Harry

Por Arturo Quirantes, el 17 junio, 2016. Categoría(s): Física moderna ✎ 14
Harry
Érase una vez un protón pequeñito

(Artículo presentado al concurso Jot Down Ciencia 2016)

El Universo apenas tenía un suspiro de vida cuando Harry adquirió consciencia. Para entonces ya se había perdido algunos de los capítulos más fascinantes del pasado.

El período de tiempo transcurrido desde el big bang, aquella extraordinaria explosión que lo creó todo a partir de nada, se había caracterizado por unas condiciones extremas. Primero fue el llamado tiempo de Planck, un instante durante el cual nadie sabrá nunca qué sucedió exactamente, un misterio oculto sin remisión.

Más adelante el Universo comenzó a cobrar forma. La gran fuerza única que lo regía todo se desgajó en cuatro fuerzas básicas. Nunca desde entonces se han encontrado unidas en armonía la gravedad, el electromagnetismo y las dos fuerzas nucleares. A continuación, en una fracción de tiempo más parecida a un instante que a otra cosa, las fronteras de lo conocido se extendieron a una velocidad casi inimaginable en un proceso bautizado mucho tiempo después con el nombre de inflación.

En aquellos tiempos el Universo era demasiado denso y caliente para contener nada que no fuese energía pura, pero pronto las condiciones permitieron la existencia de otros moradores. Los primeros que aparecieron fueron los quarks, diminutas subpartículas que con el tiempo formarían estrellas y galaxias. De momento, sin embargo, tenían problemas más acuciantes. Sus enemigos, los antiquarks, también habían hecho su aparición y no estaban dispuestos a compartir territorio con ellos. Una guerra quark-antiquark, tan intensa como breve, acabó con la victoria de los quarks. Solamente había sobrevivido uno de cada mil millones, pero gracias a ello el Universo era suyo.

Pronto el ambiente de aquel furioso Universo primitivo permitió a los quarks organizarse en entidades llamadas hadrones. O al menos intentarlo, porque no había forma de reunirlos en paz y su vida era corta. Finalmente apareció un barión estable, una combinación particular de tres quarks con una vida casi eterna que llamamos protón.

Harry era el primer protón del Universo. Había muchos más como él, y con el tiempo fueron formando estructuras más complejas. Cuando aparecieron los electrones, cada uno de ellos se emparejó con un protón creando con ello un átomo de hidrógeno, y en ocasiones dos átomos se fusionaban entre sí para formar un átomo de helio. Otras veces un electrón chocaba violentamente contra un protón, y el resultado era una nueva partícula llamada neutrón. Algunos neutrones se quedaban dentro de un núcleo atómico y allí se quedaban, como un gato que ha encontrado un lugar cálido frente a la chimenea y ronronea contento; otros vagaban libres por el espacio y, pasados unos minutos, se desintegraban.

Harry nunca perdió su identidad para convertirse en neutrón, pero tanto él como sus compañeros rigieron el Universo como señores indiscutibles hasta que los fotones lograron liberarse. Eso sucedió a los 370.000 años de edad del Universo, aproximadamente, cuando la sopa de materia y energía que lo formaba todo se volvió transparente. Desde ese momento los fotones pudieron viajar por el espacio con libertad.

Harry fue testigo de cómo los fotones se zafaron del dominio de la materia, pero tampoco le importó mucho. Un día la materia logró la hazaña de crear más fotones. Fue tan simple como convocar suficientes protones y electrones en una región del espacio, tantos que su atracción gravitatoria los forzó a generar reacciones termonucleares. Nacieron las estrellas. Luego se agruparon en galaxias, en cúmulos, en supercúmulos. Algunas estrellas se agotaron y dejaron de producir energía, otras acabaron sus vidas en gigantescas explosiones. Nubes formadas con elementos más pesados fueron mezclándose con el hidrógeno ya existente, y con el tiempo formaron nuevas estrellas.

Harry saltaba de un lugar a otro, formando parte de agrupaciones cada vez más fantásticas. Un día, después de miles de millones de años formando parte de una gigantesca masa de gas, una estrella supernova lo lanzó al espacio. Para entonces formaba parte de un átomo de oro. Con el tiempo llegó a otro sistema estelar y acabó integrándose en un nuevo mundo.

Dadas las características del átomo del que formaba parte, el destino de Harry debería haber sido hundirse hasta el núcleo del planeta, quedarse allí durante un enorme período de tiempo y tal vez acabar sus días formando parte de una estrella moribunda, pero resulta que llegó tarde a la formación del planeta y eso marcó la diferencia. El átomo del que formaba parte se hundió en la corteza del planeta. Las fuerzas tectónicas lo llevaron de un lugar a otro y lo mezclaron con otras sustancias, siempre en movimiento, siempre activo. Otros átomos se combinaron entre sí mediante reacciones químicas para dar nuevos productos, pero el oro es muy especial para algunas cosas y no lo hizo.

Llegó el día en el que Harry abandonó su morada subterránea. El planeta del que formaba parte se encontraba en condiciones de generar vida, y un día surgieron criaturas inteligentes. Eran torpes, ineficaces, nadie hubiera apostado por ellos. En su deseo por perdurar, aquellas criaturas decidieron construir un objeto y lanzarlo al espacio. Concluyeron que el oro era la sustancia ideal para esa misión, y por ese motivo tomaron una pequeña parte del oro que habían extraído de las profundidades de la tierra para otros propósitos, le dieron forma de disco, adosaron éste a un propulsor químico y lo lanzaron al espacio.

Pasó el tiempo. Mil años se convirtieron en un millón, y luego en mil millones, y luego en más. La raza de criaturas desapareció de la historia, su planeta fue barrido y su estrella se apagó. El disco es la única prueba de que una vez, en un lugar que ya no existe, vivieron unas seres que suspiraron por ser algo más. Ninguna otro ser inteligente, ninguna raza alienígena lo encontrará jamás, perdido en la oscura inmensidad del espacio, pero en el fondo eso no importa ya que la mera existencia del disco es una prueba de su éxito.

Oculto en el interior de un átomo de oro, dentro de un objeto creado incontables años atrás por una raza tan testaruda como soñadora, Harry ha vuelto al espacio. Su viaje continúa, pero ahora tiene algo más que consciencia. Tiene una misión.



14 Comentarios

  1. Qué cuento, en el mejor de los sentidos de la palabra, más bonito!
    Cuantas cosas explicas con la historia de ese Harry.
    Me encantará leerlo en mis clases, gracias!

    1. (Modo chiste malo)

      Y el primer electron que se unio a Harry ¿se llamaba Sali? ¿Y la radiacion de fondo del universo es el eco de su encuentro?

      En serio.

      Lo mas cerca de la eternidad que podemos estar es ser conscientes que las particulas que nos forman fugazmente estaban en el B.B. y seguiran aqui cuando el universo sea un paramo frio y despoblado, al filo del comienzo de la eternidad — me entristece la idea de un universo en expasión eterna —.

      Saludos.

  2. Hola Arturo:

    En primer lugar decirte que el texto me ha resultado bellísimo y como ya hiciera con el texto de «Soy un Fotón» de Daniel Hazeldine, me gustaría pedirte permiso para leer este texto en el próximo recital poético que se realizará en mi ciudad, Pontevedra, en el evento organizado por Poesía e microrrelato Pontevedra. Será este jueves 23 de junio.

    Espero tu respuesta con entusiasmo y te mando un fraternal saludo.

    Gracias.

  3. Hola Arturo :

    Muchas gracias. Por supuesto que indicaré que el artículo es original de Arturo Quirantes, «El Profe de Física» y que además de publicarse en la red de blogs de divulgación científica Naukas se ha presentado al concurso Jot Down Ciencia 2016.

    Una vez más, gracias por esta brillante aportación.

    Un saludo.

  4. Hola Arturo:

    Ya he leído el texto, y por supuesto he dicho que era tuyo.
    Ha tenido buena acogida, y ha sido una experiencia bonita poder recitarlo públicamente.

    Gracias por esta aportación y como siempre, espero que haya más.

    Un saludo.

  5. es correcto decir (estoy estudiando el tema) que cuando un protón adquiere energía cinética y luego se desexcita la devuelve por decirlo de alguna forma emitiendo fotones ?

Deja un comentario

Por Arturo Quirantes, publicado el 17 junio, 2016
Categoría(s): Física moderna
Etiqueta(s):