobreza, la violencia, formas de inmigración, ecología humana, relaciones laborales, brechas sociales, educación, sistemas económicos, psicología, formas de comunicación, organización del poder, etc. No estaría mal que se nos dejase de mirar por encima del hombro desde otras ciencias.

    1. Creo entender que el comentario sobre el premio Nobel de Literatura se refiere a que, dado que el ranking ARWU mide exclusivamente resultados de investigación, el Nobel de Literatura (como el de la Paz, por poner otro ejemplo, simplemente hay premios Nobel que se pueden interpretar fácilmente como resultado del trabajo realizado en, por y para la universidad X y otros premios Nobel, Literatura o Paz, no parece que guarden mucha relación) no aporta nada a este ranking, y no debería ser valorado.

      Los índices de impacto surgen para poder ordenar las revistas en las bibliotecas y poder suscribirse a las de mayor interés. Desde hace siglos es obvio que el publicar artículos es un buen método para el avance de la ciencia y el consiguiente progreso de la humanidad (no necesariamente para obtener palmaditas en la espalda). Si en tu campo no os gusta publicar en forma de artículos (por el motivo que sea, no quiero enfocar la discusión en ciencias Vs letras ni la calidad, interés o utilidad de las investigaciones que cada uno pueda realizar) comprenderás que sí sería interesante tener algún medio de poder valorar la calidad de esas aportaciones, a vosotros os debería resultar muy importante. No sé si el JCR Social es una opción, pero de algún modo debe poder valorarse.

    2. El premio Nobel de literatura tiene tanto que ver con las ciencias sociales o humanísticas como con las ciencias naturales: nada. Por ejemplo, José Echegaray era matemático y ganó el Nobel de literatura en 1904. ¿Qué aportó la concesión del premio a las matemáticas españolas? Nada. Un Nobel de literatura aporta tanto a las letras como un Oscar a las ciencias, pues para hacer películas se usan todo tipo de aparatos que, entre otras cosas, se beneficían del conocimiento de la electricidad.

      Los premios Nobel tienen mucha notoriedad por la sustanciosa compensación monetaria que dan, pero no son un referente de lo bueno que puede hacerse, sino el capricho un un inventor y empresario sueco del siglo XIX. Por esto hay alternativas como los premios Kyoto, que cubren un espectro mucho más amplio del conocimiento y la actividad humanas. Que no haya premio Nobel para las ciencias sociales y humanas no convierte el Nobel de literatura o el de la paz en sus equivalentes. Solo el ‘Premio del Banco de Suecia en memoria de Alfred Nobel’ puede ser considerado un premio a las ciencias sociales, aunque que esté concedido por un banco hace sospechar bastante de su objetividad (igual que si el Nobel de medicina lo concediera una empresa farmacéutica).

    3. Otra cosa, cuando explicas la manera de trabajar y publicar en ciencias sociales como algo propio de las mismas creo que se debe a que desconoces la historia de las ciencias y cómo se ha llegado a trabajar como se hace.

      Al principio, en los siglos XVI, XVII y hasta el XVIII, los físico-matemáticos trabajaban como dices que se trabaja en las ciencias sociales: abordaban un problema, hacían el modelo teórico, desarrollaban las herramientas matemáticas que mejor les servían, encontraban las soluciones teóricas y daban la respuesta aplicada. Todo en monografías de lenta elaboración y circulación.

      En el siglo XIX se dieron dos cambios: por un lado un extraordinario aumento de la cantidad de científicos en activo, por otro la segunda revolución industrial. El trabajo que antes lo hacía uno se fue dividiendo, de modo que unos se especializaron en hacer modelos, otros en desarrollar las herramientas matemáticas, otros en resolver los problemas teóricos, otros en das las soluciones aplicadas que al final adoptaba la creciente industria. De esta manera, se podía reusar un mismo resultado teórico para varias soluciones aplicadas, lo que resultaba muy ventajoso. Para lograrlo solo se necesitaba disponer de un lenguaje común.

      En el siglo XX, el crecimiento ha sido exponencial, tanto en personas, en subespecialización de la gente, subdivisión de las tareas y sobretodo en cuanto a la velocidad para realizar cada paso. Y así es como estamos hoy, en un proceso social inmenso que absolutamente nadie es capaz de controlar, alimentado por una pasión común por el conocimiento.

      Digo esto no porque crea que esta sea la única o la mejor forma de hacer las cosas, sino porque no creo que haya una manera de hacer las cosas propia de cada campo o que esta tenga que ser siempre de la misma manera. Creo que en la medida que aumente el número de investigadores en ciencias sociales y, sobretodo, en la medida que aumente la comunicación entre ellos, se van a desarrollar otras formas de trabajar. Quizás se llegue al mismo punto que en las ciencias naturales o quizás se vaya por otro camino, pero de lo que no me cabe duda es que no se puede seguir trabajando de la misma manera sin poner barreras para impedir que aumente el número de investigadores y/o que se comuniquen entre ellos.

  11. En la Universidad Española el ranking que deberíamos usar es el genealógico, cogemos la lista de profesores del centro y por cada profesor que tenga el mismo apellido, consanguíneidad o filiación le damos un punto.

  12. Hasta donde yo sé, en español, «o» siempre significa «y/o». Así que eso de «y/o» es un neologismo inútil. Por ejemplo, «vengo el mártes o el miércoles», significa que vengo ambos días o al menos uno de esos días.

    1. Curioso comentario, según el DRAE no hay la acepción que tú dices, y «o» significa diferencia o equivalencia, pero ni significa lo mismo que «y» ni mucho menos lo mismo que «y/o»

      1. Según el Diccionario Panhispánico de dudas:

        «A menudo la disyuntiva que plantea esta conjunción no es excluyente, sino que expresa conjuntamente adición y alternativa: En este cajón puedes guardar carpetas o cuadernos (es decir, una u otra cosa, o ambas a la vez). En la mayoría de los casos resulta, pues, innecesario hacer explícitos ambos valores mediante la combinación y/o.»

  13. Muchas gracias, me hacía falta esta información, que si bien imaginaba no conocía con tanta exactitud. A partir de ahora más de un economista amigo tendrá que cerrar la boca.

  14. Sin acritud, pero ¿cuándo se podrá hacer una comparación de algo sin recurrir al manido (y para mí odioso) mundo del fútbol? Que se haga todavía para comparar superficies es de juzgado de guardia (es tan grande como dos campos de fútbol), pero lo que has puesto tú…. uffff…

  15. Intentan hacer un listado de las mejores universidades objetivo, y meten a los premios nobeles, donde a veces dan premios por ser presidente de EEUU y ser negro, lo que evidencia que los premio nobeles son bastante subjetivos. Además el número de articulos en una revista, no se refleja en la calidad del profesorado a la hora de transmitir conocimientos a los alumnos.
    De hecho la mayoria de los profesores de Universidad (al menos en fisica que es lo que estoy estudiando) no estan preparados para dar clase. No se que formacion tendran los profesores con respecto a las tecnicas educativas, pero a mi parecer creo que es nula.

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Por Arturo Quirantes, publicado el 15 agosto, 2014
Categoría(s): Historias del Profe
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