[Serie Decálogo de Pamies]
Cualquiera que sea médico sabe que, en cuanto diga en público cuál es su profesión, invariablemente aparecerá alguien contándole su dolencia y pidiéndole consejo inmediato. A mí, que soy físico, nadie me para por la calle para pedirme que le resuelva un problema de logaritmos, pero me imagino la incomodidad para los médicos. Pamies lo aprovecha a su favor, sin importar que no sea médico.
Uno de los trucos que le permiten tener a cientos de personas comiendo de su mano durante más de tres horas consiste en pasar consulta en vivo y en directo. Cuando yo le vi, se pasó la primera hora larga hablando de todo tipo de asuntos. Me pregunté cuánto más tiempo aguantaría el respetable, y fue entonces cuando llegó el momento del Power Point. Pamiés se lo habría traído para informar sobre las diversas plantas y sobre sus supuestos efectos curativos. Se supone que, después de su exposición, habría un período de preguntas y respuestas.
Pero algunas personas querían hacer preguntas ya, así que comenzó la sesión de «planta o pregunta.» El conferenciante hablaba de una planta, y a continuación respondía una pregunta; otra planta, otra pregunta; otra planta, otra pregunta. De ese modo, mientras iba publicitando sus plantas, el público podía preguntar sobre su dolencia de interés. Una gran parte de las preguntas, al menos al principio, eran del tipo «¿qué va bien para X?» o «conozco a alguien que tiene Y, ¿qué puede hacer?» Pamies no se cortaba un pelo en hacer todo tipo de recomendaciones sobre qué planta debía usarse en cada situación.
No sé si será legal eso, porque me da la impresión de que solamente un médico puede dedicarse a diagnosticar y recomendar una solución, pero el caso es que Pamies pasa consulta tanto online como en directo. Le preguntaron sobre el uso de la planta Kalanchoe para curar el cáncer (respuesta: sí, pero tomada en ensalada); sobre la dieta alcalina para el cáncer (va bien); sobre si la diabetes es hereditaria (dice que no lo es); si se puede salir de un cáncer con plantas (dijo que sí); sobre la psoriasis (báñate en agua con sal); sobre la calvicie (yo me enteré tarde, dijo, pero también tengo un remedio para eso). Sonaba como la tienda Apple: no importa lo que pidas, tengo una aplicación para eso.
En un momento dado alguien mostró su extrañeza por un caso del tipo que supuestamente se cura con agua de mar. Resulta que ese alguien que tenía un amigo con esa dolencia, pero no se curaba ¡a pesar de que era surfista! La pregunta no se hizo con ánimo de poner a Pamies en ridículo (la espectadora mostraba verdadera sorpresa), pero sirvió para ver cómo éste salía del paso. Y lo hizo muy bien: puso cara de sorpresa, dijo que también a él le parecía algo raro, y lo arregló recomendando bicarbonato por eso de la alcalinidad.
La sesión de preguntas y plantas fue tan exitosa que duró hasta prácticamente el final de la charla, y eso que hubo que interrumpirla pasadas más de tres horas. Por supuesto, ya saben lo que vino después: docenas de personas asaltaron el puesto que había en el hall y en el que se vendían los productos milagro. Pamies afirmó en diversas ocasiones que las plantas son fáciles de conseguir, que cualquiera puede plantarla en casi cualquier lugar, que con un euro hay para un barrio entero… sin duda sabiendo que, en la práctica, lo que quiere la gente es llevarse el remedio en bolsita y ya preparado. Si quieren saber a qué precio, aquí tienen su catálogo de plantas medicinales.
Estoy convencido de que tanto los que compraron cosas aquella tarde como los que no se fueron a casa con una muy buena impresión de Josep Pamies por el hecho de haber respondido a todas las preguntas de salud que le hicieron, con paciencia y educación. Y gratis, además. Qué contraste con esos médicos antipáticos que te hacen pedir cita y te despachan en cinco minutos. No hay color.
Pues no acertó con la enfermedad del surfista. Tenía alergia al neopreno.
Lo que sí que es verdad es que se puede salir de un cáncer maligno sólo con plantas. Está demostrado. Se sale por el tanatorio, siempre tan florido, tan lleno de crisantemos.
Puesto a hacer chistes(?) yo le preguntaria a este tipo como cura la enfermedad que tiene el 100% de mortalida y afecta a todos: Haber nacido.
Lo mismo tiene un jugo de alcaparras calvas y chirlas bravas que lo «cura» — que lo-cura, que LO-CURA, ¿Entiende usted? (Homenaje a Tip y Coll) —.
Sera mejor reir para no llorar, supongo.
Solo se me ocurren dos tipos de personas que crean que las plantas contienen diferentes sustancias pensadas solo para curar personas.
Los religiosos a ultranza y los ignorantes.
Las plantas contienen muchos compuestos, algunos pueden ser beneficiosos para el ser humano para tratar algunas enfermedades, y muchos mas son perjudiciales, cuando no letales.
Ahora que lo pienso, la fermentación natural de malta envejecida en barriles de roble dicen que es estupenda con moderación contra muchas enfermedades. Con su permiso voy a probarlo
Pero con moderacion, oiga, que ya ha visto los efectos del abuso en el publico de este tipo.
Me gusta ver a científicos hablar de compuestos químicos( «plantas») argumentando sin base científica, y sin haberse leído ninguno de los miles de estudios publicados al respecto.
Me sorprende sobre manera, como se agasajan unos a otros con palmaditas en la espalda a modo de comentarios jocosos. Somos todos muy «guay» ,, pensamos de la misma forma.
Y mas me sorprende aun, que con la cantidad de información que circula actualmente, solo se dediquen a señalar con el dedo al «diferente», aun sabiendo que todos sus avances científicos fueron realizados por «diferentes», a los que todos señalaban con el dedo.