Mientras estas líneas salen publicadas, mi hijo está haciendo la Selectividad. Él tiene claro lo que quiere hacer, y lo considero afortunado por ello. Mucha gente no tiene esa suerte, y para ellos escribí hace unos tres meses el artículo «¿Debería estudiar Física? Un consejo antes de la Universidad» Pero hay veces en que la vocación no parece ser suficiente, y los ánimos flaquean. Es entonces cuando uno más necesita consejo y apoyo.
La madre de un estudiante de primero de Física me ha escrito recientemente, y espero haberle ayudado con mi respuesta. Va por ella, y también por todos vosotros.
——————————————–
De: M.
A: Arturo Quirantes arturo (arroba) fisicadepelicula.es
14/6/2013
Estimado profesor,
Pude conocerle a través de internet aconsejándole a un alumno de bachillerato sobre los estudios de Física, y esto hoy me ha servido de mucho ánimo ya que realmente lo necesito.
Soy madre de un alumno de 1º grado de Física en la Ugr, y a estas alturas de curso estoy muy decepcionada, intentaré ser breve y plantearle los interrogantes que tengo dadas las circunstancias.
Mi hijo a estas alturas de curso no ha conseguido aprobar ninguna asignatura y tampoco ve posibilidad de aprobar las que quedan. Siempre se queda al límite y en alguna aprueba la parte práctica pero no la teoría, lo cual en suma es suspenso.
Analizando más de un aspecto y con los datos que yo puedo conocer y sin querer extenderme demasiado le formularé directamente mis dudas:
¿No existe realmente una criba total del alumnado en 1º de Física en la Ugr?
¿Cuántos alumnos superan 1º?
¿Es esta carrera solamente para alumnos con altas capacidades, o dispuestos a tener un nivel de esfuerzo y dedicación absolutos sobre todo en 1º?
Si a todo esto se suma la presión por intentar conseguir los 12 créditos en Junio para poder asegurarte la continuidad en la Ugr, aunque dispongas de todo el verano, el agobio se acrecienta y vuelvo con mis dudas: ¿Se habrá equivocado de carrera? ¿Habrá el mismo nivel de exigencia en otra universidad como Córdoba o Sevilla?
Hasta aquí lo único positivo es la ilusión que tiene mi hijo en seguir con esta carrera aunque tenga que estudiar en verano y en cualquier universidad. Tiene muy claro lo que quiere. Yo en cambio ahora a estas alturas de curso no tengo nada claro. Perdone mi relato.
Una madre preocupada.
Reciba un cordial saludo. Felicito su práctica docente y sus testimonios.
——————————————–
De: Arturo Quirantes arturo (arroba) fisicadepelicula.es
A: M.
17/6/2013
Hola, M.
Imagino que habrás visto mi post al respecto.
No conozco datos sobre el porcentaje de alumnos que supera el primer curso. Sí recuerdo que el primer curso es duro, entre otras cosas porque supone un cambio cualitativo muy fuerte. Muchos alumnos entran pensando que es más o menos como en Bachillerato, si acaso algo más profundo, y se encuentran con que no es así. No se trata tan sólo de «algo más de lo mismo,» sino que uno se obliga a hacer un cambio de chip, a pensar y a plantearse los problemas desde una perspectiva diferente; algunos tardan más en conseguirlo y otros, sencillamente, no lo consiguen. Por si te sirve de algo, mis resultados en primer curso como alumno tampoco fueron para tirar cohetes: de cuatro asignaturas, saqué tres aprobados, y un sobresaliente (que realmente no sé cómo conseguí, creo que pillé despistado al profesor), y eso con veranito loco de recuperación. Luego la cosa fue mejorando.
Como ya dije en otro sitio, no creo que sea una carrera para cerebritos y Einsteins en ciernes (y al diablo con los tópicos del cine). Se trata de una carrera exigente, dura, sí, pero que sobre todo requiere ilusión y vocación. Por lo que leo, parece que tu hijo (y permíteme el tuteo) sí tiene esas cualidades, y eso es un punto muy importante a favor. Creo fervientemente que tener una vocación clara, una ilusión por seguir un camino, es uno de los mejores dones con que podemos ser agraciados en nuestra vida. Puestos ante la disyuntiva de elegir entre una vocación o un cerebro privilegiado, apuesto por la vocación una y mil veces.
Entiendo que, como madre, estés preocupada por su futuro. A mí me pasa lo mismo. Tengo un hijo que comienza la Selectividad mañana, y tenemos la lógica preocupación por qué será de él. Lo que he hecho es imitar el ejemplo de mi padre, quien me conocía bien e hizo lo que considero más inteligente en estos casos: quitarse de en medio y dejar la decisión al interesado. El problema suele estar cuando el chaval no sabe qué quiere hacer, y es entonces cuando entramos nosotros con nuestro mejor saber. Pero cuando hay una vocación clara, creo que lo mejor es seguirla.
Por supuesto, puedo equivocarme, y odiaría marcar la decisión profesional de tu hijo con un consejo equivocado, que el hecho de ser profesor titular de Física no me libra de meter la pata como todo hijo de vecino; pero hasta donde yo sé es lo mejor que él puede hacer. Después de todo, si no hace Física que es algo que le gusta, ¿qué va a hacer? Carreras fáciles no hay, ni para estudiarlas ni para colocarse luego. Cualquier alternativa en la que puedas pensar exigirá años de duro trabajo, y luego competir por un trabajo frente a montones de graduados a los que vendieron la moto de «es que esto tiene muchas salidas.» Puestos a sudar la gota gorda, quizá compense más hacerlo con algo que a uno le gusta.
En lo inmediato, el problema de las asignaturas suspensas, es evidente que lo hecho, hecho está, pero un verano da mucho de sí. De momento, que se centre en las asignaturas en las que piense que tiene más posibilidades, y luego escoja de igual forma para Septiembre. Y a saco con ellas. Una de las facetas de mi carrera que me he alegrado de olvidar son esos veranos con asignaturas pendientes, pero si se lo plantea como época de sacrificios de cara al futuro, se le hará menos cuesta arriba. Cuesta mucho plantar, es mucho sacrificio y lo único que ves son agujeros en el suelo, pero al final siempre llega la cosecha. Perdona si sueno un poco cursi, pero es así como sinceramente lo veo.
Si llegase a lo peor, será cosa de replanteárselo todo, pero sólo entonces. Yo haría todos los esfuerzos imaginables por seguir en Granada, y si llega el caso a lo peor sugeriría un traslado de expediente a Sevilla. Pero guarda eso en la cartera como plan B, o mejor plan Z, como último recurso. Ahora, que se funda las neuronas, y a esperar lo mejor para Septiembre. ¡Vamos a ser optimistas!
Saludos a ambos, y mis mejores deseos.
Sincera y cordialmente,
Arturo Quirantes Sierra
Hola,
Estoy de acuerdo en todo salvo en lo de dejar el traslado a Sevilla como plan Z. Mi consejo es que nunca, nunca jamás vaya a Sevilla. Hablo desde mi experiencia allí donde pasé cuatro años y no encontré más que problemas por parte de muchos profesores. Desde que vine a Granada no he tenido ningún problema y la considero la mejor decisión de mi vida.
Como ejemplos de la «grandeza» de la facultad de Sevilla: Una profesora se dedica todos los años a decirle a alguno de primero que no vale para nada y que mejor se dedique a poner aires acondicionados, después esa misma profesora dice en clase que «en la luna siempre es de noche porque no hay atmósfera», otra profesora considera que la intensidad lumínica tiene dimensiones de amperios, un profesor se fue a China cuando debía haber estado corrigiendo exámenes y casi se le hizo una comisión de docencia por no saber resolver autovalores. Se han perdido exámenes más de una vez, y también se han tirado a la basura en tiempo de revisión impidiendo la misma…
Hay muchos más pero ya me he alargado demasiado, sólo quería decir todo esto porque considero que ya hemos sufrido muchos allí como para que tenga que sufrir otro chaval más.
Saludos