¿No encuentras a ET? Yo lo he visto junto al gorila

Por Arturo Quirantes, el 16 abril, 2018. Categoría(s): Espacio ✎ 11

Futurama y gorila

Hace unos días leí uno de los artículos científicos más extraños ever.

Según un par de científicos de la Universidad de Cádiz, es posible que no estemos buscando signos de inteligencia extraterrestre de forma adecuada, así que es hora de cambiar de chip. Su artículo ha sido publicado en la revista Acta Astronautica. Os incluyo el enlace aquí para aquellos que tengáis acceso (que no seréis muchos fuera del ambiente universitario, me temo), y podéis ampliar información con este artículo de Agencia Sinc.

Los autores usan el término “efecto gorila” en relación a un experimento ya clásico de los años noventa. Para quienes no lo conozcáis, os emplazo a que veáis este vídeo. Si no podéis o no queréis, habrá una explicación en el siguiente párrafo, aunque realmente os os recomiendo el vídeo.

¿No vais a ver el vídeo? De acuerdo, aquí está la descripción. Aparecen varias personas pasándose el balón unas a otras. Al comiezo se pide al espectador que cuente cuántos pases se hacen. Después se pregunta “¿pero has visto el gorila?” ¿Qué gorila, preguntaréis? Vuelta al vídeo, esta vez en su totalidad (sin fijarse en el detalle), y vemos cómo una persona vestida de gorila cruza la escena de lado a lado. ¡Seguro que no lo viste antes! Eso se debe a que cuando estamos centrando nuestra atención en aspectos particulares de una escena (como los pases de balón) otros se nos pasan completamente por alto (como el gorila).

Los autores del artículo usan el término “efecto gorila cosmico” para intentar explicarnos por qué los extraterrestres pueden estar ante nuestras narices sin que los veamos, como en el caso del gorila. Es indudablemente un término con fuerza, de esos que quedan muy bien en los titulares.

El artículo comienza explicando el tema de la la materia oscura. Aunque no se entra en mucho detalle, se menciona que la materia oscura no ha atraído hasta ahora mucha atención en el campo de la búsqueda de inteligencia extraterrestre SETI (algo normal, ya que ni siquiera sabemos en qué consiste la materia oscura o cómo detectarla). A partir de ahí se hacen una serie de menciones más o menos relacionadas entre sí: las esferas de Dyson, la energía de Planck, la capacidad de transmisión de un radiotelescopio, se comenta la paradoja de Fermi, se habla del LHC, de las curvas de rotación galáctica, de que los ET puede ser de otra dimensión, que si la teoría M y la de cuerdas. Llegan incluso a citar la evolución de Darwin como argumento contra la existencia de inteligencia extraterrestre (ETI). Durante dos páginas nos han presentado todo un conjunto de afirmaciones que por separado son ciertas o al menos plausibles, pero que al juntarlas suenan como la típica verborrea pseudocientífica de los vendemotos profesionales.

A continuación, los autores presentan el asunto del gorila. Ah no, perdón, que eso sólo les ha ocupado un párrafo (y una ilustración que sobra porque hace de spoiler al efecto gorila). Sigue el parloteo científico. Aquí entramos ya en el terreno del “yo creo que…” porque comienza la introducción de afirmaciones razonables pero indemostrables, que en mi oponión quedarían mejor en un libro de divulgación que en un artículo científico. Unos ejemplos:

– “resultaría razonable pensar que la vida como la conocemos evolucionará en una relación íntima con la materia oscura del universo

– “Es razonable pensar que las civilizaciones ETI avanzadas, o de modo más preciso la inteligencia no terrestre (NTI) habrán dominado la materia oscura, o posiblemente estén compuestas de ella” [Inciso: los autores decidieron sustituir el término “inteligencia extraterrestre” (ETI) por el de “inteligencia no terrestre” (NTI). Según ellos, NTI es “un enfoque ecléctico que incluye civilizaciones interdimensionales”]

“Es posible que haya otras branas que puedan soportar ‘otros universos’

Lo que viene a continuación supera el listón. Hablando de las comunicaciones por radio, los autores afirman que una civilización avanzada no tendría motivos para usarla. Podríamos pensar que, si son seres avanzados, la radio será algo anticuado para ellos, pero no, ¡el motivo es que la radio es peligrosa! Según nos dicen, la radiación electromagnética a niveles bajos tiene efectos adversos en la biología (para lo cual incluyen tres referencias), y como nuestra especie ha evolucionado (probablemente, añaden) para reparar durante la noche el daño que nos ha causado la radiación durante el día, seguro que los ET no usarían métodos dañinos como la radio para comunicarse.

Como ven, los autores comienzan a derivar hacia el lado pseudocientífico con algunos síntomas clásicos: fobia a la radiación, equiparación de radio y radiación, uso de citas selectivas, postulación de hipótesis atrevidas. Incluso entran en el discurso del miedo, llegando a afirmar que “en el peor caso [los extraterrestres] podrían interpretar esta señal de radio como una agresión” Vale, eso de señal de radio como acto hostil ya lo he visto antes, concretamente en la película Star Trek (1979), ¿pero en un artículo científico? ¿En serio?

Es que los argumentos son estúpidos más allá de lo estúpido. Incluso si admitiésemos que las ondas de radio son tan dañinas como los rayos gamma, la intensidad que recibimos en la Tierra es insignificante. Necesitamos antenas de centenares de metros de diámetro para poder captar señales de radio de fuera de nuestro sistema solar, así que ¿cómo puede una transmisión de radio interestelar ser en modo alguno dañina? Cualquiera diría, leyendo a estos autores, que las transmisiones de ET son como los atronadores altavoces de un concierto de heavy metal a toda pastilla.

Siguiente párrafo y nos vamos a la conocida escala Kardashev, que clasifica las civilizaciones ET de acuerdo a su consumo de energía y su capacidad tecnológica. Los lectores de Sagan sabrán de esta escala, que ahora se nos recuerda. ¿Por qué? Aparentemente para que los autores nos introduzcan otra escala de propia creación. Es esta: tipo 1 (efímeros), tipo 2 (supervivientes/exploradores) y tipo 3 (oscuros). Eso de “oscuro” se refiere a que, en ese punto, ET ha aprendido a dominar la materia oscura, el viaje multidimensional y otras virguerías que le dan poderes cuasidivinos. En este punto considero un milagro le hecho de que no hayan hecho referencia a la famosa ley de Clarke, aunque quizá sea por desconocimiento más que por contención.

Llega ahora la parte novedosa. Los autores van a entrar en el tema del procesamiento cognitivo y su influencia en la búsqueda de NTI. Para ello elaboran un test de agilidad cognitiva consistente en un cuestionario, tras el cual los sujeros visualizan imágenes aéreas en las que se ha incluido artificialmente la silueta de un gorila. La idea es clasificar a los sujetos en dos tipos: “sistema 1” y “sistema 2” (según hayan respondido al cuestionario sin reflexionar o reflexionando) y luego correlacionar el sistema 2 con la probabilidad de detectar el gorila en la foto.

La hipótesis de los autores era que las personas del sistema 2, las que no contestan al tuntún sino tras mollluda reflexión, verían el gorila con más probabilidad que las del sistema 1, las que disparan sin apuntar. Eso significaría que centrarse en examinar atentamente el problema sería beneficioso a la hora de encontrar el gorila.

¿Qué dijeron sus datos? Los autores echaron mano de test estadísticos y mucha palabrería técnica, pero la verdad es que los resultados hablan por sí solos. Un 47% de las personas del sistema 1 identificaron el gorila; para las del sistema 2, el porcentaje de éxito bajó al 28% ¡Justo lo contrario que decía la hipótesis inicial!

Ahora viene el apartado de discusión, en el que supuestamente se interpreta lo hecho hasta ese punto. Digo “supuestamente” porque aquí los autores comienzan a hablar de que las variables psicobiológicas son importantes en la búsqueda NTI, como si llevásemos todo el artículo hablando de ello. Según dicen, el nivel de atención de los humanos es limitado porque “nuestra capacidades de percepción son limitadas a una banda estrecha del espectro electromagnético y sabemos que el cerebro construye su propia versión de la realidad”; y aunque reconocen que nuestros medios tecnológicos nos permiten observar más allá de la luz visible, “eso no significa que vayamos a encontrar las respuestas que buscamos” porque el efecto gorila está agazapado en nuestro lóbulo frontal.

En cuanto a que las personas del sistema 1 (recordemos, las que responen de modo rápido, sin reflexionar) vean más gorilas que las otras, los autores lo interpretan así: la gente más reflexiva, la que se fija más en las cosas, se pierde los gorilas, así que quizá sea mejor no ser tan reflexivo. “Parece que centrarnos en una tarea de búsqueda determinada, p. ej. buscar señales de radio de origen desconocido, puede estar cegándonos ante otras posibilidades. Puede que nos estemos perdiendo el gorila del cielo…. El enfoque actual de buscar señales radio puede que haya contribuido a la falta de éxito o a una ceguera de inatención (efecto gorila cósmico) en la búsqueda de ETI o posible NTI

No sé, me da la impresión de que si los resultados fuesen los contrarios, si los reflexivos del “sistema 2” hubiesen descubierto más gorilas, tambíen habrían encontrado una explicación. Quizá algo del tipo “claro, hay que fijarse en todo, y para eso hay que dejar de lado la radioastronomía y buscar en más sitios, ser eclécticos y eso” Porque, a fin de cuentas, la búsqueda de ETI es de todo menos de sistema 1. No veo yo a los científicos en plan “venga, vamos a sacar conclusiones sin fijarnos demasiado, y nada de pasarse el rato pensando duro.” Los autores hubieran podido arrimar el ascua a su sardina fuesen cuales fuesen los resultados, y creo que eso es exactamente lo que han hecho.

El apartado de discusión acaba con esta joya de pensamiento: “Esta situación [se refiere a que una civilización ET avanzada decida no usar ondas de radio] plantea la cuestión de hasta qué punto nuestros científicos que buscan ETI estarán dispuestos a considerar las otras posibilidades [de comunicación]. El hecho es que las personas de sistema 1 detectaron más frecuentemente el gorila, y eso puede hacernos reflexionar

Sinceramente, no sé si los autores están concluyendo que los científicos son idiotas por no buscar señales en otras bandas como luz visible, infrarrojo o rayos X (spoiler: no son idiotas, y sí que está buscando); que hay que ser intuitivo y abierto de mente; o que no pensar mucho ni fijarse mucho en las cosas es la mejor manera de encontrar una respuesta.

En resumen: todo el artículo me parece un ejercicio brillante para colar un paper con un título rimbombante y rasgos-meme: efecto gorila cósmico, sistemas 1 y 2, escala nueva de civilizaciones, ah sí, y las ondas de radio son malas. Eso da buenos titulares y queda molón. Lo de experimentar para obtener resultados y sacar conclusiones que validen o refuten una hipótesis, ya tal.

Y ahora, vamos al tema ad hominem. ¿Cómo es posible que científicos aplicados en su campo hayan compuesto un artículo así? Digo yo que, si dos astrofísicos hubieran querido tomarnos el pelo, lo habrían hecho mucho mejor. Este artículo no solamente es indigno de ser publicado sino que es una chapuza mal disimulada.

La filiación de los autores nos da la pista sobre sus escasos conocimientos sobre astrofísica, cosmología, SETI y demás temas que tan generosamente han desplegado en el artículo. En este punto soy consciente de que voy a hacerme enemigos, lo sé con certeza porque siempre que he removido este tema he levantado nubes de tábanos; pero no hay más remedio si queremos entender el porqué de esta, en mi opinión, gran chapuza de artículo.

Resulta que los autores pertenecen al departamento de psicología de la Universidad de Cádiz.

Psicología.

PSI-CO-LO-GÍ-A

Si yo me atreviese a publicar en una revista de psicología, como mínimo me asociaría con un psicólogo experto en el tema, alguien con conocimientos en el berenjenal en que me estoy metiendo. Eso se llama interdisciplinariedad. De otro modo, seguro que acabaría sonando como el típico listillo que se ha leído un par de artículos de la Wikipedia e intenta pasar por experto en todo. Y eso, amigos míos, se nota a la legua.

Y ahora huyo corriendo a mi refugio antipsicólogos. Ya le he puesto Netflix y todo.



11 Comentarios

  1. Arturo donde tu ves un problema, yo veo una oportunidad.
    Podemos aprovechar su área de conocimiento y sus extensos conocimientos extraterrestres y/o no-terrestres, para hacerles una pregunta que a mi me carcome desde hace mucho tiempo.
    ¿Por qué los extraterrestres participan de la conspiración de todos los gobiernos para ocultarles?
    Con lo fácil que sería que se apareciesen o aterrizasen en mitad de La Castellana un lunes a las 9:00.
    Presupongo que serán expertos en la psicología extraterrestre, tendrán alguna hipótesis.

    1. ¿En la Castellana? no te hagas ilusiones, los extraterrestres aterrizan de modo habitual en los USA y son recibidos siempre por cientificos dogmáticos (con gafas) y un grupo de psicólogos jovencitos (con la chica -cañón) que lo resuelven todo junto con el viejo científico denostado por mantener teorías que sus colegas ridiculizan.

  2. Pobres psicólogos/as… la gente que se dedica seriamente a este campo (y muchos hay) tiene que soportar las magufadas de departamentos de investigación sin pajotera idea de lo que dicen, hacen o si quiera qué quieren hacer… válgame que tropa.

  3. Etimado Arturo me ha gustado mucho ver tu detallado análisis de nuestro artículo. Sin embargo debo recomendarte que investigues y aprendas mas sobre el tema. Creo que lo puedes conseguir, eres profesor como yo, créeme te lo digo yo que trabajo en proyectos con la NASA y la ESA. También comentarte que la revista Acta Astronautica es una revista peer review JCR Q1 de prestigio en el campo espacial que además pertenece a la International Academy of Astronautics de la que soy miembro permanente. Por cierto el director del METI el SETI activo es un psicólogo. Es cierto que nuestro artículo ha salido en prensa a nivel mundial y hasta el SETI ha dedicado 2 artículos al mismo. Pero no te preocupes de momento yo y 6 personas más hemos comentado sobre el tuyo.

  4. Aquí el efecto gorila se ve claramente, todos leemos el estudio sobre ET ó ITE ó TEI ó TETA ó como sea pensando en la cantidad de horas que les ha llevado hacerlo, la cantidad incongruencias que se vierten y nos centramos en criticarlas, analizarlas… Pero lo realmente importante que se nos escapa al tener desviada nuestra atención, es la monumental cantidad de porros que se fumaron mientras lo desarrollaban, y esto es lo importante teniendo en cuenta el gran impacto ambiental que produce la combustión de compuestos orgánicos.

  5. @Gabriel

    Más allá de un intercambio de fuego de ad hominem y falacias de autoridad, podríais responder con una contrarréplica en cuanto lo que cuestiona y critica Arturo sobre vuestro artículo. Creo que sería más constructivo para todos que ponerse en modo «zascas» de Twitter.

  6. Pero, ¿cuál es el problema de ser psicólogo? Recientemente se realizó un trabajo por parte de ligüistas en relación a la forma que tendríamos de comunicarnos con otros seres no terrestres. ¿Solo porque son lingüistas y analizan un aspecto perteneciente al campo de la astronomía y astrofísica no tienen voz ni voto?
    Sinceramente creo que enunciar un efecto (llámese de gorila, de Dunning-Krugger, de Forer o cualquier otro que se le ocurra) y aplicarlo al campo de la ciencia no es delito. Es más, al fin y al cabo, los científicos no dejan de ser seres humanos, con cerebros humanos y sesgos cognitivos humanos. ¿Por qué pues iba a no afectarles la interpretación de ciertos datos, como ya ha sucedido a lo largo de la historia de la ciencia? Es que no se comprende a veces esa especie de rechazo a todo. También a Darwin lo tomaron por idiota. Cuidado con los prejuicios: eso es más propio de dogmáticos religiosos que de científicos.

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Por Arturo Quirantes, publicado el 16 abril, 2018
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