Que la divulgación en televisión está de capa caída es algo difícil de refutar. A despecho de excepciones como Órbita Laika (que está rodando su quinta temporada, por cierto), el caso es que cada vez más cadenas están descubriendo que “poner sexy” la ciencia y traspasar el umbral de la pseudociencia es algo que atrae público. Ya comenté el tema en 2013, en 2015, en 2016, y prácticamente la única mejora que veo es que, por fin, los medios de comunicación se han dado cuenta de que la charlatanería de Josep Pamies está mal y que a lo mejor quizá no hicieron bien dándole púlpito (eso último no lo dicen en voz alta, pero noto un pequeño cambio de actitud).
Al menos nos queda Netflix, que incluye documentales tan molones como Planeta Azul (de David Attemborough), aunque eso sí, hay que tener en cuenta que “documental” puede significar la historia de un equipo de fútbol inglés en segunda división, gente que conoció al Chapo, la evolución del hip hop, movidas de asesinos en series, tíos que comen como si no hubiera un mañana y cosas así, así que no creáis que el monte es todo Sagan, Bromowski y Cousteau. Ojalá.
Tampoco Netflix podía librarse de la pseudociencia. Digo “por supuesto” porque es una empresa que se dedica a ganar dinero, y si los amantes de las conspiranoias reclaman lo suyo pues oye, se les da, que también tienen poder adquisitivo y ven la tele (¿verdad, Cárdenas?). Hay incluso una etiqueta de “teorías conspirativas” de Netflix donde aparece un documental (por llamarlo de algún modo) sobre la masonería, otro sobre ovnis… y el que me ha dejado de piedra esta semana.
“La Tierra es plana”
Y no sólo eso, sino que Netflix decidió el otro día que me podía interesar, así que me lo recomendó.
Mi primer impulso fue pasar de él como de un político. Mi segundo impulso, también. Y el tercero. Pero como paraba de salir, en un rato tonto donde tuve que escoger entre verlo o darme con un canto en los dientes, escogí el canto en los dientes… pero no había piedras a mano. Eso o que quería ver cómo se enfocaba el tema, qué argumentaban, que decían los científicos serios. Total, que vi el documental.
Lo primero que te digo, amigo lector: no esperes un programa equilibrado. El resumen de Netflix dice “Una creciente comunidad de teóricos defiende la creencia de que la Tierra es plana mientras que la sociedad a su alrededor la rechaza rotundamente.” Dicho así da pie a creer que van a dejar que los terraplanistas digan sus razones para que luego los científicos serios los refuten. Para nada. Todo era terraplanistas y más terraplanistas, en plan factor humano.
Según ellos, la vida de un terraplanista viene a ser algo así: nace como escéptico; se encuentra el terraplanismo; se ríe de él e intenta refutarlo; acaba convencido de que realmente tiene argumentos; se convierte en un ser feliz, rodeado de gente que piensa como él (eso sí, muy extrañado de que su familia, amigos, desconocidos, canarios y relojes de cuco crean que están locos y huyen de ellos como de la peste); monta reuniones muy chulas con gente majísima; y a esperar la claudicación de la NASA y demás agencias conspirativas que no quieren que se sepa la verdad.
Más o menos eso viene a ser todo. Creo que había un psicólogo que intentaba explicar la fijación de los conspiranois por el terraplanismo, pero fuera de eso todo eran partidiarios y simpatizantes. Había una astrofísica graduada en Caltech (sí, donde trabajan los chicos de The Big Bang Theory), convencida de que la teoría terraplanista funciona de modo incontestable [FALSO. Ver “Corrección” al final de este artículo]. Pensé que sería una gran oportunidad para que nos convenciese con ciencia… qué ingenuo soy. Había un evangelista que se cree cualquier conspiranoia, la que le eches; una pareja (o no) de gurús del terraplanismo encantados de colarse (bueno, pagando) en un museo de la NASA para criticar su mal estado de conservación y para gritar provocativamente “la Tierra es plana” frente a una audiencia de cero personas; un disidente terraplanista que odia a los demás terraplanistas porque dice que él inventó el terraplanismo y los demás son falsos terraplanistas vendidos al gobierno… bueno, a qué seguir. Todo iba en ese plan.
De entre todo lo que decían, solamente había unos pocos elementos de evidencia experimental. Uno de ellos es preguntarse por qué, al borde del agua y desde la distancia, se ve la ciudad de Seattle. ¿No debería estar oculta por la curvatura de la Tierra, dice el protagonista principal? A mí se me ocurriría decirle que hiciese algunos números para cuantificar ese efecto, porque si Seattle no parece “hundirse” puede deberse a que el efecto es pequeño (a fin de cuentas la gente de hace mil años creía que la Tierra era plana precisamente porque la curvatura es muy pequeña). O a lo mejor se debe a la refracción, ¡o a que hay colinas que ocultan media ciudad, jolines! ¿Su conclusión? “La ciencia tiene un problema combatiendo lo que hacemos”. Pues en efecto, si lo único que tiene como elemento de convicción es tirar de tópicos y olvidarse de que las matemáticas existen, va a ser como intentar convencer a un turco hablándole en suahili.
No es una exageración. El terraplanista se crece y dice que “el motivo por el que le estamos ganando a la ciencia es que la ciencia sólo nos arroja matemáticas, y nosotros vamos en plan ‘eh, ahí está Seattle’.. una imagen vale más que mil palabras ” (ya, claro). Creo que eso resume el problema. Es como la frase de Groucho Marx “¿a quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?”, con la diferencia de que los Hermanos Marx eran comedia y los terraplanistas van en serio.
Segunda evidencia experimental: los aviones. Los terraplanistas han notado algo raro en las trayectorias de los aviones. Al parecer, hay una tendencia a evitar la Antártida. ¿Por qué? se preguntan ellos. Y esta es su conclusión:
Sí, han convertido la Antártida en un muro estilo Juego de Tronos. Esa es la explicación de que los aviones no sobrevuelen el polo sur. No se trata de que el hemisferio sur en general tenga esté menos poblado y tenga por eso menos vuelos; o que la Antártida es una pesadilla para sobrevolar en términos de rastreo, estaciones de seguimiento o despliegues de emergencia en caso de accidente, por no hablar del tiempo meteorológico espantoso. No, es por el muro. Y menos mal que no hay zombis al otro lado.
Tampoco parece molestarles la paradoja de que su prueba favorita puede estar tan falseada como las que ellos denuncian como falsas. A ver, chicos, los que veis son solamente avioncitos en un mapa (este, por ejemplo). ¿Eso es una prueba irrefutable? ¿Acaso una conspiración global, capaz de engañar al 99% de la población, es incapaz de darse cuenta del error y manipular los datos? Seguro que al menos un becario cae en la cuenta y avisa “eh jefe, deberíamos poner algunos datos falsos de aviones sobre la Antártida, que la gente no se va a tragar eso de que la Tierra es esférica” Pues nada, eso es una prueba contundente de la tierra plana, y las fotografías por satélite son todas falsas.
Tercera prueba: un grupo de científicos y técnicos afirman haber demostrado con experimentos que la Tierra es plana. Para convencernos nos dicen que si la Tierra es esférica y gira (no, tampoco admiten que la Tierra gire), un giroscopio registraría una rotación de 15 grados por hora, en tanto que el mismo experimento en una Tierra plana (y que no gira) no mostraría rotación alguna. Pues se van muy contentos a pillar un giróscopo láser ultraguay (20.000 dólares, una ganga), hacen la prueba esperando demostrar de una vez por todas que la Tierra no gira… y descubren asombrados que sí lo hace, a razón de 15 grados por hora. Sorpresa, sorpresa. ¿Conclusión del experimentador? “Vaya, esto es un problema. Obviamente, no íbamos a aceptar eso” Claro, porque eso es lo que hace un buen científico, interrogar a la naturaleza y negar la respuesta cuando no te gusta.
Ni cortos ni perezosos decidieron meter el giróscopo en una cámara de cero Gauss, que según he investigado (traducción: tomé el primer resultado al googlear “zero Gauss chamber”) sirve para bloquear campos magnéticos. Según el científico, así podrían “bloquear las energías generadas por el cielo” (sí, así lo dijo, por lo visto las brújulas son atraídas por energías celestes). ¿Resultado? “Por desgracia no tuvimos éxito”.
Siguiente intento: fue encerrar el giroscopio en un contenedor hecho de bismuto. No sabemos el resultado, salvo una conversación con otro terraplanista en la que viene a decir que tiene resultados demoledores pero no los va a mostrar nada. Ya, seguro, como que si hubiese demostrado que la Tierra no gira se lo había callado. En realidad nada de eso importaba, porque afirmaba que han demostrado otros aspectos de la Tierra Plana, así que da igual. Pues como lo hayan demostrado igual de bien… va a ser que no.
Prueba final (o no): una medición experimental seria. La idea es poner tres postes en un lugar aparentemente plano, poner un láser a una altura determinada en el primer poste y apuntar al tercer poste de forma que el haz incida sobre él a la misma altura. Si la Tierra es plana, el segundo poste será iluminado por el láser a la misma altura…
… en tanto que, si la Tierra es esférica, el resultado será distinto:
(espero que los de Netflix no me demanden por usar parte de dos de sus fotogramas sin permiso, pero es que estoy perezoso hoy)
Vale, esa peña al menos se lo está currando y se toma la cosa experimentl en serio. ¿Pero acaso la diferencia de alturas es lo bastante grande para poder ser percibida? Bueno, hagamos algunos números. Suponiendo que la distancia L entre los postes extremos es mucho más pequeña que el radio de la Tierra R, podemos estimar la diferencia entre la posición del láser en el poste primero y en el segundo de la siguiente forma: h=L2/8R. El radio de la Tierra es de 6370 kilómetros y, pasando al Sistema Internacional nos sale L=6,183 kilómetros. Y eso nos da una diferencia h de 75 centímetros, prácticamente igual a los 2,5 pies de la imagen. Vale, han hecho bien los números y saben lo que están buscando.
El problema es que, incluso suponiendo que el suelo que sustenta los tres postes está exactamente enrasado y a la misma altura (lo que es mucho suponer), el experimento fue incapaz de determinar si la Tierra era esférica o plana. El motivo es que el láser, por mucho láser que sea, va a irse expandiendo por el espacio, de modo que a seis kilómetros de distancia el bonito y fino rayo se convertirá en un haz mucho más ancho. ¿Cómo de ancho? Imposible saberlo sin saber más del láser, pero no es precisamente un instrumento de alta precisión así que no esperemos resultados de alta precisión.
Al final decidieron cambiar los postes por por láminas de material blanco de dos metros de longitud y altura (viene a ser lo mismo), y cuando apuntaron el láser comprobaron que que la tercera lámina estaba totalmente iluminada. El resultado fue inconcluyente. Es decir, no había forma de discriminar entre las dos teorías.
Dos semanas más tarde hicieron una variante del experimento. El láser se sustituyó por una simple linterna, colimada mediante un par de agujeros en otras tantas láminas. Mejor os lo incluyo en forma gráfica:
¿Cuál fue el resultado? Cuando el experimentador puso la linterna a la misma altura que los agujeros (17 pies) no se vio nada. A continuación subió la linterna y entonces sí se vio la luz. Lo único que le dio tiempo a decir al experimentador que manejaba la cámara fue “Interesante, esto es interesante” Eso fue en los últimos segundos del programa, con lo que la imagen pasa a títulos de crédito finales, música cañera y un espectador que se queda a cuadros porque apenas ha podido ver qué pasaba.
Por si no se han dado cuenta, las únicas pruebas experimentales que se mostraron en el documental (el giróscopo y la linterna) demuestran que la Tierra es esférica. ¿Y cómo las presentan? La primera como una demostración abierta, y la segunda justo cuando el documental termina. Entre medias, muchos terraplanistas presumiendo de que el peso de la evidencia experimental es aplastante.
Confieso que tuve la tentación de enzarzarme en argumentos para refutar el terraplanismo cuando vi a la astrofísica del Caltech viendo la página de los aviones con cara de haber descubierto el secreto de la vida, el Universo y todo lo demás; pero visto lo visto, creo que no vale la pena. No sólo es absurdo, es que visto lo visto no hay forna de convencer a alguien que se niega a dejarse convencer.
Creo que la clave del terraplanismo está en lo que dijo uno de los participantes en el documental: la gente cree en la Tierra plana porque cree en las conspiraciones. Si crees que el gobierno te engaña (cosa que pasa un día sí y otro también), acabas en plan “quiero creer, y la verdad está ahí fuera”. Pues tú mismo, chavalote, sé feliz. Eso sí, no te sorprendas luego si no te habla ni la portera. Ya sabes los raros que son esos terraesferistas.
CORRECCIÓN [24/2] En el artículo di la impresión de que la astrofísica del Caltech era pro-terraplanista. Fue la impresión que me dio a mí. He vuelto a ver el video, y en efecto, lo que dice es que la web de los aviones NO muestra que la Tierra es plana, sino lo contrario; es decir, es una anti-terraplanista. Creo que si hubiera hablado más claramente posicionándose contra el terraplanismo habría sido mejor, pero en cualquier caso reconozco mi error (por cierto, gracias a @alvaropastor por el aviso).
Hola! creo que el documental de netflix o no lo vió entero o no lo vio con mucho interés porque a lo largo del documental todos los cientificos, incluida la mujer, hablan del terraplanismo como un fenomeno conspiranoico social pero no cientifico, de hecho el final del documental es un terraplanista demostrando que la tierra es redonda aunque intentaba demostrar que era plana.
Saludos!
Sí. Yo también creo que vió otro documental.
Yo creo que no. Si bien hubo mucho trasfondo social y conspiranoico (cosa que yo también digo en el post), muchos de ellos coincidían en que el tema estaba zanjado, que había pruebas de sobra y que podrían convencer a cualquiera de ello. Que una astrofísica de Caltech lo diga da mucha credibilidad científica al tema. Todo el rato era rollos en plan «esto está demostrado, la ciencia no puede con nosotros, los estamos derrotando en toda la línea» Y sí, había terraplanistas intengando demostrar científicamente que tenían razón.
Es correcto el comentario, no vio el documental con el interés suficiente. De manera muy respetuosa los psicólogos y personal con formación científica planteaban la dificultad de dialogar con personas cuya formación no sólo no es científica, sino que justamente toma partido contra la ciencia como un «mal» dominador, dictatorial.
Vea de nuevo el documental, sino lo ha hecho, si deja de leer rápido y literal, entre líneas y no tan entre, verá que muestra las contradicciones científicas experimentales en que incurren como un abordaje cuidadoso desde los psicológico y social a las dificultades que explican un posicionamiento pseudocientífico. El documental, es interesante y aporta elementos para pensar con cuidado cuando estamos frente a un pseudocientífico, respeto e inteligencia.
Hombre, me alegra haber leído tu comentario, a ver si el autor de este “artículo” vuelve a ver el documental y a ver si entiende de que trata…porque es evidente que no lo ha entendido ni interpretado de forma correcta, sin embargo salta como una fiera a morder a esta gente con claros problemas. Este artículo no ayuda a nada ni a nadie, el documental si, habla de terraplanistas pero podría hablar de cualquier otra cosa, son obsesiones por ignorar información contrastada, solo buscar información que apoya tu teoría, enrocarte en tus ideas ante insultos…llámalos terraplanistas, negaciocistas del cambio climático, nacionalistas…es lo mismo, el documental trata muy bien la manera de abordar un asunto así con un paciente. Saludos
Además de todo eso, los problemas que encuentro a la teoría de la Tierra plana son: 1) el espesor que tiene, y sobre todo 2) que hay al otro lado del disco.
Si fuera plana, se haría de día y de noche en todo el mundo a la vez. No habría husos horarios. No habría hinviernos y veranos. Etc…
También tienes root cause, que encima puede afectar a la salud.
Creo que el problema es el formato sutil. El documental no se presenta como una narrativa, sino como una serie de hechos muy sutiles que muestran una realidad.
Y es MUY fácil no darse cuenta de ello. Yo lo vi ayer por segunda vez y pillé cosas que no había visto la primera (te confías en que estás escuchando, y hay que VER además).
Te pongo varios ejemplos de cómo el documental va refutando el movimiento.
Primero, te presenta a Sargent hablando de lo maravilloso que es el movimiento, y de como la gente es supercuquí y creativa. Esto es pura ceguera, este tío vive de el cuento, y la gente le manda tonterías porque aunque no se de cuenta, es un líder sectario. Te vende el colectivo como un rollo muy happyflower, pero luego nos muestra la cara oculta, que es una puta caverna de trolls. Y llena de gente bastante tocada. Porque el zumbao que le sale de archienemigo es completamente incompatible con la estampa bucólica que va presentando.
Luego vienen las pruebas, y como bien has matizado en la corrección, el tipo nos cuenta como no hay vuelos que vayan «fuera del mapa», pero lo que hace la astrofísica es abrir la web y mostrar dos vuelos que van a rodear el planeta. Y dice «solo hace falta entrar y mirarlo, está al alcance de cualquiera». Con lo que viene a decir «la gente no comprueba las cosas, solo da por válido lo que escucha».
Más tarde, la pareja de oro se va al museo de la NASA en plan «hahahaha! somos infiltrados, somos espías, estamos ganando a los perversos conspiracionistas». Lo que nos muestra el documental es a dos niñatos de más de cuarenta, haciendo el tonto y creyéndose muy importantes, gente con delirios de grandeza. Que además es TONTA DEL CULO. Porque Sargent se sienta en la máquina del Orión y se pone a aporrear la pantalla para iniciarla, pero no inicia. Y dice «nada funciona aquí», se levanta y se va. Pero la cámara hace un zoom hacia el asiento y muestra el botón de Start que la pantalla estaba mostrando. Esto lo vi la segunda vez y me meaba de risa. Lo deja a la altura del betún.
Más tarde, cuando comienza a revelarse la mierda, la podcaster esta se queja de que la acusan de ser de la CIA, trans y varias cosas más. Y entonces se lamenta de que ella no puede demostrar lo contrario, porque los conspiranoicos dirán que todo es una conspiración. Lo cual es JODIDAMENTE DELICIOSO. Es como «Oh, de verdad? De verdad me estás diciendo que la gente que se inventa conspiraciones por todas partes no atiende a evidencias o razones?».
Por no hablar del zumbado del «entrenamiento mental», al que le dejan una cuerda para que se ahorque y empiece a vomitar su perorata conspiranoica antivacunas antisemita creacionista. Es como «mira este tío raro, es otro de ellos».
Luego te dejan claro que es un tema de pertenencia, de grupo. Y que es una secta sin líder, una especie de comunidad de autoengaño.
Hay que estar muy muy atento a las intervenciones de los científicos, porque te van dando la respuesta a las actitudes que muestran entre los tierraplanistas.
Cuando muestran el tema del giroscopio, automáticamente sale el escritor de noticias científicas explicando que el problema es realizar experimentos esperando un resultado, y hacer cherry picking con las evidencias para que se ajusten a tu objetivo, que es lo que hacen estos tipos inmediatamente. No sale como queremos, intentamos que salga.
El broche final es el experimento de la luz, porque casi puedes ver el shock del chaval del gorro. «Interesante». No, dice eso, pero quiere decir… «me cago en mi vida».
Dale otro visionado y míralo como una construcción no verbal. Como una especie de cuento sutil. No dicen nada, pero eligen mostrar las cosas de manera que la narrativa final es devastadora. Son un puñado de personas amargadas que han encontrado una forma de sentirse especiales y acogidos. Y niegan toda evidencia que señale en otra dirección.
Exactamente.
En el documental juegan con la lectura entre líneas. Con las sutilezas. Esa es la gracia, partir de una posición «aséptica» donde parece que simplemente se les deja hablar, pero utilizando detalles para demostrar lo pirados que están algunos y lo que hay detrás del «chiringuito».
Es decir, no van «a degüello» a destruirles refutándoles sus «argumentos», sino que lo hacen de tal forma que son los propios terraplanistas los que se refutan a sí mismos sin tener que explicarlo.
Es como las pelis que no te cuentan el final porque NO hace falta.
Y por cierto, esa táctica suele ser más productiva para enfrentarse a conspiranóicos y magufos en un debate público que ir directos a la yugular.
A veces basta con dejarles hablar y tirarles un poquito de la lengua para que se desacrediten solitos sin ayuda de nadie más. Visualizar sus contradicciones pero sin ridiculizar ni aparecer como el «dogmático de la ciencia» (según sus propios términos) porque eso les sitúa en ventaja respecto al público y les permite hacerse las víctimas.
Funciona mejor la sutileza y el «respeto comprensivo» que atacar a saco, porque el resto de la gente que lo ve «desde fuera» (y que son a los que te diriges realmente para llevarlos a tu terreno) te va a ver como alguien que se cree con «superioridad moral» y con un tono autoritario que es nefasto. Si caes mal, la gente ya no te va a escuchar y se va a poner instintivamente del lado del «débil». Y eso es lo peor que te puede pasar en un debate con mafugos.
La clave está en conseguir que ellos mismos caigan en contradicciones, haciendo las preguntas adecuadas y visualizándolo con sutileza.
Dejo constancia de que la tierra es plana, pero la métrica no se parece a la identidad, va como diag(1-rs/r,-1/(1-rs/r),-r²,-r²sin²(phi)). Quienes no entienden eso, usan coordenadas sacrilegas y colaboran con los malvados conspiradores iluminati (?).
El documental no va de física, explicar sus errores es algo innecesario, va de psicología…
Hola, un tema interesante, pero es evidente que tu opinión está sesgada. Yo creo que la solución a todo este tema del terraplanismo, es muy sencilla, muestrar pruebas científicas de que la tierra es esférica, y tema acabado. El problema está en que la gente que está en contra del terraplanismo, en vez de hacer algo intelectual, se dedican solamente a burlarse y a tratar de ridiculizar a los terraplanistas, y al final quien queda en ridículo? O será que las payasadas de Neil deGrasse Tyson dejando caer un micrófono son una demostración de su «sabiduría»?
Repito… solo muestren una prueba científica del movimiento ó de la curvatura del planeta y tema cerrado.
Me temo que no es así. Una de las cosas que aprendes al intentar combatir las pseudociencias es que las pruebas no sirven contra quien no quiere dejarse convencer. El ejemplo del tío del giróscopo en el documental es sintomático. Cuando el giróscopo no dice lo que él esperaba, su reacción fue «no voy a aceptar eso», y comienza a realizar más experimentos. No sale lo que él quiere, y al final suelta algo del tipo «bueno, hay otras pruebas» y se queda tan ancho. A gente así no la convences con pruebas. Es irracional, sí.
Quizá quieras ver este vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=MtKWxAoayr4
Como está en ruso, te lo resumo: el autor construye un nivel de agua de alrededor de 9m de longitud para tener una referencia adecuada de la horizontal, y lo usa en dos colinas que están en línea de vista y tienen altitudes similares sobre el nivel del mar con una cámara con mucho zoom. En una Tierra plana no deberían aparecer notablemente por debajo de la horizontal que marca el nivel de agua.
El resultado del vídeo es distinto.
No he visto el documental porque no tengo Netflix, así que mi comentario va por otro lado. Arturo, revisa tus números. Donde dices que 75 cm es más o menos igual a 2,5 pulgadas. Una pulgada son 2,54 cm así que 2,5 pulgadas son 6,35 cm. Si aún hubieras escrito 75 mm sería un erro de casi el 20% pero de la manera que lo has escrito es un error de casi 12 veces.
¡Muy cierto! El fallo es mío al poner pulgadas en lugar de pies. Resulta que un pie son 12 pulgadas, de ahí el error. Gracias por el aviso.
Muy buena nota. La verdad es que esto del terraplanismo daba risa un tiempo atrás, pero ahora ya empieza a preocupar. Si 20, 30, o 100 millones de personas creen que la Tierra es plana es algo que podría no importarme, al fin y al cabo también los hay (y seguro que en mayor cantidad), que creen en la astrología. Lo realmente preocupante es que si esas personas pueden aceptar el terraplanismo así nomás, entonces tampoco hay nada que evite que crean en otras cosas que son más sensibles para la sociedad actual: los antivacunas, la homeopatía, las corrientes negacionistas de todos los tipos y colores, y un largo etcétera. Y eso no da para la risa.
Como dijo un amigo mio hace unos días al respecto del terraplanismo, «es como el caballo de Troya, sin caballo y sin Troya, pero con idénticas intenciones».
Saludos
Estoy de acuerdo con Quirantes en que hay una disonancia cognitiva en el argumentario de los defensores del terraplanismo, el empecinamiento en rechazar las pruebas que demuestran que están equivocados demuestra una identificación disfuncional con sus egos que los incapacita para el debate racional.
Ahora bien, este asunto admite un análisis del cerebro desde la filosofía de la ciencia. ¿Por qué la creencia es tan importante al punto de que hay personas que niegan con vehemencia las pruebas que demuestran sus errores perceptivos? Algunos filósofos de la mente argumentan que la consciencia es emergente, emana o emerge de la actividad de los tejidos cerebrales. Toda la realidad perceptible se reduce a la consciencia, y aquí se incluyen los fantasmas de la mente: ilusiones, errores cognitivos, ideas delirantes, estados de ánimo, creencias religiosas etc.
El ateísmo, por ejemplo, defiende que la capacidad de la consciencia para fabricar ilusiones conduce a creer en Dios. Esto obliga a construir un censor mental cuya tarea consiste en filtrar las percepciones reales de las irreales. En un entorno ateo la creencia en la divinidad se considera errada e incluso patológica, mientras que en un entorno espiritual el ateísmo constituye una disfunción mental. Entonces cabe preguntarse si existe una instancia mental neutral capaz de discernir lo real de lo irreal. Si tal instancia existe ¿cómo se explica la fragmentación social que nos rodea? Y si esa instancia neutral no existe, entonces parece difícil distinguir lo real de lo irreal.
El problema del emergentismo radical está en que necesita hipótesis ad hoc para distinguir lo real de lo fantasmagórico, por eso es subjetivista y refractario al aspecto azaroso, cuántico, de la realidad. Que es lo mismo que decir que el fenómeno se observa con desconfianza porque puede desafiar la lógica del que lo percibe, en este sentido no pueden ocurrir o manifestarse o transparentarse seres, vivencias y sensaciones que no tengan el sello o certificado que otorga el emergentista radical. El hecho de tener que construirse hipótesis ad hoc tiene por efecto lógico y natural la aparición de observadores desconfiados del fenómeno y sujetos a apriorismos. Observadores que son deterministas, no cuánticos.
Por último, soy bastante escéptico acerca de las posiciones filosóficas que invocando un materialismo sui generis inadmiten cualquier atisbo de dinamismo o principio vital capaz de formar y organizar a los seres vivos. Esa posición filosófica es nihilista y alérgica a la trascendencia, es intrascendente. Esa forma exótica de entender el materialismo conduce a contemplar la materia como un ente inerte, carente de chispa y dinamismo. Esto abre la puerta a la cosificación de los cuerpos y las ideas y a establecer sociedades lánguidas, ayunas de alegría.
Trenchtown: Me ha parecido excelente lo que dices aquí en estos comentarios.No he visto la serie,pero me sorprende muchísimo el matiz que toman las discusiones y veo lo mismo que tu. No parece estar puesta la inteligencia en descubrir verdades o cosas útiles, sino en «prevalecer», «demostrar», «refutar», «caer a la yugular»…etc,
cuando este asunto se presenta como una increíble oportunidad de observar nuestro propio discernimiento y comprender el origen de todo lo que llamamos «teorías» o «ciencias»……
Sophia.
alaukira@hotmail.com
«la gente cree en la Tierra plana porque cree en las conspiraciones.»
Todo el mundo cree en conspiraciones, incluidos los terraesferistas. Si las conspiraciones no existen, entonces las personas condenadas por los tribunales por conspiración han sido víctimas de un error judicial.
Las dos teorías están equivocadas. La Tierra ni es plana ni es esférica. Que la Tierra no es plana es evidente: hay montañas, valles, cuestas, etc. Pero tampoco es esférica: una superficie esférica está curvada pero es lisa, lo que no ocurre con la superficie terrestre.
La Tierra no es plana ni esférica. Tanto una superficie plana como una esférica son lisas. Y la superficie de la tierra no es lisa: hay montañas, valles, cuestas, etc.
No se debate la lisura o no lisura de la superficie del planeta sino su esfericidad.
Ejemplo de curvatura (no lisa) es la superficie marina, los antiguos vieron que un barco que se alejaba del observador iba reduciendo su tamaño de forma gradual. Lo primero que desaparecía era el casco, como si se fuese sumergiendo en el mar, y lo último que se veía antes de desaparecer era el extremo superior de las velas. Esto ocurría siempre que el barco se alejaba hacia alta mar, independientemente de la dirección en que lo hiciese.
Otra perspectiva la ofrece la Geodesia, el planeta es un cuerpo cuasi esférico llamado geoide que muestra un achatamiento leve en los polos y un ensanchamiento en el ecuador. Un modo de definirlo es decir que constituye un elipsoide de revolución (esferoide oblato), aunque este elipsoide es una figura matemática sujeta a factores geológicos, cinemáticos y gravitacionales.
A efectos heurísticos los geodestas manejan la idea de una superficie plana o lisa para la descripción de pequeñas áreas, lo que facilita el desarrollo de los modelos topográficos locales. Pero esto no desmiente que la Tierra es un esferoide de revolución obtenido por rotación de una elipse alrededor de su eje más corto. La diferencia entre una esfera y un elipsoide de referencia, en el caso de la Tierra, es pequeña, solo una parte en 300. En este sentido, la topografía terrestre tiene más de esférica que de cuasi esférica.
Parece ser que la clave de la curvatura (cuasi esfericidad) de la Tierra es la gravedad, hay varios artículos en internet que explican bien el juego de la gravedad con la rotación del planeta, las fuerzas de las mareas y los movimientos centrífugos y centrípetos que entran en liza. En resumen, argumentar que la superficie terrestre no es lisa para luego refutar la esfericidad de la Tierra es contradictorio con la teoría y las mediciones de la Geodesia.
Excelente su comentario profesor, acabo de conocer este sitio web y lo encontré estupendo, desde hoy me volveré un asiduo visitante de el. Felicitaciones.
¿La divulgación en televisión de capa caída?
Mira aquí:
http://www.rtve.es/alacarta/documentales/
Aquí:
http://alacarta.aragontelevision.es/programas/en-ruta-con-la-ciencia/
Aquí:
https://www.eitb.tv/es/video/teknopolis-es–2018-2019/6201/149688/dislexia/
La ciencia se apoya en axiomas y apoyas otras cosas sobre ellos y así hasta que consigues llegar más alto que el anterior. El que te sigue se apoya en tu trabajo y así. Revisar continuamente los axiomas porque un inadaptado los cuestione es una perdida de tiempo.
No digo yo que sea interesante refrescarnos el conocimiento de cómo hemos llegado a saber que la tierra es esférica antes de verlo con nuestros propios ojos, es como Historia de la Ciencia. Pero creo que refutar a los refutadores de axiomas es una empresa vacía de interés. Son graciosos y resulta curioso saber que existen, pero ya. El ostracismo social a estas tonterías debe ser total.
Con todo respeto y admiración le pido que divulgue ciencia, de la que sabe a cascoporro. Gracias, al margen de esto, por su maravilloso trabajo.
Hay algunas cosas que me sorprenden de las cosas que afirman en el video de Netflix. Vale como ejemplo mencionar que los vuelos a través de la Antártida existen desde hace décadas. Desde Chile y Argentina a Nueva Zelanda y Australia.
Tendrán algún simpatizante entre los pilotos de aviones? O tal vez los instrumentos de un avión están manejados sutilmente…
El propio nombre del documental en inglés ya da pistas. En inglés «above the curve» describe personas «en la parte de delante de la media», es decir, personas con capacidades e inteligencia superior a la media de la población. En contraposición «behind the curve» es un juego de palabras para referirse a los terraplanistas y situarlos «en la parte de atrás de la curva» es decir, por debajo de la inteligencia media de la población.
Marck Sargent es un agente pagado para ridiculizr el movimiento . No hay pruebas de la curvatura . Su mundo es fake e ilogico.