Mensaje de Leonard Hofstadter para los chicos invisibles

Por Arturo Quirantes, el 10 marzo, 2017. Categoría(s): Divulgación ✎ 3
Penny y Leonard 1
¿Rarito? Pues se llevó a la rubia buenorra

[The Big Bang Theory,  episodio 8×22 “La graduación de la transmisión”]

…sabéis, he escrito todo un discurso sobre cómo el instituto te prepara y es un sitio maravilloso, pero yo lo odiaba. Puede que el instituto sea genial si tienes esta cara

Penny y Leonard 2

pero yo sentía como que no existía en ese instituto. Y ahora que lo pienso, me imagino que muchos sentís lo mismo, así que lo que resta de mi discurso va por los chicos invisibles.

Puede que no encajes, o puede que seas el niño más bajito del instituto, o el más pesado, o el más raro, puede que vayas a graduarte y nunca hayas besado a una chica. Por cierto, [yo] a los 19, y Geraldine Coco, dondequiera que estés ¡gracias!

Puede que no tengas amigos, pero ¿sabes qué? ¡No pasa nada! Mientras todos los chicos populares están por ahí haciendo… bueno, no se qué hacían, porque nunca me llevaban. Lo que digo es que, al dedicar tanto tiempo a estar solo montando ordenadores, o ensayando con el chelo, lo que haces es convertirte en alguien interesante. Y cuando la gente por fin se fije en ti se encontrarán con alguien más guay de lo que se creían.

Y para aquellos que sí habéis sido populares en el instituto: se acabó, lo siento.

Gracias, y enhorabuena.



3 Comentarios

  1. Sí, y al pasar los años hay cierta gente que recuerda con añoranza (incluso con desesperación) su época triunfal de estudiante. No voy a decir aquí que me alegre, ni que me ría por lo bajinis cuando me cruce con ellos y sus calvorotas… soy demasiado elegante para eso.
    Puede que os guste escuchar esta canción del grupo Ellos: https://www.youtube.com/watch?v=4i_dzB0TMfY

  2. Yo soy uno de esos chicos, a veces siento como que no importo a casi nadie pero me gusta leer este discurso para recordar que por mucho que ahora no importe, sé que en el futuro lo haré y si no siempre sabré que fui yo mismo. Por suerte tengo varios amigos a los que si les importo y les doy mil gracias. Soy el mas listo de mi clase y me apartan por eso, ahora que lo digo parece un poco irónico, que te aparten por destacar, por ser mejor que ellos en algún aspecto no deportivo ni físico. Así que yo seguiré mis estudios, estudiaré en la universidad física experimental y siempre recordaré a los que han estado a mi lado y nunca los abandonaré, porqué ellos no me están abandonando.

  3. En mi época del colegio (que además, era un internado) fui un Leonard. No tenía amigos, era el gordito friki que pasaba sus días diseñando webs para mí sólo por gusto, escribiendo, aprendiendo idiomas, escuchando bandas que nadie más conocía y soñando desde mi ventana con algún día ser siquiera saludado por los chicos populares de mi clase. Los veía todos los días y deseaba enormemente ser como ellos, vestirme, hablar, actuar como ellos. Ser tan importante, tan respetado… Parecían seres inalcanzables. No pude tener en su momento la seguridad necesaria para atraer a la rubia que me traía loco en mi colegio, pero hoy en día sí tengo una pareja. No es una rubia, pero llevamos casi 10 años juntos y siento que nos va bien. Odiaba mi colegio. No quería ir ahí. Mis compañeros nunca me hicieron sentirme parte del grupo, ni siquiera de la clase. Era totalmente invisible. Deseaba hacer algo más que sólo estar en la PC, pero no sólo no tenía ningún amigo verdadero, sino que tampoco sentía el ánimo o la autoestima necesaria como para enfrentarme al mundo yo solo. Hoy en día no soy precisamente el tipo con más amigos del planeta, pero los poquitos que tengo, siento que son buenas personas. Y siento que en el camino he vivido y aprendido muchísimas cosas, y también he podido vivir muchas otras cosas buenas. Sí se puede. El discurso de Leonard Hofstadter me llegó directo al alma aún muchos años después de haberme graduado del colegio. Me sentí de 16 nuevamente, porque es lo que hubiera querido escuchar. Todo valió la pena, a pesar de todo. He visto en Facebook mis viejos compañeros aferrarse a una era y a un comportamiento que ya no existen. Sí, fui el friki raro, pero hoy, puedo sentirme feliz y decir que al menos sí tengo un cerebro, sí tengo algo interesante que contar. Lo logré. Hoy aún, quiero seguir mejorando y estudiando; para que mi yo de 16 años, si algún día se puede viajar al pasado, se sienta orgulloso de ver el hombre en quien se va a convertir… Aún cuando se sienta invisible y olvidado en una pequeña esquina de su casa, mientras sueña y sueña.

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Por Arturo Quirantes, publicado el 10 marzo, 2017
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