El decálogo de Pamies (2): Hazte la víctima y grita censura

Por Arturo Quirantes, el 22 enero, 2016. Categoría(s): Charlatanes ✎ 9
HQ Pamies 2 Grita censura
Y ni siquiere me dejan la pizarra digital, los muy censores

[Serie Decálogo de Pamies]

Uno de los mayores problemas de intentar desenmascarar a personas como Pamies es que, en este país, lanzar ataques contra alguien hace aflorar en mucha gente el instinto de Quijote y provoca una reacción de simpatía hacia el atacado. Una manifestación de una Universidad, una prohibición de un ayuntamiento o un desmentido de una asociación contra el cáncer son difíciles de asumir cuando se carece de argumentos, así que lo mejor es poner ojos de cordero degollado y jugar la táctica de dar lástima.

Nada más comenzar, el aspecto de Josep Pamies rezuma humildad: un hombre mayor casi calvo, con ropa sencilla, aspecto benévolo, rostro bonachón, voz calmada y sin estridencias, el perfecto abuelito del campo, todo muy lejano de cualquier imagen de arrogancia académica. Desde el principio deja claro que ni es un científico ni pretende serlo, sino que sabe lo que ha aprendido en su finca. De vez en cuando hace alusiones a los científicos que le atacan o la gente que le censura, casi con lástima, como compadeciéndose de todos aquellos que le cuestionan. Una de sus primeras sugerencias que hizo al público fue «sed pacientes, no pesados.» Es decir, les anima a que vayan convenciendo poco a poco, sin molestar apenas; lo que en el fondo viene a decir a) que los pesados son otros y b) que nuestra verdad al final acabará brillando.

Durante su charla puso varios casos que se engloban dentro del marco de victimismo, el «mirad qué le hacen a esta pobre gente.» Un ejemplo fue el de Txumari Alfaro, al que «echaron» de televisión supuestamente por censura. Por supuesto, no aclaró si lo echaron por sugerir que era bueno beberse la propia orina, se fue él de una televisión a otra según le interesase, o sencillamente tuvo poca audiencia, pero eso de «le echaron» quedó muy bien para ir fomentando el victimismo conspiranoico.

La cosa fue subiendo de tono, y en diversas ocasiones Pamies se refirió a sus contrincantes como las bestias. «Las bestias atacan fuerte, están creciendo,» dijo. En la misma charla aludió a su dolencia, que estuvo a punto de llevarlo a la tumba y de la que él salió gracias a sus remedios naturales. Para él, ese tiempo extra que tiene es como un regalo. «Vivo de prestado,» afirmó, pero no lo dijo como agradecimiento sino para dar la impresión de que está de vuelta de todo y de que no teme a la bestia.

Porque la frase que dijo fue «vivo de prestado, y no me importa que me maten.» ¿Que le maten? ¿Quién? ¿Yo con un fusil de mira telescópica? ¿Las hordas de indignados contra el señor Pamiés que se agolpaban en la puerta? ¿Un hitman de la multinacional más cercana? Vamos, señor mío, yo también he tenido en mi familia gente a las puertas de la muerte que luego vivieron años y años, pero no lo consideraban «de prestado» sino como un regalo; y no iban haciéndose las víctimas precisamente.

Antes de su llegada, diversos diarios granadinos hiciesen eco de la protesta científica contra Pamies. Sin arredrarse, él lo convirtió en una campaña en su contra por parte del grupo Vocento, y con algo de ironía dio gracias a la periodista del diario IDEAL por «provocar la reacción contraria.» Cuando llegó el apartado de preguntas un periodista afirmó conocer a la compañera de IDEAL, a la que calificó de persona que no tiene ni idea, y la acusó de estar presionada. Créanme si les digo que las personas que formamos la comunidad escéptica, promotores del cierre de los espacios públicos al señor Pamies, ni de lejos tenemos esa capacidad de presión.

Por supuesto, ese no es obstáculo para jugar una poderosa carta: la de la censura. Afirmar que alguien te está censurando es un mensaje implícito de que uno debe tener razón (si no, ¿por qué me están censurando), al tiempo que refuerza esa imagen victimista del pobre David contra el poderoso Goliat. Ladran, luego cabalgamos, debe ser la divisa.

De hecho, resulta que es literamente la divisa. En Ladran luego cabalgamos, un post publicado en su blog una semana antes de su charla de Granada, Josep Pamies afirmó que (cito) «les molesta a gente muy sesuda que gente ignorante como yo, puedan ir de ciudad en ciudad dando charlas y estableciendo diálogos» (para que quede bien claro a qué se refiere, incluye un enlace al Manifiesto publicado en Naukas contra la cesión de espacios públicos para sus charlas).

No fue, por supuesto, la única vez que aludió a la censura impuesta por la bestia. En su ruta de conferencias se deja claro que la charla de Granada «se debía celebrar en el Teatro Municipal José Tamayo de Granada y que ha sido prohibida a última hora por el Ayuntamiento de esta ciudad» (en mayúscula y en rojo en el original). Poco después, agradeció a los organizadores el haber encontrado locales alternativos (cito) «para suplir la negativa de accesos a locales públicos a los cuales tenias derecho.» En cuanto a la charla de Cáceres, afirmó tuvo que cambiarse el local «como consecuencia de las presiones durísimas que tenía que afrontar el alcalde de Cáceres para que se prohibiera el acto en lugar público

Ya puede ver el patrón. Las universidades y los ayuntamientos le cierran la puerta cada vez con mayor frecuencia, pero él se limita a usarlo a favor y se queja de que «van buscando cómo prohibirnos los espacios públicos,» como si tuviese un derecho divino a usar cualquier instalación pública para lo que, a la postre, es una actividad privada lucrativa.

Pero tal derecho divino no existe. Si yo, profesor en una Universidad pública, quiero usar un aula para dar una charla, tengo que solicitarla y someterla a aprobación. Los gestores, que para eso están, decidirán si resulta procedente o no; y si me la niegan, siempre puedo pagarme una sala privada de mi bolsillo. Gritar «censura» no es más que un acto infantil del que no recibe lo que quiere.



9 Comentarios

  1. Este pobre diablo no sabe ni donde vive. Hoy mismo, ayer, ahora no recuerdo cuando ha publicado lo que he leido…, ha publicado en Facebook que ésta última vacuna de la varicela, de la que se está hablando, provoca autismo, desaconsejando a los padres, entre lineas, su uso a sus hijos.
    Autismo no provocará, pero imbecilidad sí y él ya se ha puesto unas cuantas de las bobadas que suelta.

    1. ¿Puedo preguntarle porque lee lo que escribe en el libro de caras?

      Entiendo que lo haga el profesor para documentarse o un afectado para tener con que atacarle, pero, asi, alguien de andar por casa.
      Mi medico me tiene prohibido leer ciertas cosas por las subidas de tension y tal.

      Bromas aparte; ese es el problema. Muchas veces, al intentar concienciar y denunciar, lo que realmente hacemos es darle publicidad a gente asi.
      ¿Que hacer entonces?
      ¡Ah, si tuviera la solucion la llevaria aplicando muchos años!

  2. Una cosa que me llama la atención es que cada vez salen mas noticias en prensa hablando del control que lleva Hacienda sobre los jubilados, abuelos que tienen un campito y les prohíben vender lo que produce pues es incompatible con su pensión, hace poco salío el caso de una Sra a la que habían multado por dar unas pocas horas de clase, etc. Y a este sr jubilado, dando conferencias por toda España, vendiendo sus productos en ellas, en su web ¿nadie lo controla?

  3. «España es el pais donde mas ha crecido la desigualdad en el ultimo año»(?).

    Pero lamentablemente no es únicamente referido al terreno economico.

    De esto saca tajada el charlatan de feria, que todos sabemos que no somos iguales ante la ley, ante los foros, ante las entidades, ante hacienda, ante los medios… ¡Ante el vecino!

    Es muy facil gritar «censura». Es de esas palabra que de tan repetidas y alteradas en su empleo han perdido su significado, como «Libertad», «Trabajador»…, «Cientififico».

    Disparan mecanismo casi inefables en al gente:
    — ¿Qué le han censurado? ¡Por algo sera!

    Y de ahí a «creerse» lo que dice simplemente por ser «perseguido y censurado». En fin.

    Lo curiosos es que estamso rodeados de acutenticos casos de censura y persecucion y pasan desapercibidos, ¿Nos escandaliza y moviliza que distribuidoras electricas esten timando a usuarios con multazos por falsas manipulaciones de contadores?
    «¡Bah, eso ya lo sabemos todos!»
    Pero al que lo sufre se le persigue y le sale mas caro defenderse que pagar la mordida.
    Somos impasibles.

    Una cosa hay que reconocerle y debería ser estudiada y tomada como ejemplo en disciplinas intelectuales como la sociologia o la antropologia social. — Que no forense, que eso de de la tele —.
    Ser un magnifico ejemplo de la charlataneria y la picaresca española, como mecanismo que siempre ha empleado este pueblo, que a lo largo de su historia, tanto ha tenido que sudar, sangrar, llorar y sufrir como unico recurso de supervivencia tan mal gobenados como hemos estado.
    Este tipo es el tipico charlatan de feria que en su tenderete, entre los churros y el pan de pueblo, vende agua teñida que todo lo cura, y la gente, esa que prefiere lo sencillo y desconfia de los que no son como ellos, se lo compra y se bebe…, ¡Y hasta les da «resultado»!
    «¿Como va a ser mentira si es uno de nosotros y además le censuran?»

    ¿Como no lo voy a saber si pase mucho domingos de mi juventud intentando vender libros por los mercadillos?
    Vendian mas los balsamos de fierabras.

    Yo creo que no se le deberian cerrar los espacio universitariso, sino, muy al contrario, invitarlo a hablar en ambito de esas disciplinas, como buen ejemplo para sutentar tesis del tipo «¿Como es posible que siga vijente la tomadura de pelo en el siglo XXI?»

    En todo caso ha aprendido bien las tecnicas de las que hace uso la política y los medios de comunicacion en la actualidad, que juega con la vageria de la gente que prefiere creerse cualquier cosa sencillita, por burdo que se ael engaño, a hacer un minimo esfuerzo intelectual y cuestionar lo que oye.

    Y no es elitismo, señores.

    A la gente no le gusta pensar. Y a veces me desvela preguntarme como es posible que salieramos de las cavernas cuando el «pensamieto de la caverna» es y ha sido tan popular.

    Un ejemplo cercano: Una chica, —42 años, no es para tanto — me hace la limpieza un par de veces a la semana, tiene un par de crios, y con la mediatica «super Luna» de hace un par de meses, me preguntó que era todo eso, porque a su chico le habían pedido un trabjo sobre…, ¡lo que habian dicho de ella en los medios de comunicacion!
    Obserevese el matiz. (¿Es necesiario que lo aclare?)
    Intente explicarle datos sencillos como que dado el tamaño del satelite, somos casi un sistema doble, que no gira alrededor del centro de la tierra sino del Baricentro, distancias, masas geometría sencilla… En fin.
    Me interrumpio a la cuarta frase diciendo: «¡Uy, dejalo, que esos son muchos número y palabras tecnicas pa mi!»

    Como ex profe — que no profesor — me senti muy deprimido y frutrado, sera que he perdido mi toque.

    No es una mujer ignorante de pueblo, habla tres idiomas al menos, hace senderismo, jamas aceptaria maguncias como las de este señor, es sensata y… es «moderna».
    Y si embargo, prefiere una explicación del tipo: Pues que se ven mas gorda que de costumbre. Punto. Que es mas o menos lo que dijeron esos medio, ¿o no?

    Con esto juega este señor, con el «¡Uf! Eso es muy comoplicado para mi, dame algo sencillito que no tenco el chichi pa farolillos».

    Esta mecanica sicologica y sociologica esplica muchas cosas del panorama que nos rodea. Incliuda mi desgana a la hora de intentar abrir mentes.

    Este charlatan solamente es un ejemplo, que como unico factor importante, afecta a la salud de las personas…, pero es que hay tantos charlatanes jugando con nuestro bienestar y los dejamos pasar que…

    No sé. Sera que soy mas partidario de una «teoria de todo» social que no se limite a poner tiritas en Pamies o Paraeles solamente, y que prefiera eso de «no me hables de la lucha si no estamos preparados», aunque no dudara en ir al final de la columna, en mi silla de ruedas y con un buen bastón para partirle la crisma al «animoso» que se diera la vuelta en el ultimo momento.

    En fin. Espero no irritar de nuevo a nadie como es habitual en mi. Soy tambien un charlatan con el unico interes de aportar mis «inusuales» puntos de vista. Lo lamento.

    Saludos.

  4. Tiene todo el típico aspecto a Velikovskianismo, de alguien que se presenta como un mártir de la ciencia ortodoxa. Eso debería poner sobre aviso.

  5. Yo también me «infiltré» en una de sus charlas, que dio en mi pueblo. Fue increíble cantidad de gente que seguía a este señor y como le creían todo. Como ejemplo diré que durante un momento de la charla se quedo en blanco al afirmar una cosa, y empezó a rebuscar en unos papeles, hubo unos instantes de silencio, hasta que una persona sentada casi a mi lado se levantó de su silla y grito: «¡Te creemos!».
    Es una secta, totalmente. Por si me cabía alguna duda eso me lo confirmó.
    Más tarde, en el turno de preguntas, unos amigos míos, que son médicos, se levantaron para hacer unas preguntas y cuestionar lo que había dicho. En cuanto se destaparon diciendo que eran médicos se acabó el turno de preguntas. Muy curioso.

  6. En el mes de noviembre tuve un ataque mientras dormía. Me llevaron de urgencias y encontraron con una resonancia que tenía un tumor cerebral. Me operaron a mediados de diciembre y cinco días después estaba en casa. «Vivo de prestado» sin la intervención de ningún remedio mágico, gracias a la malvada ciencia, a las mafias científicas y a la industria farmaceútica manipuladora. Malditas bestias.

    No sé porqué el Sr. Pamies acusa de censura por no permitirle el uso de locales públicos para su cháchara. Censura es que no le permitan hablar, no que le impidan hacerlo de forma subvencionada. Yo no puedo decirle a mi ayuntamiento que me deje el salón de actos o una biblioteca para hacer una demostración de mi negocio, y no por ello les acuso de censurarme. La vergüenza es que llegara si quiera a plantearse tal situación. Lógicamente hay presiones de universidades e instituciones o agrupaciones cuando se observa que se va a usar espacio público para un negocio de dudosa credibilidad (por no llamarlo estafa), pero es que también hay presiones de grupos animalistas si se da una conferencia sobre los toros, de los ateos si se habla de los milagros de la Virgen, o de los ecologistas si el tema es la construcción de una nueva incineradora. Que grupos opuestos presionen no es censura, ni es mafia , ni es conspiración … es lo normal. Que tengan razón o no, y que el ayuntamiento actúe en consecuencia no les da más razón ni les convierte en víctimas de poderes oscuros que oculten la verdad. Pienso que quien se cree ese tipo de victimismo es alguien fácilmente manipulable predispuesto a creerse cualquier cosa porque le resulta más cómodo creer que existen conspiraciones (acusaciones a las que no les va a exigir demostración), que hacer el esfuerzo mental de intentar comprender la realidad en que vivimos.

  7. Me encanta tu Decalogo, nunca es poco el dar batalla a estos charlatanes. Resulta tambien curiosa la hipocresia con la que actua el susodicho, pues se queja de censura constantemente, pero el no duda en eliminar comentarios o banear cuentas en su facebook (he aqui uno que ha sido baneado y me ha eliminado varios comentarios por debunkear sus magufadas).

    Saludos!

    p.d.: perdon por las tildes, teclado americano.

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Por Arturo Quirantes, publicado el 22 enero, 2016
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