La hipersensibilidad electromagnética y la estadística

Por Arturo Quirantes, el 22 septiembre, 2017. Categoría(s): Charlatanes ✎ 9
Electro-hypersensitivity-saul
¿Yo un pirado? ¿Qué te hace pensar eso, Saul?

Acabo de descubrir la serie Better Call Saul en Netflix. El protagonista es un picapleitos al que todo le va mal. Parece que su mala suerte es contagiosa, porque un personaje llamado Chuck, que creo que es su hermano o algo así, vive en condiciones penosas: no tiene electricidad, su nevera es una caja con hielos, escribe con máquina de escribir de las antiguas, se ilumina con lámparas de gas. Por lo visto es socio de un bufete de abogados de postín, pero por alguna razón lo ha abandonado y ni siquiera puede salir de su casa.

¿El motivo? Quizá una crisis de identidad, o una paranoia que requiera medicación. Tampoco Saul parece en sus cabales, ya que entre otras rarezas deja su móvil, sus llaves e incluso su reloj en el buzón antes de entrar a ver a su hermano. Al poco de ver esa escena tuve un destello de lucidez y pensé: lo mismo su hermano tiene hipersensibilidad electromagnética (HEM). Me alegró comprobar que, en efecto, así es, y que lo había adivinado en el primer episodio. Un tanto para mí.

¿Pero es real esa dolencia? Según se mire. Hay sentencias judiciales (por ejemplo esta y  esta) donde los jueces la han reconocido como causa de incapacidad, pero no suelen estar basadas en ciencia sólida. Por ejemplo, en 2011 un juzgado de Madrid reconoció la HEM como causa de incapacidad permanente, pero en la sentencia no se entra en el motivo de la incapacidad sino en la mera existencia de la dolencia, que se basa en el informe del equipo de valoración de incapacidades y en el informe clínico de una médico de cabecera. La sentencia explica el motivo de la decisión con estas palabras:

A tal fin [el reconocimiento de la incapacidad] ha de valorarse mas que la índole y naturaleza de los padecimientos determinantes de las limitaciones que ellos generen, éstas en sí mismas, en cuanto a impedimentos reales y suficientes para dejar imposibilitados de iniciar y consumar a quien lo sufre con un mínimo grado de eficacia las faenas que corresponden a su propio oficio.”

Es decir, lo que se considera probado no es que exista la hipersensibilidad electromagnética sino que la reclamante se encontraba mal de salud. No es la única dolencia en la que se conocen los efectos pero no las causas; de hecho, según los informes médicos, la reclamante también tiene síndrome de fatiga crónica y fibromialgia, y hasta celiaquía para rematar la faena. Así pues, como estaba enferma se le otorgó la incapacidad. Caso cerrado.

Los efectos existen, y la misma OMS describe la HEM como “un abanico de síntomas inespecíficos que difiere de individuo a individuo”. Otra cosa es que existan causas, y aunque se han buscado no se han encontrado. La explicación más plausible es el llamado efecto nocebo. Igual que el efecto placebo, bien conocido por muchos, predispone a una persona a curarse aunque lo que esté tomando no tenga ningún efecto (ver capítulo 4 de mi libro sobre homeopatía), puede darse el caso opuesto: cuando creemos que algo nos va a sentar mal, puede que nos siente mal sólo por eso. ¿Alguna vez comió algo que creyó le iba a sentar fatal, y al final resultó que así fue? Puede ser por el efecto nocebo.

Yo tuve mi propia experiencia al respecto. Cuando Josep Pamies vino a Granada a dar una charla, una chica se quejó de hipersensibilidad electromagnética. Yo no apagué mi móvil, y vi que mucha gente a mi alrededor tampoco lo había hecho. Había gente tuiteando, cámaras y grabadoras de audio funcionando, y quién sabe cuántos cacharros con wifi y bluetooth. A pesar de que la sala era un hervidero de ondas electromagnéticas, la chica agradeció a todos su colaboración al final de la charla (más información aquí).

A mí se me ocurrió que resolver una cuestión de ese tipo sería tarea sencilla .Coge a la supuesta víctima, llévala a una sala aislada, coge un router o un móvil y a jugar. Lo encendemos o apagamos sin que el sujeto pueda verlo, y que nos diga cuándo se siente bien y cuándo mal. No es tan difícil, ¿verdad? Y seguro, pensé yo, que alguien lo habrá hecho antes.

En efecto, ya lo han hecho, y el resultado suele ser negativo. En este metaestudio de 2005, por ejemplo, se examinaron 31 experimentos con un total de 725 participantes con HEM. La conclusión de los autores fue que 24 de esos 31 experimentos no mostraron evidencia de que existiese la hipersensibilidad. De los otros siete:

  • 2 fueron irreplicables (es decir, los mismos grupos de investigadores que los hicieron fueron después incapaces de replicar sus descubrimientos)
  • 2 arrojaron resultados mutuamente incompatibles
  • 3 mostraron resultados aparentemente positivos, pero debidos a lo que en la jerga del ramo se llama “artefactos”, esto es, fluctuaciones estadísticas

¿Cómo es posible que aparezcan esos “artefactos”? Puede resultar, porque olvidamos que la estadística es probabilidad, no certeza. Un resultado improbable puede suceder por pura suerte, y puede resultar estadísticamente inevitable si lo intentamos suficiente número de veces. Si usted tira diez monedas al aire y espera que las diez caigan de cara, tendrá que tener paciencia porque la probabilidad de que eso suceda es de una entre 1024. Poco probable, pero menos probable es acertar la lotería y sin embargo siempre le toca a alguien. Por ejemplo, en uno de los estudios participaron siete personas. Una de ellas afirmó haber detectado cuándo una señao de móvil se apagaba o encendía hasta un total de nueve veces. ¿Sorprendente? O como diría Cárdenas: ¿casualidad? Él añadiría “no lo creo”, pero yo sí lo creo. Acertar por suerte esas nueve veces sería como que la moneda cayese de cara nueve veces, algo que sucede una vez entre 512. Con siete participantes, la probabilidad de que uno de ellos acierte las nueve veces es de 7/512, es decir, algo más del 1%. El propio investigador del estudio reconoció que en un segundo estudio con 70 personas (no publicado en aquella fecha) no se logró un resultado tan bueno ni de lejos. Conclusión: el primer acierto fue un “artefacto”, una fluctuación estadística no más probable que acertar la terminación en la lotería dos veces seguidas.

Si sumamos todos los participantes en estudios donde se utilizaban señales de telefonía móvil, aparece un total de 125 personas. Solamente una pudo acertar correctamente los períodos de encendidos y apagados, esa que acertó nueve veces. La probabilidad de que alguien acertase por puro azar sería de aproximadamente una entre cuatro. Los autores del metaestudio concluyen que algún mecanismo psicológico puede jugar un papel a la hora de causar o aumentar los síntomas de hipersensibilidad electromagnética.

Y esa es la cuestión en los estudios de este tipo que pretenden descubrir efectos sin causa aparente, como en homeopatía o en HEM. En algunos casos no se observan efectos, en cuyo caso el estudio tiende a ser ignorado y olvidado, pero cuando sí aparece un efecto más o menos claro el estudio se convierte en “una clara prueba a favor de [ponga aquí su pseudoterapia favorita]. Pero hay que ver las cosas con perspectiva.  Cuando juntas suficientes participantes o estudios resulta que el éxito de unos pocos puede, en muchos casos, atribuirse a la estadística.

O dicho de otro modo: cuantas más veces juegues a la lotería más probable es que te toque. Eso no te convierte en alguien con poderes especiales, sólo en un tío con suerte.



9 Comentarios

  1. Te recomiendo mucho que sigas viendo la serie. Primero porque merece la pena. Segundo, porque en la temporada 3 y voy a intentar no entrar en spoilers, Chuck se tiene que sentar como testigo en un juicio y la serie muestra con..ingenio, cómo estas personas sólo sufren ese dolor cuando son conscientes de que hay una fuente electromagnética.
    En mi opinión, partiendo de que física y biológicamente es imposible tener alergia al electromagnetismo (me imagino al sistema inmune de «Érase el cuerpo humano» echándose unas risas con el tema), no niego que esta gente sufren una dolencia, pero entran mejor en una patología psicológica, sea por ansiedad, estrés o el motivo que sea. Pero en definitiva, el problema es psicológico. Por no querer pensar en que simplemente le quieren echar morro al asunto.
    Saludoss

  2. Me recuerda al caso del experimento que una niña realizó para desmontar la eficacia del Reiki: una simple cortina que ocultaba a la vista de los «creyentes» si al otro lado de la misma les acercaban las manos o no, con el resultado, esperable para cualquiera con 2 dedos de frente, de que no acertaban más de lo que se acierta por puro azar. U otro similar para poner a prueba los supuestos poderes de los zahoríes (en este caso en Australia, donde esta superchería es muy popular) con idénticos resultados, lo que no impedía que los mismos zahoríes que habían fracasado miserablemente en las pruebas, siguieran convencidos, contra la evidencia, en sus superpoderes.
    Lo cual demuestra 2 cosas:
    1º que para desmontar las supercherías lo único que se necesita es voluntad para ponerlas realmente a prueba.
    2º que a los creyentes les trae al pairo las evidencias.

  3. Me surge una duda con una frase que has escrito. «donde los jueces la han reconocido como causa de incapacidad, pero no suelen estar basadas en ciencia sólida».
    Ese
    «suelen» es el que me genera la duda. ¿Significa eso que, alguna vez, sí han estado basados en ciencia sólida?

  4. Cuando yo tenía 15 años, conocí a un zahorí (de esos que encuentran agua en el subsuelo). Aquél hombre congregó a nuestro grupo de unas 20 personas y para distinguir a la gente que podría ser como él, de los que no, nos hizo tocar la punta de la antena de una radio. Yo no observé ninguna modificación en la recepción, pero él sí que apreció en 2 de esas 20 personas una sensibilidad (supongo que sería electromagnética) especial. A esas dos personas les dejó su palo curvo y uno veía cómo a ellas, al acercarse al pozo, se les levantaba el palo sin que aplicaran ninguna fuerza.
    A mí nunca se me levantó el palito de los cojones. Me quedé ahí impotente viendo que, no sólo a esos 2, sino luego a todos los demás se les iba levantando el palito al acercarse al pozo.
    Ahora, con más edad vuelvo a pensar en aquello y me explico que tal vez exista la hipersensibilidad electromagnética porque, de hecho, se ve que hay algunos escogidos capaces de encontrar agua en un terreno seco. Pero no me puedo explicar que yo fuese el único de 21 personas al que no se le levantara aquél condenado palito.

      1. Nadie dijo que aquél zahorí podía detectar metales; sólo corrientes de agua. Aquél hombre no cobraba nada y era famoso en toda la comarca. Ahora pienso que podría haber mucho engaño en todos estos asuntos, ya que muchos crios supieron cómo imitarle en las formas, pero estoy seguro que no todos sabrían cómo encontrar agua desde cero y él sí. Te decía: «aquí, cava unos 8m» … et voilà.

  5. Por desgracia para todos hay cosas no cuantificables. Soy un enfermo de fibromialgia, fatiga crónica, y síndrome de e danlos. Puedo asegurar que percibo variaciones de presión atmosférica antes de la lluvia como chispazos de medusa por todo el cuerpo, además de sufrir dolor crónico. A los señores medicos les diria que se lean lo que quieran sobre lo que quieran, pero que no hay peor ciego que el que no quiere ver. El miembro fantasma, la distrofia simpatico refleja, la fibro… son poco entendidas y poco reconocidas como incapacitantes. Sobre todo pq hay pocas medallas al decir a alguien joven que ya no va a poder desarrollarse a muchos niveles debido a algo tan misterioso como el dolor. Cuando alguien quiera conocer lo que es el dolor fuerte cronico puede pensar en ponerse unas chinchetas clavadas en l os pies y tener que ir a salvar a un hijo de un fuego dia tras dia. Siempre cabe la opción de autolisis pero se posterga. O pensar que no hay voluntad suficiente.

  6. Creo que el juez no busca meterse en camisas de once varas que le llevarian a calificar que en realidad lo que le incapacita es una enfermedad mental. La incapacidad es un hecho real y remitir la misma a que estas como las maracas de Machín seria un agravante tal vez innecesario.

    Y creo que es una enfermedad mental porque la radiación electromagnetica esta en todos lados. No deja de ser curiosa que «active» ante la presencias de moviles, antenas, televisones u ordenadores y no cuando estas en mitad del campo o de un desierto a centenares de kilometros de cualquier rastro de civilización: La radiación de fondo, la luz solar, las emisiones de los satelites, la ondas de radio llegan tambien. Tendrias que vivir a oscuras completamente , sin radio, ni televisión, ni siquiera velas, en una cueva a varios kilometros de profundidad para apenas recibir ondas electromagnéticas. El propio planeta es un inmenso iman y la radiación magnética del mismo te atraviesa permanentemente, aunque solo lo veas cuando usas la brújula.

    Un hecho curioso de estos informes incapacitantes es que, dada la amplitud del espectro, no establecen las frecuencias ni la intensidad de las mismas, hecho que si se especifica en las verdaderas alergias al espectro electromagnético que están identificadas.

    La alergia al sol, fotodermatosis o erupción polimorfica luminica es una afección perfectamente documentada aunque se desconocen las causas ultimas que la originan. Se origina por exposicion a radiación UVA o UVB o una combinación de ambos, por tanto a la luz solar o cualquier otra fuente de UV. Una de la pruebas de diagnóstico es una exposición controlada a radiación UV y ver si produce reacción en la piel y a que tipo de UV. Su tratamiento es preventivo pero coherente, protección fisica (sombreros, ropa) y quimica (cremas) del paciente.

    Y digo coherente porque, como se muestra en la pelicula, no deja ser chocante que tenga que dejar el movil fuera pero ¿que pasa con la señal que permanentemente emiten las operadoras? o ¿acaso la luz solo es radiación electromagnéctica cuando sale de una bombilla pero no cuando procede de una lamapara de gas o una cerilla?

  7. La trama entre Saul y Chuck es una maravilla en torno a la sensibilidad electromagnética de este. Pocas veces se ha encontrado una expresión más acertada para desvelar en la ficción la psicologia de un personaje como en el caso de Chuck. Y también es una forma maravillosa de expresar el amor de un hermano al ver al otro sufrir, aunque en el fondo sepa que ese sufrimiento es una forma inconsciente de control. No dejes de verla!

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