El decálogo de Pamies (y 10): Que no parezca un negocio

Por Arturo Quirantes, el 9 febrero, 2016. Categoría(s): Charlatanes ✎ 13
HQ Pamies 10 Que no parezca un negocio
La pasta está ahí fuera

[Serie Decálogo de Pamies]

La gente de las tarjetas black, los políticos jubilados con pensiones de lujo y los deportistas que presumen de cochazos caen mal. Tus adversarios son de la misma ralea. Todos están sobornados por las empresas farmacéuticas, por Monsanto, Bayer, el Pentágono, el misterioso fondo secreto de los escépticos (digo misterioso porque yo no lo he encontrado). Todos se llenan los bolsillos. Tú no. Tú eres una buena persona que, si acaso, trabaja al coste para ayudar a la gente que acude pidiéndote ayuda. Tú permaneces en bajo perfil y no debes dar la impresión de que vas a por la pasta.

Pero amigo lector, la cuestión es siempre la misma. Nadie dedica semanas de su tiempo a recorrer centenares de kilómetros para enviar un mensaje gratuito. Vale, sí hay gente que lo hace, y además gratis. Pero los charlatanes no lo hacen. Siempre hay un remedio milagroso, un libro, un paquete de DVDs, una bolsita de hierbas que vender.

Mi primer contacto con la charla de Pamies en Granada ya lo dejaba claro: Donativo: 1 euro. Ya me pareció raro que un ayuntamiento permitiese un acto lucrativo en una instalación pública, y quizá por eso el apelativo a un «donativo.» Da la impresión de gesto desinteresado, bondadoso y voluntario, al menos en teoría.

Lo que yo vi fue un donativo bastante poco voluntario. Los organizadores se colocaron a ambos lados de la única puerta de acceso, con grandes recipientes de plástico, y aunque no negaron el acceso a nadie que no diese donativo, en la práctica actuaron como si fuese obligatorio. Y, por supuesto, recaudaron antes de comenzar el acto. Yo le eché cara y entré por el morro mientras los recaudadores estaban ocupados con otras personas. La verdad es que estaba dispuesto a dar mi «donativo» si no había más remedio, pero no me hacía mucha gracia.

El supuesto desapego por el dinero es una constante en las charlas de Pamies, o al menos en aquella a la que yo asistí. La única referencia a la caja registradora es cuando dijo, como de pasada, que «Dulce Revolución se financia vendiendo plantas; podéis cultivar muchas de ellas por dos duros.» Sus productos, fuesen hierbas o libros, podían adquirirse a la salida de la charla (y cuando ésta terminó, faltaban manos para vender). Pamies decía cosas como «las tengo ahí fuera» o «están ahí, en el expositor» sin la menor referencia al precio, aunque por supuesto todo el mundo sabía que eran productos de pago. Se trataba, sencillamente, de obviar el elemento lucrativo para dar la impresión de que lo que realmente interesa es proporcionar salud a la gente.

La asociación Dulce Revolución, de la que él es socio fundador y cabeza visible, afirma responder a motivos no lucrativos y financiarse mediante las aportaciones de los socios. Una vista a su tienda online contradice tales afirmaciones. La sección de libros incluye un centenar de títulos de diversos autores, incluyendo su propio libro Una dulce revolución (también lo tiene a la venta en la tienda Amazon, y es la primera vez que veo una valoración media de los clientes de 5.0 ¡ni uno sólo le dio menos que una puntación perfecta!). También dispone de hierbas medicinales, infusiones, tinturas y comprimidos, complementos dietéticos y hasta productos textiles (es decir, camisetas).

Y no creo que los precios sean al costo. Pamies, en sus charlas, incide y no para en que los productos que él ofrece están disponibles a cualquiera, que sus plantas pueden cultivarse en cualquier lugar, y que con un euro o dos hay semillas para todo un barrio. Como ejemplo pulsé en la planta de Stevia rebaudiana. Un paquetito de 120 gramos se vende por el módico precio de ocho euros… a lo que hay que añadir otros siete euros por gastos de envío. Quince euros por 120 gramos de plantas. Ciento veinticinco euros el kilo. Que Josep Pamies vende en la web de una asociación sin ánimo de lucro. Jopeta, así yo también me apunto a vender plantas.

No, el señor Pamies no es un agricultor que cultiva plantas por motivos humanitarios. Lo que hace es venderlas. Y cobrar entrada disfrazada bajo el nombre de donativo. Y hacerse publicidad gratuita. Es así de sencillo. Es así de eficaz. Es lo que, durante un breve momento, me hace pensar por qué mis padres no me criaron con menos escrúpulos. Luego vuelvo a la realidad, y no me arrepiento de nada.

Y estos son los diez pasos del catálogo de todo aprendiz de charlatán que se precie. Si te sale bien, espero mi porcentaje. Mejor pensado, no espero nada. No me llames y no digas que me conoces. Allá tú. Allá yo. Allá todos.



13 Comentarios

  1. Cada dia em indigna mas el multiple rasero, para un mismo acto, la valoracion puede ser «cosas de crios sin importancia» o «Terrorismo anarquista antisistema, carcel preventiva sin fianza».

    Lejos de creerme las cospiranoyas, si me parece que hay una cierta conivencia del tipo «¿Que hay de lo mio?»

    Aunque es cierto que puedo ser victima de mi propia envidia, nunca he sido capaz de hecharle tanta desvergüenza y tan poca empatia a la vida y aprovecharme asi d elos demás, supongo que asi me ha ido, cuatro novelas y no he conseguido venderlas ni siqueira a un publico minoritario… bueno, si, a unos pocos y conbuenas criticas, pero…
    ¿Forrarme a costa de los demas? Pues no he sido capaz.

    ¿De eso se trata? ¿De dargüinismo social? ¿Ser depredador o depredado?

    ¿De ser capaz de hacer daño a los demas de forma premeditad y poder dormir tranquilamente?
    Y ser una «autoridad» y que te de lo mismo que lo hagan si a; no te afecta que tienes cosas «mas importantes a las que atender» o b; pillar cacho. Y seguir durmiendo tan pancho.

    Es muy deprimente y rebaja considerablemente las espectativas que unos tien sobre al pervivencia humana.

    En fin, profesor. Al menos a usted le escuchan cuando ejerce el derecho al pataleo y al denuncia.

    Mi en hora buena.

    1. No necesariamente. ¿Tú te comprarías su libro? Por supuesto que no. El que lo compra ya tiene decidida la puntuación de antemano. Y posiblemente sin necesidad de leerlo.

  2. Pues a mi me parece estupendo todo lo que dice ese señor. Hace falta espacio y de alguna manera hay que conseguirlo. Quien sabe. A lo peor quien deja hueco soy yo por no hacerle caso. Asumo el riesgo.

  3. Muchas gracias por el decálogo. Me ha hecho pensar mucho y soltar alguna sonrisa.
    A mediados del año pasado estuvo también por Alcoi haciendo una charla y lamento decir que hubo lleno absoluto. En este caso se hizo en un hotel y fue promovido por diversos comercios de la zona relacionados con la alimentación ecológica, esoterismo, misticismo, etc; vamos, los sospechosos habituales.

    1. Y de qué son sospechosos? Si se puede saber…
      Vivan las etiquetas! Tu no serás sospechoso de nada, pero lo que escribes no habla muy bien de ti. Más te valdría preocuparte de tus problemas y dejar que cada uno crea, practique o coma lo que quiera.

  4. Muchas gracias por el decálogo, muy esclarecedor y completo. Desafortunadamente, cuesta protegerse de este tipo de personajes que ven la desgracia y desesperación ajena como una forma de lucrarse.

  5. Genial! recién concluido tu decálogo (ahora en cuarentena por el COVID-19 :D) muchas gracias por tan buena aportación!
    por cierto que actualmente, Pámies, dice que también tienen plantas que funcinan para…a que no se imagina?

Deja un comentario

Por Arturo Quirantes, publicado el 9 febrero, 2016
Categoría(s): Charlatanes
Etiqueta(s): , ,