Certifrikada: La amenaza de Andrómeda

Por Arturo Quirantes, el 14 noviembre, 2015. Categoría(s): Certifikadas ✎ 13
¿Comenzamos ya a escribir el paper, doctor Stone?

El cine actual muestra infinidad de ejemplos de científicos haciendo su trabajo. Casi todos lo hacen mal. Para Hollywood un científico es un tipo raro capaz de efectuar análisis en su laboratorio y darnos la respuesta infalible en cuestión de minutos. Nunca duda, nunca se equivoca y siempre tiene éxito sea cual sea la tarea que se le encomiende. Ni que decir tiene que la ciencia real no es así. Los experimentos pueden durar años y no tener resultado concluyente, las hipótesis pueden permanecer vigentes durante décadas antes de ser declaradas inválidas, y por supuesto un científico no es una especie de McGyver que te lo resuelve todo con un chicle y un clip de metal.

Por eso me gustan las películas donde el trabajo científico se muestra de forma realista. La amenaza de Andrómeda es, en mi opinión, una de ellas. Se trata de un film de 1971 basado en una novela de Michael Crichton. En aquella época las películas eran más lentas que ahora, contienen menos acción y más diálogos, y por eso es muy posible que provoquen un bostezo de aburrimiento por parte de los aficionados al cine moderno, más dados a la acción espectacular y trepidante. A mí, por el contrario, me gustan especialmente ese tipo de películas donde el director da tiempo para que los personajes se definan y podamos comprender mejor sus actos y sus motivaciones. Hay acción, por supuesto, pero hay que esperar al clímax final, al contrario que las películas actuales en las que parece imprescindible meter un tiroteo, una explosión o un giro inesperado cada cinco minutos para mantener la atención del espectador.

He aquí la sinopsis de La amenaza de Andrómeda, en el nivel de spoiler más bajo que puedo. La acción comienza en un pueblecito del oeste norteamericano, donde ha caído un satélite secreto. Un equipo especial descubre que casi todos los habitantes del pueblo han muerto por causas desconocidas. Sólo quedan dos supervivientes, ambos incapaces de explicar qué ha sucedido. Ambos, junto con el satélite, son evacuados hacia un laboratorio de investigación secreto, donde ya se ha reunido un equipo de científicos con la misión de averiguar qué ha sucedido.

La primera peculiaridad de la película es el grado en que la ciencia se pone en el centro del escenario. El laboratorio es una instalación aislada donde el doctor Stone manda con puño de hierro. Los militares y los políticos, que habitualmente acosan a los científicos ladrándoles órdenes, ahora se encuentran lejos y solamente aparecen en un monitor de televisión. Gran parte de la acción y del metraje de la película se desarrollan en el laboratorio. Lo que quiero decir con esto es que la parte de «vayan al laboratorio y averigüen qué sucede» no es un elemento accesorio al argumento principal, sino que ES el argumento principal.

A lo largo de film vemos diversos ejemplos de actuación científica de forma que suene plausible. Uno de tales ejemplos es algo que llaman «la hipótesis del hombre extraño» de Robertson. Se supone que un hombre soltero es capaz de tomar mejores decisiones en tiempos de crisis. Una escena muestra datos sobre un estudio que arroja números precisos, lo que da verosimilitud a la hipótesis. Lo divertido del asunto es que la hipótesis del hombre extraño de Robertson no existe, fue una ficción de la película (bueno, vale, de la novela homónima), y a pesar de ello hay todavía quienes la discuten por Internet sin saber que se trata de ficción.

Ya que estamos en este punto, permítanme aclarar un peculiar problema de traducción. El término en inglés es odd man hypothesis. La palabra odd tiene el significado de raro, extraño, quizá con la connotación adicional de soltero, lo que justifica que le den al soltero del grupo la llave para… bueno, eso es spoiler así que me lo salto. Ahora bien, odd también significa impar, y un remake de 2008 lo tradujo de esa incorrecta forma. Los traductores no se mataron en la tarea y cometieron un error comparable al de los famosos parasegundos de La Guerra de las Galaxias.

Una vez comienzan su trabajo, vemos cómo podría actuar un científico de verdad intentando comprobar una hipótesis. En una sala aislada, uno de los investigadores intenta descubrir qué es ese agente mortal. ¿Es un gas, un virus, una bacteria? Comienza a hacer pruebas con filtros y acaba concluyendo que se trata de un objeto tipo virus de un tamaño determinado. Se trata de una escena de un par de minutos (en una película moderna no pasaría de los quince segundos) que incluso utilizo en mi proyecto docente Física de Película porque me sirve para mostrar a los alumnos qué pasos se seguirían en un experimento real.

Paralelamente los médicos deben averiguar qué hizo que dos personas pudiesen sobrevivir al agente mortífero que llaman Andrómeda. En otras películas se limitarían a decir que tienen anticuerpos especiales, aprovecharían su sangre para hacer millones de vacunas en pocas horas y problema resuelto. Aquí no es tan sencilla la solución. Para empezar, no hay elementos comunes aparentes a ambos supervivientes, un bebé llorón y un viejo borracho. ¿Qué hace que todos los demás hayan muerto? ¿El grupo sanguíneo, factores hereditarios, ADN, nada de lo anterior? Hay que averiguarlo, y nadie sabe cómo.

El equipo del laboratorio está compuesto por varias personas, cada una de las cuales es especialista en un campo. Todos han sido requeridos de sus trabajos habituales, más bien arrancados de su hogar o su quirófano, para tomar parte en la nueva tarea (lo que me parece mucho más realistas que otras películas donde todos los investigadores saben absolutamente de todo y parece que vivan en el laboratorio). Cada cierto tiempo se reúnen, explican lo que han averiguado y se coordinan de cara al siguiente día. No saben cuánto tiempo tardarán, y ni siquiera la amenaza de una pandemia a escala global puede cambiar eso, pero como humanos que son acaban sufriendo la presión del trabajo.

Uno de los ejemplos es el de la doctora Ruth Leavitt. En mi opinión, se trata de uno de los personajes más interesantes de la película. Pese a que a finales de los sesenta a lo más que podía aspirar una mujer en una película sobre ciencia es a hacer de chica florero, aquí tenemos a una mujer convertida en uno de los miembros más activos del equipo. Trabaja duro en un mundo dominado por hombres, y no lo hace para impresionar al guaperas del grupo. Al contrario, se trata de alguien de personalidad difícil: es irascible, no tiene paciencia con las tonterías y no considera necesario impresionar a nadie con su indudable inteligencia. En pocas palabras, no tiene nada que demostrar.

Ya me parece bien que la doctora Leavitt sea algo más que una pitufina, pero es que encima es humana. Tiene un problemilla de salud (no diré cuál para no estropear la sorpresa) que le hace vulnerable y que oculta a los demás, y ese problema la hace cometer un error. En su caso, ese problema de salud y la tensión de tantas horas de trabajo bajo presión se combinaron para que cometiese un error que casi desemboca en fracaso. Sí, amigos, los científicos son falibles, y es bueno no olvidarlo.

No les narraré el frenético final, por supuesto, pero sí les diré que cuando las cosas se descontrolan y los militares están deseando pulsar el botón nuclear, es la sangre fría y el razonamiento científico de los investigadores lo que les hace llegar a la solución y ponerla en marcha antes de que todo se vaya por el retrete. La última escena muestra al doctor Stone despachando con un senador miembro de una comisión del Congreso. Ambos saben que la crisis ha sido superada por los pelos pero que no hay garantías de que no vuelva a ocurrir. ¿Qué vamos a hacer entonces? pregunta el preocupado senador, a lo que Stone no puede sino reconocer su ignorancia:

Precisamente, senador, ¿qué vamos a hacer?

En su conjunto, La amenaza de Andrómeda refleja el trabajo diario de la ciencia y los científicos de forma muy realista en un mundo de pasos adelante y atrás, de prueba y tanteo, sin conejos que salen mágicamente del sombrero con la solución correcta para asombrar al público, y todo ello la hace merecedora de una nota alta en mi escala de certifrikación; por no hablar de que prácticamente define un género, en este caso el de la epidemia letal.

No sé que hará usted, senador, pero yo me voy a pasar una vez más por las instalaciones de Wildfire para asegurarme de que los cierres siguen bien sellados. Que luego todo son prisas.

Nota de calidad certifrikada: 9



13 Comentarios

  1. Saludos.

    La traduccion de «odd man hypothesis» en la novela en castellano es «hipotesis del hombre impar» (de odd/even, impar/par), la cual es mas apropiada que raro/extrano, pues hace referencia al hecho que el sujeto se encuentra soltero, sin pareja, y por tanto, impar. La informacion referente al estudio correspondiente se puede consultar en la pagina 255 del dossier referente al proyecto «Wildfire».

    Excelente libro y buena pelicula.

    (De paso, genial blog 😉 )

  2. Ha sido un placer leer este artículo. Es una de mis películas preferidas de ciencia ficción y ahora entiendo mejor el motivo, muchas gracias.

    La primera vez que la vi, la doctora Leavitt me impresionó, hasta el punto que, años después, sólo recordaba el argumento general y la dureza de este personaje. El argumento me fascinó, por cierto, y disfruté mucho la tensión de cada escena. En comparación, el remake del 2008 me pareció insulso.

    Me ha llamado mucho la atención la frase «Los experimentos pueden durar años y no tener resultado concluyente, …» Esto hace que la ciencia del mundo real no tenga ritmo narrativo ni, en muchos casos, fuerza dramática: la ficción, sea literaria o cinematográfica, no puede puede prescindir de estos dos elementos sin resultar aburrida, de manera que no tiene más remedio que faltar a la verdad.

    Desgraciadamente (bueno, eso va en gustos), el cine hace años que ha caído víctima de la acción (violenta, a ser posible) y de los efectos especiales, y las complicaciones del argumento han desaparecido casi por completo. Una lástima.

  3. A mí uno de los aspectos que más me gustó, además del principio y ese pueblo misterioso donde no se sabe qué ha pasado es el proceso de desinfección, en varias etapas que tienen que pasar los protagonistas, y que si no recuerdo mal en el libro detallan bastante más que en la película de 1971.

    Recuerdo que decían algo así como que el cuerpo humano era una de las cosas más sucias que existían, y también era interesante lo que decían de que en parte dependemos de las bacterias que nos habitan para sobrevivir, y que por tanto no se podía limpiar del todo.

    1. En efecto, indican que el cuerpo humano es una de las cosas mas sucias que existe y que era todo un reto desinfectarlo sin… matarlo. El libro detalla cada uno de los procedimientos de desinfeccion, desde el primer estadio, con banos en diversas substancias e inmunizaciones hasta el quinto estadio con los supositorios antibioticos/antivirales/antitodo.

    1. Totalmente de acuerdo. Hace unos meses vi 2001 con mi madre y hermano y su comentario al final de la pelicula fue: «que lento se mueve todo en estas peliculas viejas, senti que moria lentamente».

      La gente de hoy te pediria son las escenas de la infeccion en Piedmont y de ahi en adelante una mezcla entre The Walking Dead con Im Legend y no mas de 10 minutos de escenas cientificas/laboratorio tipo Bones.

  4. Pues creo que ese cambio mental en la percepción de las películas sería digno de estudio. Recuerdo perfectamente las sensaciones y sentimientos que nos provocó a todos esta película cuando la vimos por primera vez en la tele en casa de mis padres. En el intermedio final, que aprovechamos para ir al baño y comentar lo que nos estaba gustando, coincidimos también en la tensión física que nos estaba produciendo. Nos gustó muchísimo, también 2001, pero reconozco que hoy en día las percibo como «lentas» y no puedo hacer nada para cambiarlo. No han dejado de gustarme pero es como si estuvieran a cámara lenta por decirlo de alguna forma, como si les faltara agilidad, incluso fluidez.

    1. Será que antes esperábamos disfrutar con las películas y ahora, en cambio, queremos divertirnos… De todas maneras, todavia se hacen películas rigurosas. Ejemplo: The Martian.

  5. También me gustó esta peli. De la que además hay varias versiones pero la mejor es la más antigua.
    Lo que me gustó fue el proceso exhaustivo con el que van haciendo las cosas.
    Al principio está bien, al final se rayan un poco.

  6. Leí el libro antes de ver la película. Puedo decir que el libro es de los mejores de Crichton (a mucha distancia de las tonterias tipo «Presa», «Estado de miedo» y otros) y la película es de la buenas. Sólo añadir (sin espoiler) que en esta película aparece un microscopio electrónico de verdad, y que hace el sonido característico de un microscopio electrónico de la época.

  7. Acabo de ver la película, y lo hice después de leer este articulo. Una autentica gozada, refleja como pocas el método científico. Es de las que a mi me gustan. Gracias.

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Por Arturo Quirantes, publicado el 14 noviembre, 2015
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